35 grados en Córdoba no son igual que en Asturias: Sanidad activa este verano un plan con alertas de calor más precisas
El nuevo sistema del Ministerio de Sanidad para activar las alertas por altas temperaturas ha comenzado a funcionar este lunes. El plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud echó a andar a mediados de mayo. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha incorporado la mayor novedad de este año: los avisos ya no se dividen por comunidades o provincias, sino por unas áreas llamadas “zonas de meteosalud” que permiten una medición mucho más precisa de los episodios de altas temperaturas y pretenden mitigar el daño que ya está produciendo el calor sobre la salud de la población española.
España queda dividida en 182 de estas zonas, frente a las 52 hasta ahora, con diferentes umbrales de temperatura que miden el momento en que empieza a aumentar la mortalidad atribuible al calor. Estos límites son diferentes en función de la zona: van de los 23,9 grados necesarios para que suene la alarma en el litoral oriental de Asturias o los 25,5 grados, en el caso de la costa de Lugo (Galicia); a los 40 que debe alcanzar el mercurio para activar la alerta en el centro de la provincia de Córdoba.
“El cambio climático está afectando de manera cotidiana a nuestra salud. Es una de las mayores amenazas del siglo XXI y no es ni lejana ni abstracta”, ha advertido la ministra de Sanidad, Mónica García, en la presentación de la nueva campaña de prevención contra el calor, que este año tiene por eslogan “Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales”. En 2023 se produjeron 3.000 muertes atribuibles al calor, aunque el pico histórico se produjo el verano anterior, cuando rozaron las 5.000, sobre todo en mayores de 74 años, según las estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo).
“Crear una cultura del calor” para protegernos
El Ministerio busca “crear una cultura del calor” en la población para que “individual y comunitariamente” se adopten “unos hábitos de protección que reduzcan el impacto del calor en la salud”. “La cultura de calor es algo que en ciertas partes de España ya existe, pero que en otras no, y es lo que explica que en algunas zonas con más calor haya menor impacto en la salud”, ha explicado Héctor Tejero, responsable de salud y cambio climático del Ministerio.
A partir de ahora, el Ministerio de Sanidad va a establecer un nivel de riesgo diario para cada zona territorial en función de la diferencia entre las temperaturas predichas por AEMET para ese día y los dos días siguientes y el umbral de temperatura en impacto en salud. Los niveles de riesgo son cuatro, que permitirán al Gobierno y a las comunidades tomar medidas para evitar los daños en la salud: el 0 (verde), de ausencia de riesgo; el 1 (amarillo) o de bajo riesgo; el 2 (naranja), de riesgo medio; y el 3 (rojo) para advertir de un riesgo alto. La información está disponible en la página web del Ministerio.
El cálculo de los nuevos umbrales por zona meteoalerta ha sido realizado por el Grupo de Investigación en Cambio Climático Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III. Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1% y un 10,7%, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en 3 defunciones al día, ha desarrollado Antonio Cabrera, encargado de salud planetaria e inequidades en salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que también ha participado en la presentación de la campaña.
Los ingresos relacionados con el calor
Los grandes grupos de riesgo son los mayores de 65 años y menores de 4, además de embarazadas, aunque también los trabajadores al aire libre y las personas sometidas a ciertos tratamientos farmacológicos.
Un estudio publicado hace un mes por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) analizó los ingresos hospitalarios relacionados con las altas temperaturas estivales en España entre 2006 y 2019. Es conocido que el calor dispara las hospitalizaciones pero no se había analizado en detalle cuánto y para qué enfermedades.
Según las conclusiones, basadas en los datos de 48 provincias, las dolencias que más acusan el calor son los trastornos metabólicos y los relacionados con la obesidad, que casi se duplican (97,8%). Por detrás está la insuficiencia real, la infección de las vías urinarias y la sepsis. “Hay varias razones para explicar esto. Por ejemplo, en las personas con obesidad, las respuestas a la pérdida de calor funcionan con menos eficacia, ya que la grasa corporal actúa como aislante, lo que las hace más susceptibles a los trastornos por calor”, explicó entonces uno de los investigadores, Hicham Achebak.
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