Más de 70.000 hombres en Portugal frecuentan grupos de Telegram en los que comparten imágenes íntimas de mujeres

Ruben Martins

Lisboa —
4 de noviembre de 2024 22:36 h

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La cifra escandaliza: más de 70.000 hombres portugueses forman parte de grupos que comparten contenidos íntimos y no consentidos en la red Telegram. La existencia de estos espacios fue revelada en agosto por la revista digital NiT y ha causado conmoción en el país, que ronda los 10 millones de habitantes. A pesar del impacto que ha causado la noticia, no se ha conseguido identificar a los responsables.

Organizados por subtemas –“desnudos”, “gordas”, “embarazadas”, “trans”...– miles de portugueses se reúnen en Telegram para mirar o compartir fotografías eróticas o sexuales compartidas sin consentimiento. En estos grupos se comparte todo tipo de contenido: desde fotografías hechas a mujeres en plena calle, capturas de pantalla de páginas de Instagram o incluso fotografías íntimas tomadas por la pareja en casa. También hay fotos sin ropa o clips de relaciones sexuales y una gran cantidad de material pornográfico conocido como 'porno de venganza': fotos o vídeos que incluso se pueden haber realizado con el consentimiento de la pareja, pero que se han difundido sin consentimiento, con frecuencia después de que la relación haya terminado.

En cuanto se publica una foto se suceden decenas de comentarios de hombres: hay peticiones para describir en detalle actos sexuales o averiguar más información sobre esa mujer en concreto. Según informa la prensa portuguesa, los líderes del grupo piden constantemente que se envíen nuevos contenidos, ya que todos están allí “buscando lo mismo”.

En Portugal hay penas de cárcel de hasta cinco años para quienes comparten contenidos, pero estos hombres se esconden tras perfiles falsos y números de teléfono desechables difíciles de identificar

Uno de los temas más activos, describe el diario portugués Público, es la categoría voyeur, que sirve esencialmente para compartir fotos de mujeres tomadas en plena calle en posturas que podrían verse como sexualizadas –mujeres agachadas, por ejemplo– o fotos tomadas bajo las faldas. Pero también hay fotografías tomadas en la intimidad familiar, incluso de mujeres embarazadas.

En Portugal hay penas de cárcel de hasta cinco años para quienes comparten contenidos, pero estos hombres se esconden tras perfiles falsos y números de teléfono desechables difíciles de identificar. Muchas de las víctimas también lo son sin saberlo, lo que dificulta la acción judicial contra los delincuentes. 

Desde 2021, la asociación No compartas intenta alertar sobre este fenómeno, pero una vez subidas las fotos es difícil rastrearlas y borrarlas por completo. El rostro de esta asociación es Inês Marinho, una joven de 25 años que en 2019 vio cómo un vídeo íntimo suyo se compartía en Telegram, Twitter y Reddit. A pesar de las denuncias ante las autoridades, el caso acabó archivándose, pero ella no renunció a dar visibilidad a las víctimas y crear una red de apoyo. 

La principal dificultad era que resultaba difícil identificar a los propietarios de las cuentas de Telegram. “Aunque se retiren los canales, enseguida aparecen otros en su lugar”, admite Inês Marinho a la revista NiT. La página de la asociación comparte contenidos de apoyo para otras mujeres (y también hombres) que han sufrido la divulgación no autorizada de contenido íntimo. Marinho admite que “no hay semana que pase sin una denuncia o una petición de ayuda”.

Varias personas que acabaron con imágenes suyas expuestas en estos grupos aseguran haber sido abordadas por desconocidos por redes sociales. Se trata de hombres que intentan establecer contacto con las víctimas, ya sea para tratar de entablar algún tipo de relación o para chantajearlas psicológicamente a cambio de dinero: o las víctimas pagan o los estafadores aseguran que compartirán las imágenes con sus familiares.

Los diputados portugueses aprobaron en octubre crear redes de protección para las víctimas y campañas de prevención desde la escuela, pero los grupos de Telegram siguen activos

Las autoridades portuguesas hacen un llamamiento para que se denuncien los casos a la policía y no se efectúe ningún pago, ya que los estafadores intentan obtener el máximo de ingresos posibles de víctimas a las que creen económicamente capaces. 

Conscientes de la situación de estas víctimas, los diputados portugueses aprobaron este mes de octubre propuestas para crear redes de protección para las víctimas, mejorar la respuesta de las autoridades ante estos casos y crear campañas de prevención desde la escuela. Los resultados se analizarán en el futuro, pero los grupos de Telegram siguen activos.