Decenas de miles de personas se han echado a la calle un 8 de marzo más, Día Internacional de las Mujeres, para señalar que hay todavía trabajo por hacer para lograr la igualdad. Las manifestaciones han tomado ciudades y pueblos pese al frío y la amenaza de lluvia.
Separadas en dos marchas –como en Madrid, Valencia o Sevilla– o unidas, las feministas han demostrado de nuevo el músculo de movimiento en una jornada de bronca política, que ha comenzado con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pidiendo un día para los hombres, y ha terminado con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusando al Gobierno “malversar el feminismo”.