Bruselas no ve con buenos ojos la propuesta del Gobierno de prohibir la venta de coches diésel y gasolina en 2040
Sin prohibiciones. Bruselas no ve con buenos ojos la propuesta del Gobierno de Pedro Sánchez de prohibir la venta de coches diésel y gasolina en 2040. Fuentes comunitarias defienden que su tarea es “trabajar para limitar” las emisiones y que les importan los objetivos, pero también los “medios” que se empleen y, en opinión de la Comisión Europea, esos “medios” no deben pasar por “prohibiciones”.
Además, según ha afirmado el comisario de Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, quien ha explicado que si la legislación se aprueba deberá ser revisada por la comisaría de Mercado Interior, Bruselas defiende unos “estándares comunes” y una “estrategia común y armonizada” para “todo el territorio”.
El borrador de ley de cambio climático y transición energética redactado por el Gobierno incluye una fecha para el fin de la venta de vehículos a gasolina, diésel e híbridos: 2040. A pesar de que Bruselas tuerza el gesto, al igual que la patronal del automóvil, Anfac, que calificó la idea de “excesiva y acelerada”, la prohibición de nuevos vehículos con combustible fósil es una tendencia internacional creciente y el horizonte de 2040, lejos de colocarse en la vanguardia, es el más retrasado de los países que manejan esta medida. No menos de 12 Estados han anunciado prohibiciones similares e incluso planean que estén en vigor en 2030 y hasta 2025. Dos gigantes en población y emisiones como China e India están entre ellos.
En la Unión Europea, otros seis países, además de España, ya planifican el fin de los automóviles con motor de combustión: Francia y Reino Unido han marcado el mismo horizonte de 2040. Pero Dinamarca, Países Bajos e Irlanda han establecido el corte aún antes, en 2030. Austria ha redactado un informe ambiental en el que pretende que en 2020 no se utilicen estos coches. Fuera de la Unión Europea, Noruega ha establecido la prohibición para 2025.
El comisario de Acción por el Clima y Energía, el español Miguel Arias Cañete, ha dicho este miércoles en la rueda de prensa en la que ha presentado la estrategia de reducción de gases de efecto invernadero para 2050, que la Comisión Europea no evalúa “declaraciones políticas” como el anuncio del Gobierno de Pedro Sánchez de prohibir a partir de 2040 la venta de coches con emisiones directas de dióxido de carbono (CO2).
Cañete, eso sí, ha subrayado que la estrategia de la Unión Europea se centra en “establecer estándares” comunes de reducción de emisiones que se aplican en “todo el territorio” y a “todos los fabricantes”, con el objetivo de garantizar “igualdad de condiciones”.
Cañete, además, ha advertido de que si el proyecto se convierte en norma, Bruselas sí analizará su compatibilidad con las reglas de la Unión Europea. “Se trata, hasta la fecha, de declaraciones políticas que no se han plasmado en ninguna norma y, por tanto, como las declaraciones políticas no tienen efecto directo, la Comisión tampoco puede evaluar su compatibilidad con las reglas del Mercado Interno”, ha afirmado Arias Cañete, quien no ha querido responder en la rueda de prensa sobre si el proyecto del Gobierno va en sintonía de los objetivos de reducción de los combustibles fósiles de Bruselas para 2050.
En todo caso, si alguno de los gobiernos que han anunciado la prohibición tramita una ley, ha explicado Arias Cañete, deberá notificar a Bruselas los detalles técnicos para que los servicios comunitarios analicen su “compatibilidad” con las reglas del Mercado Interior, lo que corresponde a la comisaria Elzbieta Bienkowska.