Cáritas denuncia que la crisis ha dejado 8,6 millones de excluidos, 1,2 más que en 2007
Diez años después de la crisis, los grandes números hacen pensar que lo malo ha pasado. Pero para millones de personas de nuestro país, cada día es una lucha contra el hambre, la pobreza y la exclusión. Y es que la crisis ha dejado 8,6 millones de excluidos, 1,2 más que en 2007, según ha denunciado esta mañana la organización católica Cáritas.
La ONG de la Iglesia española, que hoy ha presentado su memoria anual, también ha publicado los resultados preliminares del próximo Informe Foessa, que bajo el título 'Exclusión estructural e Integración Social', que deja resultados francamente desoladores. “Estamos construyendo una sociedad desligada, que destruye con cada vez mayor intensidad los vínculos por los que nos sentimos miembros, con iguales derechos y deberes, de nuestra sociedad”, recalcó Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas Española.
Las conclusiones del estudio son desoladoras. Así, aunque se constata que “hemos recuperado los niveles previos a la crisis en el caso de la integración plena”, no ha ocurrido lo mismo que en los de la exclusión. Así, “se registra un incremento de la exclusión global de un 12% respecto al inicio del ciclo y de un 40% en la exclusión social severa, en la que se encuentran 4.1 millones de personas que viven en 1.5 millones de hogares”, destaca el estudio. Además, otros seis millones están en el alambre de caer en la exclusión si llegara otra recesión, explican los responsables del análisis.
Los pobres, más pobres
El informe denuncia una “recuperación a dos velocidades”, que provoca “un mayor distanciamiento entre los que viven una participación social integrada y quienes transitan por los espacios más alejados de la exclusión”. Una situación en la que el 13% de la población (seis millones de personas) que supuestamente viven integrados, se hallan “en una posición de gran debilidad”, viviendo tan al día que un ligero empeoramiento de la situación socioeconómica les desterraría a la exclusión social. Casi 15 millones de personas viven, o corren el riesgo de vivir en exclusión en una sociedad opulenta e industrializada como la española. “La crisis no se ha ido para los más pobres”, recalcaron desde Cáritas.
En definitiva, los ricos han mantenido su status, y se han recuperado parte de las clases medis, pero “vivimos un espacio de integración con bases más débiles y con una exclusión severa que se enquista en la estructura social”.
A lo largo de esta última década, las personas que ya estaban excluidas ha sufrido un empeoramiento en cinco de las ocho dimensiones planteadas en el informe, relativas a su capacidad de consumo, vivienda, participación política, salud y aislamiento social.
Una de cada cinco personas en exclusión está afectada simultáneamente por la exclusión del empleo, la vivienda y la salud, una de cada tres si hablamos de personas en situación de exclusión severa, constata el informe Foessa. A su vez, “el empleo no asegura la integración social”, añade Cáritas, que denuncia la precariedad del trabajo en España, que “nos está conduciendo a un escenario en el que disponer de un empleo ya no es sinónimo de integración”. La mitad de las familias en las que hay un empleo no disfrutan de una situación de integración plena, lo que evidencia una calidad del empleo que no permite cubrir las necesidades de los hogares. Es el drama de “los trabajadores pobres”.
“Se están debilitando los vínculos de nuestro modelo social, ya que las diferencias que existen en las condiciones de vida entre diferentes capas y colectivos sociales están tensando los ligamentos que nos mantienen unidos como sociedad”, recalcó Raúl Flores.
Romper la brecha de sexo y el odio al extranjero
Frente a ello, Cáritas propone seis retos. En primer lugar, romper la “brecha de sexo”, que se duplica en el caso de los hogares donde la sustentadora principal es la mujer. Cáritas también apuesta por la integración social y económica de los más jóvenes, y especialmente la de los adultos mayores, “que se desconectan de la recuperación”, especialmente el grupo de entre 45 y 64 años.
La protección de las familias más débiles es otro de los retos de la asociación, que advierte que el riesgo de exclusión social se multiplica por dos en las familias numerosas y monoparentales. “Su presencia en el espacio de la exclusión es tan preocupante como la falta de políticas de apoyo suficiente a la familia”, sostiene el informe.
Los extranjeros también son una población de riesgo para la exclusión. Así, el “riesgo de exclusión social se multiplica por 2.6 entre la población extracomunitaria, afectada el 47% de exclusión social y el 26% de exclusión social severa”.
Una protección social “insuficiente”
Finalmente, Cáritas denuncia la “protección social insuficiente”, que ya se daba durante la crisis, pero que resulta inadmisible en tiempos de bonanza económica. Así, la tasa de cobertura ha pasado del 74% en 2008 al 56% actual“. A ello se añade la reducción de las cuantías de la prestación por desempleo, así como la reciente reducción de las diferentes prestaciones monetarias en relación al PIB per cápita. ”De continuar con la evolución actual, el sistema de rentas mínimas tardaría 50 años en proteger al millón y medio de hogares en exclusión social severa“.
Para luchar contra la pobreza, Cáritas destinó el pasado año 353 millones de euros a combatir la pobreza dentro y fuera del país, atendiendo a más de tres millones de personas vulnerables. Casi tres cuartas partes de los fondos de Cáritas (el 73%), 256,5 millones) porvienen de fondos privados, que se incrementaron en un 14%, mientras que los fondos públicos supusieron el 27% del total (95,5 millones)