Carla Antonelli, sobre el argumentario del PSOE: “Es un documento que atenta contra la dignidad de las personas trans”
A Carla Antonelli (Güímar, 1959) su propia supervivencia le ha llevado a ser activista feminista y por los derechos de las personas trans. Diputada en la Asamblea de Madrid por el PSOE, donde milita desde los años 90, se convirtió en la primera mujer transexual en ostentar un cargo público electo en España. A sus espaldas, una vida de represión y de mucha batalla. Antonelli fue una de las impulsoras de la Ley de Identidad de Género de 2007, que posibilitó el cambio de nombre y sexo legal en el Registro Civil sin que fuera obligatoria una cirugía. Pero las personas trans reclaman que no sea exigido ningún requisito médico, algo que incluyen las leyes LGTBI y Trans que el Gobierno de coalición se ha comprometido a impulsar. Sin embargo, un argumentario interno del PSOE hecho público el miércoles se posiciona contra esa posibilidad.
El texto apunta a que este derecho “carece de racionalidad jurídica” y cuestiona que la libre manifestación de la voluntad deba ser el criterio único porque, sostiene, menoscabaría los derechos de las mujeres. Antonelli ha calificado el texto en su cuenta de Twitter de “panfleto transfóbico” y asegura que esta “no es la postura del partido” porque “no emana de ninguno de los órganos donde deben ser consensuados los posicionamientos oficiales”.
El argumentario se posiciona contra la libre autodeterminación del género, es decir, que las personas trans no tengan que pasar por dos años de hormonación y contar con un informe piscológico que les acredite para modificar su nombre y sexo. ¿Qué piensa del documento?
Ni me representa ni se sostiene en base a lo que el PSOE ha defendido en los últimos 15 años. Me hiere y me ofende. Hablar de nosotras, las mujeres trans, como si fuéramos ficciones jurídicas es insultante y vejatorio. No somos ficciones, no somos quimeras, somos mujeres. Al final este tipo de posiciones parten del biologicismo. Si hasta el presidente de HazteOír, Ignacio Arsuaga, ha venido a darle la razón... ¿Cómo no va a ofender? En el fondo, niega la despatologización de la transexualidad, es decir, que se deje de concebir que las personas trans son enfermas y que es algo que ya dictaminó la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) y que avaló una sentencia del Tribunal Constitucional. Es un documento que atenta contra la dignidad de las personas trans, que las cuestiona y las clasifica en base a la biología. Pero en mi DNI no pone 'mujer clase A' o 'mujer clase B'; ni 'mujer al 80% o al 30%'. Somos mujeres de pleno derecho.
Hay un movimiento que defiende que la autodeterminación de género supone el borrado de las mujeres. Señala que los derechos de las mujeres están basados en su sexo y que esa autodeterminación afectaría a cómo están construidos esos derechos. ¿Entiende que haya mujeres que se sientan amenazadas por la libre autodeterminación del género de las personas trans?
No. Yo sobre todo lo que conozco son muchísimas mujeres que no sienten ninguna amenaza y que no entienden ni comprenden de dónde ha surgido esto. Plantear que mi existencia o la existencia de las personas trans niega la existencia de otras no es respetar la diversidad del ser humano. Los otros son con quienes cohabitamos y compartimos y decir que nuestra existencia pone en cuestionamiento o en tela de juicio la de otras, para mi es una aberración.
El texto pone ejemplos como que la autodeterminación podría afectar a la ley de violencia de género porque un hombre podría declararse mujer y trampear la norma para no ser juzgado como agresor machista. ¿El hecho de que la libre manifestación de la voluntad sirva para cambiar los documentos oficiales generaría inseguridad jurídica?
Para nada. Este tipo de argumentos, de todas formas, se repiten a lo largo del tiempo. También hace 13 años con la Ley de Identidad de Género de 2007 se decían estas cosas. ¿Y qué sucedió? Nada. No se produjeron estas situaciones, ni los delincuentes cambiaron de sexo para esquivar la ley ni los hombres empezaron a entrar en los baños de mujeres. También en Argentina, que tiene una ley como la que estamos proponiendo aquí ahora, se dijo, y no ha pasado absolutamente nada. Extrapolar un ejemplo o un caso aislado a toda una globalidad es un error y es una herramienta utilizada históricamente por el patriarcado, el machismo y la extrema derecha para obstaculizar los derechos y la lucha feminista.
Eliminar los requisitos para modificar los documentos oficiales es una de las demandas históricas del movimiento trans, que incluso piden Amnistía Internacional o el Consejo de Europa. ¿Por qué es importante para las personas trans tener este derecho reconocido?
Pues es que es el derecho a la propia emancipación y liberación de las personas trans, que dejemos de estar tuteladas, igual que todas las mujeres reclamamos liberarnos de la opresión del patriarcado y que dejen de decidir por nosotras. Lo que estamos pidiendo y exigiendo es que las personas transexuales no estamos enfermas y por eso no necesitamos de ningún médico ni de ningún psiquiatra que certifique que somos quienes somos. Es terrible que alguien tenga que decidir quién eres. Estamos hablando de los derechos y la dignidad de miles de personas y de no hacer ciudadanos de primera y de segunda.
No se trata de sentimientos, se trata de ser. Yo soy yo, antes, ahora y después. También lo era antes de salir de mi casa con 17 años aunque el mundo y la sociedad no me contemplara como tal, porque yo no dejo de ser yo aunque parezca otra cosa. Yo soy yo desde mi propia voluntad, exactamente igual que cualquier otra persona. Y eso al fin y al cabo es la propia identidad. ¿Por qué vamos a estar condenadas de por vida a que nos vigile un médico o un psiquiatra y siempre con la sombra de la duda? ¿Quién mejor que nosotros y nosotras sabemos quienes somos? Y, además, como dice la canción no estamos locas, y nunca mejor dicho.
La Delegación LGTB Federal del partido ha mandado un comunicado en el que señala que es un documento contra la teoría queer y los “riesgos” que puede suponer incluirla en el ordenamiento jurídico. ¿Reconocer la libre autodeterminación de género implica trasladar la teoría queer a las leyes? ¿Son cuestiones equiparables?
No, para nada. Además es que no es cierto. El documento en realidad no habla de la teoría queer, aunque la nombre. Digamos que esta teoría fue el palo y la zanahoria del burro, pero en la práctica están hablando de la autodeterminación del género.
Escribió un mensaje ayer en Twitter en el que cargaba contra el documento y decía que le “repugna”. ¿Ha sido duro escribir esto contra un texto de su propio partido?
Más duro sería no escribirlo; más duro sería renunciar a mis principios. Yo tengo una máxima: si hoy dejas de ser tú, mañana pasas a ser nada. Tengo 60 años, no he llegado hasta aquí para renunciar a todo lo que hemos luchado, trabajado y conseguido. Los principios inherentes del PSOE son otros, son los que están en el programa electoral en defensa de los derechos de las personas trans. Así que este documento contraviene nuestra propia trayectoria, la de la ley de 2007 o el matrimonio igualitario, y también contraviene el legado de compañeros como Pedro Zerolo. Pero además no es una postura del partido porque no emana de ninguno de los órganos donde deben ser consensuados los posicionamientos oficiales, que son los congresos y las conferencias políticas.
No es una resolución oficial, pero está firmada por cuatro de los máximos secretarios de la Ejecutiva, entre ellos, la secretaria de Igualdad. Es relevante.
Sí, pero es que por encima de todo eso está el programa electoral y las conferencias políticas y resoluciones aprobadas con anterioridad y también los compromisos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Además es que no se sustenta porque el PSOE ha impulsado y aprobado leyes autonómicas que reconocen la autodeterminación del género y en 2017 presentó una ley en el Congreso para reformar la de 2007 en este sentido. En ella se establece literalmente que la solicitud de rectificación registral de la mención de sexo no precisa de más requisitos que declaración expresa de la persona interesada y que no se podrá condicionar a la acreditación de haberse sometido a ningún tipo de cirugías, a terapias hormonales, o a tratamientos psicológicos o médicos de cualquier tipo.
¿Le preocupa que esto vaya a cambiar esa postura oficial?
De momento no, porque no solo yo, muchísimas personas vamos a plantar cara a estos posicionamientos. Este es un partido en el que se debate y yo voy a pelear por los derechos y libertades defendidos durante todo este tiempo. Vamos a oponernos a este argumentario, que contraviene cualquiera de las cosas que hemos hecho hasta ahora y en las que hemos avanzado. Yo, aparte de política y socialista, soy activista trans y nunca dejaré de defender todo aquello por lo que he luchado a lo largo de mis 60 años.
Decía antes que hace unos años el Congreso estuvo a punto de reformar la ley de 2007 para incluir la libre autodeterminación del género, una iniciativa que registró el PSOE. ¿Qué ha pasado en estos tres años para que se produzca este giro?
Lo que ha pasado en este tiempo habrá que preguntárselo a quienes han redactado ese documento y lo han hecho además sin contar con las personas transexuales del partido. Lo que está claro es que el argumentario rebate punto por punto lo que se registró hace tres años.
Estas posiciones han cristalizado ahora en este documento, pero no son nuevas ni fuera del PSOE ni tampoco dentro. ¿Ha pensado en algún momento en abandonar el partido?
No, porque mi partido está escrito en mi DNI. Mi partido es Carla Delgado Gómez. Sexo mujer. Y eso es así gracias a una ley que aprobó el PSOE. Mi partido son sus posicionamientos, Pedro Zerolo y todas las leyes y defensa de derechos LGTBI de estos últimos años. Y esas son las cosas en las que creo.
¿Es una posición mayoritaria dentro del partido o hasta qué punto se está dando una pelea?
No, no es una posición mayoritaria. Mucha gente socialista no piensa así y desde el miércoles he recibido llamadas y desconciertos de muchísimas personas. La posición mayoritaria del partido son los hechos consumados y hasta el día de hoy es el garante de los derechos y libertades del colectivo LGTBI.
Ya ocurrió con la Ley de Libertad Sexual, pero este hecho anticipa un conflicto con Podemos por las leyes dentro del propio Gobierno. ¿Hasta qué punto cree que estas posiciones condicionarán el impulso de la ley LGTBI o la ley Trans?
Yo creo y estoy convencida de que estas leyes van a salir. El mundo verdadero, el real, no el virtual, es un Gobierno con un presidente socialista y de coalición con Unidas Podemos en el que hay unos acuerdos de Gobierno que el presidente formuló el día de su investidura. En el que también hay un Ministerio de Igualdad que anuncia que ejecutará los compromisos. Que habrá intención de condicionarlo es otra cosa, pero lo que tiene que salir adelante son los acuerdos de Gobierno.
¿Pero anticipa conflicto?
Lo que anticipa es lo que estamos viendo.
El pasado 8M se hizo viral una intervención suya en un encuentro del Instituto de la Mujer en el que ponía el foco en las amenazas de la extrema derecha y reclamaba un feminismo para todas las mujeres. ¿Cree que el feminismo está perdiendo fuerza en estos debates, muy especialmente en redes, mientras la extrema derecha refuerza su discurso?
Corremos el riesgo de que si nos dividimos, las grietas siempre las aprovechen los verdaderos adversarios, que son quienes siempre nos han negado y nunca han creído en el feminismo. Yo creo que en la transversalidad es donde podemos encontrarnos. Y aquí hago mías las palabras que Angela Davis pronunció cuando visitó España el año pasado: dijo que el feminismo tenía que llegar a las mujeres racializadas, a las empobrecidas y a las hermanas trans. Y si dijo que tiene que llegar es porque no está llegando.
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