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Una constructora a la que Cifuentes adjudicó las obras de tres centros deja tirados a cientos de alumnos

Estado de las obras del CEIP Averroes, en Arroyomolinos. / Y.M

Sofía Pérez Mendoza

La Comunidad de Madrid adjudicó a principios de año tres contratos para construir centros educativos: un nuevo colegio público, un edificio de Primaria para otro que ya tiene Infantil y la ampliación de un instituto, a una empresa que, a falta de dos meses de empezar el curso, prácticamente no ha iniciado las obras. La incapacidad de la constructora Joca S.A. va a dejar tirados a cientos de niños y niñas de cara a septiembre porque el centro en el que están matriculados no existe o no tiene aulas suficientes.

Joca S.A. se hizo con las adjudicaciones tras ofrecer rebajar más del 30% el presupuesto diseñado por el Gobierno regional presidido por Cristina Cifuentes (PP). Se llevaron así tres encargos por valor de 5,7 millones de euros.

La constructora, que no ha contestado a las preguntas de eldiario.es, aseguró que construiría las nueve primeras clases del colegio Averroes (en Arroyomolinos), un comedor y una sala de usos múltiples por 1,6 millones de euros cuando el presupuesto estimado era de 2,4, según los pliegos del concurso.

En el instituto José García Nieto del municipio de Las Rozas rebajó el coste de los 4,1 millones calculados por la Consejería de Educación a 2,7 millones. Para levantar el edificio de Primaria en el CEIP Miguel de Cervantes en la ciudad de Getafe pujaron con una oferta de 1,42 millones cuando estaba presupuestado en 2,19. El único criterio fijado para las adjudicaciones era el precio.

En el caso del colegio Averroes de Arroyomolinos, la constructora ha abandonado directamente su compromiso justificando problemas económicos y con solo un 10% del trabajo realizado. Allí, la solución de la Consejería pasa por pagar un alquiler a un colegio concertado de la zona para trasladar a los alumnos de la pública a sus instalaciones.

Fuentes de la Consejería de Educación justifican que el abandono de las obras se ha producido por “problemas internos ajenos a la Comunidad”. “Lo que está en nuestra mano lo estamos haciendo: realizar de la manera más rápida todos los trámites para reanudar la construcción con otra empresa cumpliendo los requisitos legales y al mismo tiempo buscar la mejor solución posible de escolarización”, dicen fuentes del departamento que dirige Van Grieken. Sobre los otros dos centros afectados añaden escuetamente que garantizarán que los niños y niñas tengan un espacio y “se agilizará la construcción”.

No es la primera vez que la constructora Joca S.A. actúa de este modo. En marzo, renunció a las obras de acondicionamiento del entorno del río Guadalope (Aragón) por no encontrar subcontratas que trabajaran todo lo barato que habían ofertado las reformas en el contrato público, según medios locales.

Además, en Madrid, la empresa cobró del Canal de Isabel II un sobrecoste por unas obras que nunca se llegaron a hacer, informó El País. La constructora, a la que se exige “solvencia económica” para ser adjudicataria, superó un concurso de acreedores en 2012 pero mantiene una deuda muy elevada y ha hecho varios ERE.

Con todo, esta sociedad ha aplicado su fórmula de pujas a la baja en otras cuatro contrataciones con varias consejerías del Gobierno regional madrileño, como el mantenimiento de las zonas ajardinadas del Hospital de Getafe o la construcción del edificio que alberga el Servicio de Atención Rural de Mejorada del Campo. En su web también anuncian haber conseguido la adjudicación en centros escolares de otras comunidades, como Cantabria o Aragón.

Un público dentro de un concertado

Los niños y niñas del CEIP Averroes, ubicado en el municipio más joven de España cuya población ha crecido un 11% en los dos últimos años, están matriculados en un colegio que no existe físicamente. La zona está vallada y puede verse un socavón y un gran montón de arena.

Los 200 menores de tres años que tienen plaza en este centro serán ubicados en las instalaciones de un colegio concertado cercano, el Pasteur, porque los otros cuatro centros públicos del municipio están un 15% por encima de su capacidad, según datos de la Plataforma por la Educación Pública de Arroyomolinos, que denuncia la masificación.

Como contraprestación por acoger a los alumnos, el Pasteur cobra un alquiler a la Consejería de Educación que ninguna de las partes ha querido concretar. Esta cantidad se determina, según fuentes del colegio concertado, “en función de la superficie de utilización del centro”. Educación concreta que “se hará un cálculo de los gastos que se ocasionen a este centro y se abonará una contraprestación” que aún no está cerrada.

CCOO envió una carta hace una semana a la Dirección de Área Territorial Sur, de la que depende el Averroes y el Miguel de Cervantes, ante la sospecha de que las obras no estarían terminadas, extremo que comprobó el sindicato al visitar las zonas, dicen en una nota.

Las familias aseguran que conocieron hace solo una semana que la Consejería no cumplía su promesa: tener construida la primera fase del centro (la que corresponde a Infantil) en septiembre. El martes se reunieron con los responsables de la administración, que se marcaron como fecha límite el mes de febrero para poder trasladar a todos los niños y niñas al nuevo colegio, explican.

Mientras, en las instalaciones del Pasteur habrá 200 alumnos extra (100 que ya tenía el año pasado y otros 100 de este curso) que se comportan como si estuvieran en un colegio público sin estarlo, con directora propia y maestras funcionarias e interinas a cargo de las aulas. Esta solución in extremis, criticada por sindicatos como CCOO, obliga a la convivencia y no está exenta de problemas: los niños y niñas del CEIP Averroes no pudieron hacer fiesta de verano ni de navidad porque la dirección del Pasteur no les autorizó usar sus instalaciones, según el AMPA.

Además, los de la pública entran media hora más tarde y tienen tiempos diferentes para salir al recreo. “Solo falta que mi hija lleve un brazalete para que sepan que no es del concertado”, dice de las madres cuya hija se incorpora en septiembre y que manifiesta su desacuerdo con la solución adoptada. El AMPA asegura que a principio de curso solo les cedieron una zona del patio pero después lo solucionaron. “Hablando hemos conseguido que los niños estén bien, que eso es lo importante”, dice el presidente. Fuentes del centro concertado concluyen que “la convivencia ha sido muy positiva”.

El colegio Pasteur, definido como un “colegio laico con inspiración cristiana”, se creó hace cuatro cursos y este año ha multiplicado el número de aulas concertadas con la Comunidad de Madrid. Según una carta enviada por la directora a las familias, a partir de septiembre el centro tendrá cuatro clases más de Primaria, dos de Secundaria y una de Bachillerato (por primera vez). “Esto no tiene nada que ver con una recompensa por acoger a los niños y niñas del Averroes sino con la demanda que tenemos”, justifican fuentes del centro.

Clases en la biblioteca y barracones

El Comunidad de Madrid también ha confirmado al IES José García Nieto que las 15 nuevas aulas tampoco estarán en septiembre. Para subsanar el problema, dice una carta del AMPA a las familias del centro, la biblioteca o los departamentos se convertirán en aulas porque la Consejería se niega a instalar más barracones, informa esta misiva.

En el caso de Getafe, el departamento que dirige Van Grieken aún no ha informado de qué les espera a las familias a la vuelta de vacaciones. Son 130, cuyos hijos e hijas han cursado Infantil en un centro que no tiene todavía aulas de Primaria. En septiembre, según lo comprometido, debería haber seis, un comedor y una pista deportiva. El concejal de Educación del municipio remitió hace una semana una carta –recogida por Cadena SER– a la Comunidad de Madrid pidiendo explicaciones tras pasar por la zona vallada del colegio y no encontrar a nadie en las obras, en fase todavía muy preliminar.

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