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Los datos de #Cuéntalo: 800.000 mujeres se rebelaron contra las agresiones sexuales tras la sentencia de 'la manada'

Los desarrolladores de 'Cuéntalo',en el Teatro del Barrio este miércoles.

Belén Remacha

Fue tras conocerse la sentencia condenatoria por abuso sexual de 'la manada' que en España surgió el hashtag #Cuéntalo, a través del cual las mujeres narraron en Twiter las agresiones sexuales que sufrían o habían sufrido. Lo había impulsado, junto a la también periodista Virginia P. Alonso, Cristina Fallarás, que este jueves ha presentado en el Teatro del Barrio de Madrid el proyecto que lleva capitaneando desde entonces: una base de datos con el mismo nombre que agrupa toda aquella información, “preserva el relato” que se generó durante las dos semanas siguientes y trasciende la “red privada”.

El resultado del rastreo son 160.000 tuits originales: 40.000 de ellos contaban agresiones en primera persona y 11.000 de “alguien que no podía hacerlo” –casos de asesinatos, abuelas, madres o anonimato–. Más de 3.000 casos de víctimas menores de edad, más de 1.000 a menores de 12 años. 50.000 tuits eran de apoyo al movimiento y apenas 4.000, el 3%, críticos. Con retuits y compartidos, suman 2.750.000 intervenciones en Twitter de 790.000 usuarias únicas, cuyos mensajes quedaron en la red social y, si no se borraban ni guardaban, pertenecían solo a ella.

Ahora, todo lo que escribieron se puede consultar en la nube que han generado. El proyecto también busca analizar la procedencia del testimonio y el tipo de agresión. El 38% provienen de España, donde se originó. Pero pronto se extendió a Latinoamérica y desde ahí se escribieron el 30%. En total, hubo tuits desde 60 países. Lo que se leyó: 1 de cada 10 de los analizados narraban asesinatos; 1 de cada 7 violaciones; 3 de cada 10 agresiones sexuales; 1 de cada 6 maltrato; 1 de cada 3 acoso y también 1 de cada 3 situaciones de riesgo y miedo.

En el proyecto y en la presentación han intervenido, además de Fallarás, Karma Peiró, periodista de datos; Aniol María y Vicenç Ruiz, de la Asociación de Archiveros-Gestores de Documentos de Catalunya y Fernando Cucchietti, investigador del Centro Nacional de Supercomputación. Por ahora hay una base de datos que resume esas cifras y da alguna muestra y mapeo, pero hay varios objetivos para el futuro. El primero es que constituya, como ha descrito Fallarás, “una memoria colectiva de la agresión machista que hasta ahora no existía, y que debe modificar nuestra visión política, social, legislativa y judicial”.

Una herramienta para el futuro

Para que sea “útil”, pretenden poner el material del Proyecto Cuéntalo en manos de las administraciones. Primero, por ser “los más receptivos por estar cerca de las vidas de las personas”, con Ayuntamientos: empezaron con Barcelona y lo han extendido a Madrid y Zaragoza, ciudades que visitarán para animar a la participación y que el sesgo salga de Twitter. Pero también han conversado con Delegación del Gobierno para la Violencia Machista, para Nuevas Tecnologías, y con la Generalitat de Catalunya.

“Me da la sensación de que por ahora no saben cómo hacerse cargo con toda esta información, por eso hay una pequeña reticencia, que no una negativa. Acabarán aceptándola”, ha explicado Fallarás. Por eso, mientras llega la actuación pública, quieren que el proyecto Cuéntalo se convierta en una “maquinaria de uso común, para que todos y todas podamos entrar, manejarla y difundirla”. Aspiran y trabajan ya para que en el futuro se convierta en una herramienta interactiva para la que todo el mundo pueda aportar y consultar. “Si a ti tu padre te tocaba los pechos con 6 años, queremos que puedas buscar ‘padre, 6 años’ y encuentres que no estás sola y que a otras les ha pasado”, ha puesto de ejemplo la periodista.

El problema al que se enfrentaban tras lanzar #Cuéntalo y por lo que pidió ayuda a los expertos archiveros, exponía Fallarás, era que todos esos testimonios se quedaban en Twitter, “y el relato de todas las mujeres valientes que se dejaron la piel y los recuerdos en sacar estas experiencias no puede caer en saco roto. Este documento es una manera de lanzarlo al futuro”. Karma Peiró añadía que esto pretende “recuperar la voz social. Conservar la historia de nuestro siglo para el futuro”, y proponía que pueda ser una herramienta útil para trabajos de investigación de todo tipo que surjan a partir de aquí. “Ya nadie podrá decir que no hay testimonios, o que somos pocas”, insistía Fallarás.

Una diferencia del #Cuéntalo con el #MeToo, destacaban también, es que el español está protagonizado por mujeres anónimas –la media de seguidores de cada usuaria rondaba los 400–. En su mayoría mujeres jóvenes –más aún, muchas adolescentes, en Argentina–. Fue así en su mayoría, aunque las horas siguientes a la sentencia de La Manada el hashtag no dejó de crecer y también se sumaron cargos públicos y mujeres artistas contando las experiencias que habían sufrido.

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