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Docentes y familias piden más recursos para garantizar la educación de niños con discapacidad, como exige la ONU

Manifestación en Madrid en defensa de la educación inclusiva.

Daniel Sánchez Caballero

España suspende en inclusión educativa. Lo dice la ONU, que ha sancionado al país por incumplir la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidades en educación: no se están poniendo los medios que deberían para que los alumnos con necesidades especiales estén incluidos en el sistema.

El problema se visibiliza en su aspecto más general en la Comunidad de Madrid, punta de lanza de la ofensiva de los recortes en educación que se han llevado por delante a profesores de apoyo y especialistas, y de manera puntual en casi todas las autonomías, que acumulan sentencias de los tribunales de justicia por enviar a niños a centros de educación sin necesidad.

Por estas razones, cada uno con sus necesidades más específicas en mente, la plataforma por la escuela pública en la región —que incluye a los principales sindicatos y AMPAS— ha reunido en la tarde de este martes en Madrid a unos centenares de personas, que han reivindicado una escuela inclusiva y han exigido que se recupere el terreno perdido con los recortes.

Especialmente, en el terreno de los profesionales: faltan, aseguran, especialistas en Pedagogía Terapéutica (PT) y Audición y Lenguaje (AL), los encargados de ofrecer atención especializada a los niños con necesidades educativas especiales (los que tienen síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, etc.) en los colegios.

“La situación de atención a la diversidad es de emergencia”, asegura Isabel Galvín, responsable del sector educativo de de CCOO Madrid. “Cuando empezó la crisis se produjeron unos recortes del 30% de media y ni han sido revertidos ni está en la agenda del Gobierno hacerlo”.

Y este curso se ha dado una vuelta de tuerca más. “Mi hijo ha pasado de tener nueve sesiones a la semana de PT y cuatro de AL [el año pasado] a tener tres de PT. Piden que haya al menos 25 niños diagnosticados con necesidades educativas especiales, pero el colegio es pequeño y hay 19, así que este curso nos han quitado la AL”, cuenta Irene Ramos, madre de un niño con TEL (un trastorno del lenguaje) que “lucha por no perder el curso”.

Bajo una lluvia irregular que ha estropeado la marcha, Lucía Martínez, de la plataforma TEA Incluye, cuenta una historia similar. “Están retirando las ALs. Siempre nos recortan a los mismos, a los más necesitados. Y mientras, la Consejería pone orientadores en los colegios concertados. Cuando estos chicos a los que no estamos educando bien se hagan adultos, ¿quién se va a hacer cargo de ellos?”, reflexiona.

Las ratios, asegura Galvín, no se cumplen ni de cerca: “Tenemos situaciones que duplican los alumnos de los PTs y ALs, con hasta 40 niños en algunos casos. Las sesiones individuales no existen y en muchos casos hay como mucho una a la semana. Cuando las familias ven esta situación, quien puede acude a la vía privada. Pero cuesta entre 300 y 600 euros al mes”.

“Es un problema muy de Madrid”

“Este es un problema muy de Madrid. Los tiempos no son de bonanza económica en ninguna comunidad, pero este ataque a los recursos de la escuela pública no ocurre en todos los sitios por igual”. Lo dice Ana Cobos, presidenta de Copoe (Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España), cuando se le pregunta si la protesta que está teniendo lugar en la capital es extensible al resto de España.

Cobos argumenta que en su organización están en contacto con personal de toda España, que hablan entre ellos y el mensaje se repite: esto solo pasa de manera tan evidente en Madrid.

Habrá que dar por buena la explicación de los que trabajan en ello, porque datos oficiales que den cuenta de la situación no existe, aseguran desde CCOO. “Hemos mirado todos los sitios posibles de estadística y no aparecen desagregados los perfiles de los profesores”, por lo que no hay manera de saber la incidencia de los recortes, cuenta José María Ruiz, responsable de Educación Pública.

Así que solo quedar acudir a cada centro y preguntar. Uno a uno. Eso ha hecho la sección madrileña del sindicato, que tras analizar 924 centros públicos de la región, el 84% del total,  ha concluido que faltan 626 especialistas en pedagogía terapéutica (PT) y en audición y lenguaje (AL) para atender a toda la población que los necesita. Dicho de otra manera, el 72% del alumnado madrileño con necesidades educativas especiales no está correctamente atendido.

Y eso los que tienen un diagnóstico. No todos son tan afortunados. Los orientadores, encargados de realizar estos dictámenes necesarios para establecer las necesidades de los niños, también escasean. De nuevo, tercia Cobos, una cuestión madrileña: “El problema es que nosotros siempre decimos que cuando ves que en Madrid ocurre algo, hay que prepararse porque te va a acabar llegando en algún momento”. La versión cañí del “cuando EEUU estornuda, el mundo se resfría”.

Sin embargo, la mejor situación en otras comunidades autónomas no ha evitado la sanción de la ONU por incumplir la Convención. “Naciones Unidas explica que nuestro sistema educativo discrimina a los niños”, explica José Miguel Martín Fernández, profesor del CEIP Carlos Cano, en Fuenlabrada, y miembro del colectivo Aulas en la Calle. “Y dentro de eso, Madrid es la región que más segrega de Europa”, añade.

Discriminar y segregar

“La normativa de la ONU [a la que España se adhirió] tipifica como delitos primero la discriminación escolar, que consiste en no dotar de los ajustes razonables para atender al alumnado con necesidades educativas especiales en centros ordinarios, y luego la segregación: como no doto de recursos a los centros, envío a los niños a uno de educación especial, donde lo estoy segregando”, explica Martín.

Cobos explica la importancia de compartir espacios frente a separar al alumnado con necesidades, bien sea en aulas específicas en el centro ordinario, bien en centros especiales. “Sé que hay PTs que defienden que la atención que se le da a un niño fuera es muy individualizada y le hace progresar. Pero en la línea de vida, un niño puede pasar 16 o 17 años en el sistema educativo. Son muchos años en los que tener la ocasión de convivir con tus iguales. Como persona con diversidad funcional, ¿dónde vas a tener una oportunidad así en adelante? Igual nunca más. Pero siempre tendrás la oportunidad de recibir una sesión con un psicólogo o un terapeuta ocupacional. Por no hablar del factor emocional de que vengan a sacarte de una clase porque eres el diferente”, reflexiona.

Cobos, de Copoe, sostiene que “vamos por el camino adecuado, aunque la situación es muy mejorable. Tenemos el recurso constante a decir que las cosas en educación van muy mal, pero estamos mucho mejor que hace 20 años. Estamos en el camino de la calidad”.

Pero, al menos en Madrid, no en el de la cantidad, que en educación puede ser otra pata de la calidad. Ramos, madre del pequeño con TEL, explica que ni siquiera la justificación de los recortes —ahorrar— se sostiene. “Que un niño neurotípico [sin necesidades educativas especiales] repita le cuesta al Estado 20.000 euros. Que lo haga uno que sí tiene necesidades cuesta 50.000, ni siquiera esta línea tiene sentido”. Que te sancione la ONU por incumplir la Convención que voluntariamente has firmado como país no cuesta nada, añade Martín. Y por eso se sigue haciendo.

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