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Los jóvenes contra el cambio climático intentan reavivar su movimiento con docenas de marchas por todo el país

Marcha del 15M verde en la Puerta del Sol en Madrid.

Belén Remacha

Este jueves 25 de abril, a tres días de las elecciones generales, el movimiento Fridays for Future (FFF) y Juventud por el Clima (JxC) convoca una nueva gran movilización estudiantil y una manifestación frente a la falta de compromiso político contra el cambio climático. Bebe del éxito del llamado 15M verde, que congregó a varios miles de jóvenes en la capital el pasado 15 de marzo, pero los organizadores reconocen que no tienen “ni la más remota idea” de cuánta gente esperan este martes: “Al movernos sobre todo en redes sociales es muy difícil predecir, pero sí creemos que habrá una respuesta positiva”.

Desde febrero han ido celebrando los llamados viernes por el clima cada semana –a a los últimos han acudido alrededor de un centenar de personas–, pero en esta ocasión lo hacen en jueves por no contraprogramar al movimiento LGTBI por el Día de la Visibilidad Lésbica y por la cercanía de los cierres de campaña electoral. En el comunicado que han lanzado para las marchas, que son a nivel nacional y en Madrid partirá a las 18:30 de la Cuesta de Moyano hacia el Congreso, mencionan como exigencias “acabar con la utilización de combustibles fósiles”, “comenzar la transición hacia un modelo energético completamente renovable” o la reducción de la emisión de gases.

“Es necesario un cambio profundo de sistema que deje de destruir nuestro planeta”, señalan desde Juventud por el Clima. Siempre han defendido que ellos, en su inmensa mayoría estudiantes, no tienen las soluciones, por lo que lo que piden es que se escuche “a los expertos que llevan años avisando”.

Más allá de esas exigencias, la primera ambición de esta nueva convocatoria, tan cercana a la cita electoral, es “situar la lucha contra el cambio climático en un lugar prioritario dentro de la agenda política”. Todos los representantes de Juventud por el Clima lamentan que la lucha contra el cambio climático no haya tenido peso en esta campaña. “Los partidos no han hablado de ello. Apenas un par de menciones de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en los debates. Queremos enseñar lo poco que importa este tema”, declara Irene Rubiera, miembro de FFF Madrid.

“Queremos incidir en la campaña, en la agenda, como cada vez que nos manifestamos. Se ha quedado totalmente fuera estas semanas”, insiste Alejandro Martínez, que ejerce de portavoz de JxC. “cuando es algo que afecta a todos los sectores, entre ellos a la economía”. Tampoco consideran ninguno de los programas electorales “lo suficientemente ambicioso”, aunque “hay opciones peores que otras”.

No se mojan ni piden el voto para nadie porque “el movimiento se define como apartidista, nos dirigimos a toda la clase política. Pero es evidente en los programas que hay algunos que intentan mirar hacia adelante, aunque no sea con la suficiente fuerza, y otros para atrás”. Hace unos días, Greenpeace España publicó una comparativa entre partidos de medidas de los programas electorales sobre cambio climático del que el que mejor parado salía era el PSOE.

No despega aún

La segunda ambición del movimiento es conseguir agrupar a más gente, y no solo estudiantes. “Queremos ampliarlo, por eso hemos buscado unas horas a las que la gente que trabaja puede tener más fácil sumarse”, explica Martínez. El movimiento tuvo su pico ese 15M verde y desde entonces no ha mantenido el nivel de afluencia, pero todos los responsables insisten en una palabra: “Constancia”.

“Me parece importante que se vea que no paramos y que recordemos las consecuencias de este problema de forma diaria”, argumenta Martínez. “Hemos seguido manifestándonos y yo no creo que se haya desinflado”, continúa Irene Rubiero. “Creo que ha venido la campaña, los medios nos han hecho menos caso… Pero el cambio climático no descansa y nosotros tampoco, seguiremos manifestándonos hasta que nos hagan caso”.

Las que sí se han unido desde hace varios viernes son las autodenominadas Madres por el Clima, acompañadas de sus bebés y niños pequeños que “no queremos que se queden fuera de algo que también les incumbe a ellos”. Ellas elogian también la “constancia” de los jóvenes que comenzaron las marchas: “Creo que no es una demanda aún mayoritaria, pero que los chavales y chavalas están haciendo un gran esfuerzo por ponerlo en la agenda. Esto es un bien común o un desastre colectivo”, opina una de ellas, María.

Madres por el Clima creen que este movimiento, que inició la adolescente Greta Thunberg el pasado verano en Suecia, no ha despegado en España como en otros países porque “aquí tenemos cero conciencia ecológica. En Alemania los verdes son un partido normal y llevan años hablando de ecología, por ejemplo. Aquí es mucho más duro. La repercusión que estamos teniendo es enorme para lo preparada que está la sociedad, que es poco”.

En las redes, donde sobre todo llegan a jóvenes, todos están invirtiendo todos mucho tiempo y esfuerzo. También en grupos de trabajo en universidades e institutos. Después de este jueves, seguirán de cara a otra gran movilización europea antes de las elecciones con la que, además de todos sus objetivos, buscarán “concienciar sobre la relevancia de las medidas que se tomen desde el Parlamento Europeo”.

Irene Rubiero está en contacto con un grupo internacional con compañeros de toda Europa y valora que aquí “estamos cogiendo tracción. Es verdad que todavía somos muchísimos menos que en el resto de países, donde están vaciando las clases todos los viernes. Aquí no podemos aspirar aún a eso”, continúa. Además, “el movimiento llegó más tarde a España, un país en el que históricamente hay menos asociacionismo juvenil que en el resto de Europa. También somos más mayores: para mí, que tengo 19 años, es la primera vez que hago algo así y estoy alucinando con lo que estamos consiguiendo. Ojalá no tuviéramos que hacerlo, yo preferiría estar en clase o quedando con mis amigos. Pero tenemos que luchar por que nos hagan caso”.

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