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Guía sobre el uso obligatorio de las mascarillas en la calle: solo para mayores de seis años, con excepciones y riesgo de sanción

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Belén Remacha

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Finalmente, sí: las mascarillas serán obligatorias en España para las personas mayores de seis años en espacios cerrados públicos y en la calle, al menos siempre que no se puedan garantizar la distancia mínima de seguridad de dos metros entre personas. Lo avanzó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el domingo, y lo confirmó tras sondear el lunes con los consejeros comunidades y encontrar “unanimidad” entre ellos. Toda la ciudadanía española tendremos que incorporar en nuestra rutina, como estrategia de prevención frente a la COVID-19, un elemento sanitario e higiénico que hasta hace apenas unas semanas nos era muy ajeno. Será a partir de este jueves.

¿Quiénes tendrán que utilizarlas?

Serán obligatorias para todas las personas mayores de seis años en la vía pública, en espacios al aire libre y “en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros”, según el BOE. En el caso de la población infantil de entre tres y cinco años, la mascarilla es “recomendable”, pero no obligatoria.

¿A partir de cuándo y por cuánto tiempo serán obligatorias?

Desde este jueves. En principio, es una política de prevención que permanecerá mientras dure el estado de alarma –de momento, el Gobierno va a pedir una nueva prórroga hasta el 7 de junio–, igual que otras como la cuarentena obligatoria para personas provenientes de otros países que visiten España. Esa temporalidad está sujeta, de todas maneras, a la evolución de la pandemia y a las recomendaciones sanitarias, que pueden alargarla.

¿Habrá excepciones?

Según el BOE, no será obligatorio para quienes tengan algún tipo de dificultad respiratoria que pueda verse agravada por la utilización de la mascarilla, en los casos de las personas que tengan contraindicado llevarlas por motivos de salud debidamente justificados y los individuos que, por su situación de discapacidad o dependencia, presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización. Asimismo, su uso no será exigible en el desarrollo de actividades que, por su propia naturaleza, resulten incompatibles. Sanidad cita como ejemplo actividades “tales como la ingesta de alimentos y bebidas”. Tampoco será obligatorio cuando exista una causa de fuerza mayor o situación de necesidad.

Sobre los deportistas, Illa ha aclarado que, por definición, la “distancia óptima” para practicar deporte al aire libre o en espacios cerrados durante la desescalada ya son dos metros, por lo que si se cumple no hace falta. En el BOE no hay ninguna mención concreta a la actividad física.

¿Cuáles van a ser obligatorias?

El ministro Illa ha especificado tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros que bastará con usar mascarillas quirúrgicas o sanitarias. En el transporte público y colectivo, donde son obligatorias desde el 3 de mayo, vale también con ellas.

¿Cuántos tipos de de mascarillas hay?

El Consejo General del Colegio de Farmacéuticos (CGFC) cita en una guía que existen en el mercado dos tipos de mascarillas: las quirúrgicas y las filtrantes. Las primeras, antes de que con la pandemia se masificaran, se usaban en intervenciones médicas, son planas y protegen de contagiar al resto de personas. “Tienen la finalidad de evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que la lleva, pero no son efectivas para prevenir el contagio”, describe el CGCF.

Las filtrantes contienen un filtro de micropartículas que protege “de fuera hacia dentro”, esto es, previenen que la persona que las lleve se contagie si está en contacto con alguien infectado con un virus respiratorio, dice el mismo organismo. Y dentro de estas hay tres modelos: FFP1 (su filtro tiene una eficacia de filtración mínima del 78%), FFP2 (del 93%) y FFP3 (del 98%).

¿Dónde se podrán conseguir?

Las quirúrgicas se han estado repartiendo gratis por orden del Gobierno durante estas semanas en estaciones de Metro, Cercanías y otro tipo de paradas e intermodales. A partir de ahora, “se van a distribuir mascarillas higiénicas y quirúrgicas en lugares como farmacias y otras superficies”, y “en principio cada ciudadano deberá proveerse de ella”, según el ministro. Quedará en manos de las comunidades algún tipo de medida especial para colectivos vulnerables que no puedan adquirirlas. Algunas comunidades, como Madrid, habían dispensado algunos modelos a través de las farmacias, no sin polémica. El Ejecutivo ha repartido martes a petición de los gobiernos autonómicos 9,6 millones, ha informado Sanidad.

¿Cuánto dinero cuestan las mascarillas?

Desde finales de abril, el precio de las quirúrgicas desechables, las más básicas que se pueden encontrar en la farmacia, está fijado desde abril por el Gobierno en 0,96 euros la unidad. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha pedido que también se regule el precio de las FFP, pero por ahora no se ha hecho. El precio de las filtrantes varía, pero en algunos establecimientos o comercios online pueden llegar a costar 20 euros la unidad.

¿Cómo se puede garantizar la distancia si no se van a usar?

Fernando Simón ha apelado sobre garantizar o no los dos metros a la “responsabilidad individual” y a que el ciudadano sepa diferenciar situaciones. Ejemplificaba: en un paseo por el campo en soledad, es más “obvio” que no es necesaria; en una ciudad poblada a determinadas horas, “puede suscitar más dificultades”. Pero “en caso de duda, una persona responsable debe ponérsela”. “No es complicado: tiene que estar garantizada la distancia de dos metros. Si uno ve que en la calle en la que está no se puede, se la pone. No creo que tengamos que explicar mucho más a la población española, su nivel de comprensión está por encima”, resumía.

¿Habrá sanciones si se incumple la obligación de llevar mascarilla?

Incumplir la obligación de utilizar mascarillas en espacios cerrados públicos y en la calle no será motivo automático de multa. No obstante, la policía si podrá expulsar de un establecimiento a quien incumpla la obligación de usar este material de protección. Sí habrá propuesta de sanción si la persona en cuestión desatiende las órdenes de los agentes de ponerse la mascarilla o retirarse a una zona en la que sea posible mantener la distancia de seguridad interpersonal, según establecen las instrucciones que ha publicado este miércoles el ministerio del Interior. Además, “durante los primeros días” las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad potenciarán la “función pedagógica”.

Las propuestas de sanción se harán por la vía del artículo 36.6 de la Ley de Seguridad Ciudadana, que castiga con una sanción grave, y multa de 601 a 30.000 euros, “la desobediencia o la resistencia a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones, cuando no sean constitutivas de delito, así como la negativa a identificarse a requerimiento de la autoridad o de sus agentes o la alegación de datos falsos o inexactos en los procesos de identificación”.

¿Qué hay que evitar al usarla?

En esta ilustración se pueden comprobar los errores más frecuentes que se cometen en el uso de mascarillas, al que hasta hace nada no estábamos habituados, y cómo evitarlos:

¿Sustituye la mascarilla otras medidas de seguridad?

No. En eso sí hay consenso absoluto entre la comunidad científica: por encima de cualquier tipo de mascarilla, la mejor medida de prevención es la higiene de manos, guardar distancia física de seguridad interpersonal, y evitar tocarse la cara, ya que el coronavirus entra en el organismo por boca, nariz y ojos.

También hay cierto acuerdo en que el empleo de otro producto estos meses muy demandado en farmacia, los guantes, es problemático. Es muy frecuente utilizarlos mal y que hagan las veces de segunda piel, más que servir de protección. Muchos científicos solo los recomiendan para momentos concretos: por ejemplo, entrar al supermercado, ponerse unos nuevos para coger los alimentos, y deshacerse de ellos al acabar. Simón decía que es “preferible un correcto lavado de manos”: “El guante sirve cuando tenemos una mínima certeza de que después no vamos a tocarnos (...) Y es complicado que se toque una superficie infectada y luego no se toque la cara o los ojos”. El Ministerio ha distribuido otros 5 millones de guantes este mismo miércoles entre las comunidades, que pueden darles salidas en centros médicos.

¿Por qué ha cambiado tanto de opinión el Gobierno con las mascarillas?

Entre febrero y marzo, el inicio y brote de la pandemia en España, el Gobierno incidía en que las mascarillas no eran necesarias para la población general, solo para sanitarios. En abril pasaron a ser “altamente recomendables”; a principios de mayo obligatorias en el transporte público, y ahora a finales obligatorias en espacios públicos cerrados y en la calle si no se puede garantizar la distancia.

El Ministerio de Sanidad ha cambiado mucho de criterio, pero lo ha hecho igual que otros organismos internacionales y países conforme la epidemia iba avanzando y se sabía más del virus. El ministro Salvador Illa, además, avanzó en abril que, aunque estaban estudiando cómo ampliar el uso de mascarillas, todavía no podían dictar una norma que las exigiera porque en ese momento la ciudadanía no podía cumplirla: España y otros países como Italia y Francia estaban en el pico de la pandemia y había cierto desabastecimiento en toda Europa de este producto. El portavoz Fernando Simón también ha razonado en más de una ocasión que, dada la gravedad que ha llegado a adquirir la situación en España, era mejor “sobreactuar” con este tipo de estrategias, porque aunque no sean útiles en todas las circunstancias, nunca están de más.

¿Qué dicen los organismos internacionales?

La Organización Mundial de la Salud sigue sin respaldar el uso masivo de mascarillas. En su guía sobre la COVID-19, que actualizan regularmente, indican que “si está usted sano, solo necesita llevar mascarilla si atiende a alguien en quien se sospeche la infección por el 2019-nCoV”, es decir, según ellos solo son para sanitarios o trabajos de cuidados. El director general, Tedros Adhanom, expresó su preocupación en abril por que “el uso masivo de mascarillas médicas por parte de la población en general pueda agudizar la escasez” en el reparto a sanitarios.

Los responsables del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades sí cambiaron de opinión. Hasta el 8 de abril, tampoco las recomendaban para la población general, pero ese día publicaron un informe en el que su postura viraba, extendiéndolas más allá de personas sospechosas o confirmadas de coronavirus. Se basaban en la cada vez mayor evidencia científica de la transmisión de asintomáticos: “Una mascarilla puede ayudar a reducir la propagación de la infección minimizando la secreción de las gotas respiratorias de las personas infectadas que pueden no saber que lo están y antes de que desarrollen cualquier síntoma”.

¿Qué han hecho otros países?

Casi todos los países europeos han incorporado su obligatoriedad en más o menos espacios. El primero en hacerlo fue República Checa. En la mayoría de regiones de Italia lo son en espacios cerrados públicos, no en exteriores, aunque en Lombardía sí hay que llevarlas por ley también en la calle. Francia y la mayoría de entidades territoriales de Alemania las han impuesto en el transporte colectivo. Portugal las exige en todos los espacios públicos.

En la capital de China, Pekín, han dejado de ser obligatorias esta semana.

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