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Ni patios, ni azoteas, ni los columpios de la urbanización: la Policía multará a los vecinos que salgan a las zonas comunes

Mónica Zas Marcos

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Hacer footing por el patio de vecinos, organizar clases de yoga en la azotea o llevar a los niños a los columpios de una urbanización privada son algunas de las actividades que podrán multarse por incumplir el estado de alarma, tal y como sucede en la vía pública. Así lo confirman fuentes de la Policía Municipal de Madrid a eldiario.es tras la duda que ha surgido estos días a raíz de las restricciones de movimientos. “¿Puedo saltármelas dentro de mi comunidad si no pongo un pie en la calle?”. La respuesta es contundente: no, no se puede.

Durante los primeros días de confinamiento decretados para contener la pandemia de coronavirus que azota al mundo, muy especialmente a España y más en concreto a la Comunidad de Madrid, se repitió una estampa similar en todo este tipo de fincas. Decenas de personas fueron pilladas por sus vecinos usando los espacios comunes como las zonas verdes, los parques infantiles, las inmediaciones de la piscina o las azoteas para su ocio personal.

“El domingo sacaron hasta las bicis y las esterillas. El lunes, en cambio, solo hubo un par de personas corriendo a primera hora de la mañana”, cuenta Bea [nombre ficticio], vecina de una mancomunidad del Barrio del Pilar que cuenta con amplias zonas colectivas a las que tiene acceso visual desde su piso. Durante la semana, la inclemencia del tiempo ha ayudado a descongestionar el recinto, pero todavía hay alguno que se pasea ante la incrédula mirada de los que aguardan en sus domicilios.

Esta mayoría, recluida tras su ventana indiscreta, preguntaba por círculos cercanos si acaso se trataba de un vacío legal del estado de alarma o, como mucho, protestaba en redes sociales por la falta de civismo. Sin embargo, la Policía ha querido despejar la incógnita cuanto antes. “No vamos a ir urbanización por urbanización vigilándolo, pero en el caso que llamase algún vecino, las multas serían las mismas: de 600 euros para arriba”, confirman estas mismas fuentes municipales. No han recibido denuncias hasta ahora, eso sí.

Solo durante los dos primeros días del estado de alarma 44 personas han sido detenidas y 790 han sido multadas por saltarse el estado de alarma en toda España. Por eso, también, el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid se ha adelantado a las primeras multas diseñando un documento de doce normas que han hecho llegar a sus colegiados y que han publicado en abierto para todo el que le encuentre utilidad, esté o no en territorio capitalino.

Entre medidas como reducir al máximo el servicio de paquetería, que los conserjes limpien de forma exhaustiva la finca a diario o usar el ascensor de uno en uno, este organismo sugiere en el tercer punto “clausurar las áreas o espacios comunes, zonas ajardinadas, infantiles, zonas exteriores de recreo, salas y, en general, cualquier otro espacio compartido que no sea necesario para la seguridad del edificio”.

El portavoz del Colegio de Administradores de Fincas, Adolfo Calvo, reconoce a este diario que no se trata de un texto oficial. “Es la interpretación hermeneútica del Real Decreto que entró en vigor hace tres días y nuestras sugerencias. Aunque claro, están pensadas para que se ejecuten”, declara. Sabe que las normas se están incumpliendo en multitud de urbanizaciones y comunidades de vecinos de Madrid, porque “a pesar de todo, aún hay gente que no lo entiende”.

El responsable cree que todas esas áreas comunes son de riesgo para la propagación del virus, pero en especial las zonas de columpios. “Hay que clausurar gimnasios, las canchas deportivas, jardines, pero sobre todo los parques infantiles. No se debe bajo ningún concepto dejar que los niños acudan porque la vía más fácil de contagio es el tacto, no el aire, y ellos son grandes portadores aunque sean asintomáticos”, explica.

Urbanizaciones como la de Bea en el Barrio del Pilar han captado el mensaje y han precintado los tres parques que comprenden. Pero no todas son tan aplicadas. Ante esta situación, en caso de que haya familias llevando a sus hijos, o si se ve a alguien haciendo uso de la finca como si fuese la calle, Calvo aconseja avisar a la Policía, “que recomendará a esos ”vecinos rebeldes“ regresar a casa y les informarán del riesgo que provocan”.

Otras, como la de Miguel en la zona sur de Lucero, de la que él es encargado de mantenimiento, aún no han tomado medidas porque afirma que las desconocía. Su comunidad cuenta con unas salas de reuniones y juegos de las que solo él tiene las llaves, pero también de otra zona ajardinada con piscina a la que pueden acceder todos los vecinos. Y a la que, de hecho, continúan accediendo estos días.

“Me parece muy mal que no haya una advertencia por parte de la Policía, porque sin comunicado oficial es muy fácil que no llegue al conocimiento de muchas personas. Si no se le ha dado divulgación a esa medida, no se debería poder multar”, defiende benévolo a sus conciudadanos. Aunque Miguel acata el mantra yo me quedo en casa, entiende que haya quien no sea aún demasiado consciente. “Le diré al presidente de la finca que proceda a precintar”, promete.

Pero hay administradores más duros, como el de Patricia [nombre ficticio], que vive en Las Tablas, y cuyo presidente ha optado por remitir un correo a todos los inquilinos avisando de que llamará él mismo a la Policía si ve a alguien saltándose las recomendaciones del Colegio de Administradores de Fincas. “Las zonas comunes privadas no son la alternativa a los parques y lugares de recreos”, espeta en el mensaje en letras mayúsculas. 

Además de por prevención sanitaria, la Policía municipal informa a eldiario.es de que, en caso de acceder (previa llamada de denuncia de un vecino) a una finca que no tuviese las zonas comunes bien clausuradas o las normas del estado de alerta a la vista, podrá multar también a las comunidades. Otro incentivo más para para instigar a sus inquilinos a acatar el confinamiento.

“Una instalación deportiva, parque infantil o zona exterior de una comunidad, por analogía tiene las mismas calificaciones que establece el Gobierno para los espacios públicos de la calle”, explica Adolfo Calvo. Máxima que él y su equipo del Colegio han seguido para redactar las 12 normas que a partir de ahora muchos grabarán a fuego en sus tablones para evitar la sanción correspondiente.

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