HazteOir lanza un autobús con la cara de Hitler y el mensaje “StopFeminazis” y “las leyes de género discriminan al hombre”
El grupo ultracatólico HazteOir ha vuelto a la carga con un nuevo autobús que ha sido puesto en circulación este jueves en Madrid y recorrerá otras ciudades de España en los próximos días. En esta ocasión el vehículo incluye un rótulo con el mensaje “No es violencia de género. Es violencia doméstica. Las leyes de Género discriminan al hombre”. Pide además de forma explícita a Casado, Rivera y Abascal que deroguen “las leyes de género” y, a un lado, han colocado la palabra #StopFeminazis a modo de hashtag y la cara de Hitler con los labios pintados de lila y el símbolo feminista en su gorra.
Según informan fuentes del Ayuntamiento de Madrid, en esta ocasión el Área de Seguridad ha estudiado los mensajes y considera “que entran dentro de la libertad de expresión”. En 2017, un autobús con rótulos tránsfobos lanzado por el mismo grupo fue paralizado por la Policía Municipal, que elevó el caso a la Fiscalía al sospechar que podría vulnerar la ordenanza de publicidad e incurrir en delito de odio. “Tienen la autorización de Delegación del Gobierno para circular”, han añadido fuentes del consistorio.
El grupo ultracatólico, al que Gobierno retiró la declaración de utilidad pública a principios de mes, ha presentado el autobús esta mañana y ha informado de que forma parte de una campaña para pedir a los líderes del Partido Popular, Vox y Ciudadanos, a dos meses de las elecciones generales y tres de las autonómicas y municipales, “que acaben con las leyes de género, es decir es decir la 'ley de violencia de género', la 'ley de igualdad de género' y las 'leyes LGTBI'”. HazteOir insiste en que estas normas “vulneran la igualdad ante la ley y la presunción de inocencia”.
“El autobús defiende los derechos de las mujeres pero denuncia el supremacismo de las feministas radicales, que rompe la igualdad. Además, el #HOBus va a plantar cara a la ideología de género”, explica la organización en un comunicado. Esta es la idea que los ultracatólicos llevan años defendiendo y que en los últimos meses ha irrumpido con fuerza y públicamente en el mundo político a través de Vox, que el pasado viernes solicitó al Parlamento andaluz los nombres de las trabajadoras de violencia de género con el objetivo de “depurar casos ideológicos”. Finalmente, la Mesa de la Cámara ha vetado la petición.
La formación de extrema derecha se presentó a las elecciones andaluzas del pasado diciembre con un programa que pedía la derogación de la leyes de violencia de género y LGTBI. Asuntos a los que, aunque renunció, continúa defendiendo públicamente. Entre otras cosas, apela a la constante utilización de la llamada “ideología de género”, palabras con las que se refiere al feminismo para desacreditarlo. Este discurso también ha sido utilizado en varias ocasiones por Pablo Casado, el líder del PP, que desde la irrupción de Vox evita referirse a la violencia machista de forma explícita y utiliza el término violencia doméstica.
Esta es precisamente la batalla que quiere dar el partido de Santiago Abascal, que niega la existencia de la violencia de género para diluirla en el genérico violencia doméstica. Esta última está recogida y tipificada en el Código Penal como la que se da entre miembros de una familia mientras que la violencia de género, que cuenta con una ley específica desde 2004, pretende perseguir el maltrato que se da del hombre hacia la mujer que sea o fuera su pareja o expareja por entender que es una violencia estructural que parte de la desigualdad entre hombres y mujeres.
HazteOir ya puso en circulación un primer autobús en febrero de 2017. Entonces, el rótulo contenía los mensajes tránsfobos “Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujeres, seguirás siéndolo” y “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”. El vehículo fue inmovilizado un tiempo en Madrid – la Audiencia Provincial levantó después esta medida–, pero recorrió otras ciudades españolas entre la indignación social y de los colectivos LGTBI. Meses después un juzgado de Madrid dictó que los mensajes tránsfobos del autobús no eran mensaje de odio y archivó la denuncia de la Fiscalía.