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Por qué la organización del Orgullo LGTBI ha vetado a Ciudadanos y al PP de las carrozas de la manifestación

Albert Rivera en la manifestación convocada por Ciudadanos, PP y Vox en Colón el pasado febrero.

Marta Borraz / Carmen Moraga

Ningún partido político estará en la cabecera de la manifestación en Madrid del Orgullo LGTBI. Así lo ha decidido la organización, que ha consensuado que serán activistas históricos del movimiento quienes estarán en la pancarta principal. La decisión se ha conocido en medio de la polémica por el veto a Ciudadanos y al PP por parte de COGAM, colectivo LGTBI de Madrid y organizador junto a la Federación Estatal de Lesbianas Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), que en un principió aseguró que ninguna de las dos formaciones podría estar en la cabecera, pero finalmente concretará el veto en las carrozas. El motivo es que ninguno de los dos partidos ha firmado un compromiso que incluía, entre otras cosas, no pactar con Vox.

Tanto COGAM como la FELGTB han acordado que sean las y los activistas quienes encabecen la manifestación para conmemorar el 50 aniversario de Stonewall Inn, la revuelta que dio origen en Nueva York al Orgullo LGTBI. Sin embargo, el posicionamiento respecto al PP y Ciudadanos sigue en pie y la formación naranja no podrá llevar carroza en la marcha, tal y como ha hecho en los dos últimos años y como si harán Podemos y el PSOE. Los populares, por su parte, nunca lo han solicitado.

Los vetos llevan días revolucionando las redes sociales y han sembrado la polémica. Ciudadanos ha cargado contra los organizadores, a los que acusa de “obligar a firmar documentos políticos”. Y es que el origen es un decálogo de compromisos con la comunidad LGTBI que ambas formaciones conservadoras se negaron a rubricar. El texto fue enviado por COGAM a todos los partidos el pasado 17 de mayo, día contra la LGTBIfobia, apuntando a que condicionaría su participación en la manifestación. Al menos, la de los líderes locales y regionales, puesto que es este colectivo el que se encarga de su gestión. El objetivo era que se adhirieran antes de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 26 de mayo, algo que hicieron tanto el PSOE como Podemos y Más Madrid. PP y Ciudadanos nunca respondieron.

El listado cuenta con diez puntos, el primero es “no valerse de los votos de los partidos que defienden una ideología de extrema derecha para gobernar”. Un requisito que, al no ejecutarse, implica el incumplimiento de todos los demás, según entiende COGAM. El resto son el “desarrollo y cumplimiento” de las leyes LGTBI autonómicas, implementar la PrEP -la pastilla que previene el VIH-, promover la educación en diversidad en las aulas y la lucha contra el acoso LGTBIfóbico, llevar a cabo políticas de acogida a las personas refugiadas LGTBI o la creación de un centro LGTBI en Madrid al estilo del que existe en Barcelona. Además, incluye el fomento de políticas para las personas mayores, promocionar la diversidad en el deporte y las acciones culturales y artísticas LGTBI.

El colectivo difundió entonces que tanto PP como Ciudadanos estarían vetados en la cabecera, pero este lunes anunció junto a FELGTB que lo estarían en las carrozas y que la pancarta principal estaría ocupada por activistas. El colectivo apunta a que a la decisión conjunta se ha llegado en los últimos días a propuesta de la FELGTB y antes de lanzar el decálogo, aunque la idea sobrevolaba las conversaciones desde hace tiempo.

“Entendemos que si no cumples el primer requisito, no puedes cumplir el resto. Estamos viendo a un partido, Vox, que directamente cuestiona nuestros derechos y los pone en juego. Negociar y pactar con ellos es la condición”, explica García de Merlo en referencia a las negociaciones a tres bandas entre el PP, Vox y Ciudadanos para llegar a pactos de gobierno. García de Merlo pone de ejemplo el acuerdo que llevó a Juan Manuel Moreno Bonilla a la presidencia de Andalucía y alude que los acuerdos “velados” también se incluyen en este requisito. Este mismo lunes, Ciudadanos ha decidido dar sus votos para que VOX entre en la Asamblea de Madrid a cambio de la presidencia.

El Orgullo, centrado en “frenar” a la extrema derecha

“No pueden estar quienes pactan con la homofobia”, sentencia la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), Uge Sangil, que alude a que la manifestación de este año, que se celebrará el próximo 6 de julio y recorrerá los kilómetros que separan Atocha de Colón, hará especial hincapié en la necesidad de “frenar” a la extrema derecha. Vox “está entrando en gobiernos autonómicos gracias a la mano que le están tendiendo los partidos conservadores mayoritarios”, señala Sangil.

Tanto PP como Ciudadanos podrán acudir a la manifestación, como todas las personas, colectivos y partidos políticos que así lo deseen, pero para la organización es “incoherente” tener un papel protagonista en la marcha “que grita 'Ni un paso atrás' y simboliza la libertad y la igualdad de derechos del colectivo” mientras “se empodera a aquellos que quieren volver a privarnos de los pocos derechos”, ejemplifica la presidenta. Vox ha defendido en varias ocasiones la derogación de las leyes LGTBI autonómicas, Santiago Abascal ha asegurado que cambiaría el nombre del matrimonio igualitario si tuviera oportunidad y la candidata a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, ha llegado a hablar de que a los menores se les enseña zoofilia en los talleres LGTBI que se llevan a cabo en las aulas y que ha tachado de “adoctrinadores”.

Preguntada sobre el veto, la responsable de Mujer y LGTBI de Ciudadanos, Patricia Reyes, apunta a que el partido estaba gestionando la carroza con la que pretendía acudir cuando COGAM le conminó a firmar el documento “de un día para otro” para tener una. “Hay una parte que habla de que el partido político que lo firme no puede valerse de los votos de la 'extrema derecha' —que también tendrían que definir que es para ellos la extrema derecha— para poder gobernar. Y eso no nos pareció bien”, explica.

Reyes alude a que a la formación naranja no le pueden “reprochar nada en cuanto a la defensa de los derechos del colectivo LGTBI” y asegura que acudirán a la marcha “como todos los años”, caminando y con sus propias pancartas. “Si ellos defienden a las personas tendremos que hablar de propuestas a favor del colectivo, no de vetar a un partido”, opina la dirigente.

El PP, vetado el año pasado

No obstante, impedir que un partido político participe en algún espacio simbólico de la manifestación no es una novedad. Así, en 2018 la organización del Orgullo decidió no invitar al PP después de que un año antes la formación se hubiera comprometido a apoyar la Ley LGTBI que poco después iniciaría el trámite en el Congreso y posteriormente se abstuviera en la toma en consideración. La FELGTB exigió a los populares que suscribieran el acuerdo en 2017, cuando se celebró en Madrid el World Pride, para ir en la pancarta principal, en la que participó Andrea Levy y Javier Maroto. Era la primera vez que el Orgullo LGTBI invitaba al PP.

Sin embargo, unos meses después el Grupo Popular no apoyó la norma e incluso presentó una enmienda a la totalidad que fue rechazada por el pleno y que la vaciaba de contenido. Por ello, en 2018, la organización del Orgullo concluyó que no invitaría a ningún líder popular. Por parte de Ciudadanos acudieron entonces Albert Rivera, Begoña Villacís e Ignacio Aguado junto a políticos de otras formaciones como Iñigo Errejón y Sofía Castañón (Podemos), Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, y la entonces titular de Sanidad, Carmen Montón.

En esta ocasión, el Orgullo quiere dar prioridad a las activistas históricas, entre ellas Boti G. Rodrigo, Jordi Petit, Carla Antonelli o Beatriz Gimeno, que aunque sean políticas acudirán a título individual y en reconocimiento a su trayectoria en defensa de los derechos LGTBI. “Este año queremos que todo el protagonismo recaiga sobre las personas que fueron pioneras”, ha zanjado Sangil.

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