Los jóvenes reprochan a la cara a los políticos su inacción frente a la crisis climática: “Los adultos actúan como niños”
Y de nuevo, Greta Thunberg como cabeza de cartel. La participación de la activista sueca en esta conferencia de Unicef estaba anunciada desde hacía semanas, en la que compartiría protagonismo con Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de Unicef, y Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Pero a última hora la adolescente se cayó de la convocatoria y muchas de las cámaras de televisión que habían hecho presencia en la COP25 se quedaron sin su personaje fetiche del día. Incluso una vez comenzado el encuentro eran muchos los que seguían haciendo fila fuera con la intención de ver a la activista sueca.
Pero aun sin Greta Thunberg, la voz de su generación ha llenado cada rincón de la sala. El testigo lo ha recogido en primer lugar Theo C. Mouze, un joven de 17 años nacido en una pequeña isla en el oeste de Irlanda, y que hace huelga climática todos los viernes en su país: “Muchas veces estamos dos personas. Yo y mi hermana de 13 años, pero en septiembre fuimos cientos de miles los que salimos a las calles”.
Theo ha asegurado que ha venido “a Madrid porque los adultos están actuando como niños” frente al cambio climático. Normalmente “los adultos suelen asegurarse de que los niños no hacen tonterías o cosas que les ponen en riesgo. Ahora es al revés. Los adultos actúan como niños”.
En un acto de alto nivel con ministros de España, Costa Rica, Nigeria o Perú, pero algo encorsetado, este irlandés ha afeado a los negociadores que “durante 30 años, habéis hablado. Habéis prometido, pero habéis cumplido poco. Los niños están muriendo. Por favor, escuchadnos. Escuchad a la ciencia”. Y luego ha criticado que “los principales responsables de la crisis climática haya encontrado su camino para entrar en las negociaciones”.
Michelle Bachelet (cuya participación es relevante también dada la situación social y política que se vive en Chile, país del que fue presidenta en dos ocasiones) ha conminado a los líderes políticos a que, de una vez, admitan que “la lucha contra la crisis climática es una lucha por los derechos humanos. La justicia climática es importante porque el cambio climático discrimina”.
La dinámica del foro era que algunos jóvenes activistas trasladaban preguntas a los dirigentes políticos presentes en la sala. Uno de ellos, de Granada, le preguntó a la ministra Isabel Celaá qué planes tiene el Gobierno de Pedro Sánchez respecto a los niños y el cambio climático. La ministra sacó pecho de los planes de transición energética del Gobierno, y aseguró que España está decidida a formar parte de los países que impulsan la agenda medioambiental. En cuanto al ámbito educativo, Celaá ha asegurado que se está preparando un curriculum específico de Valores Éticos y Cívicos en los que se hará especial hincapié en la igualdad entre mujeres y hombres y en los conceptos de sostenibilidad medioambiental. “Todos los niños tendrán educación teórica y práctica sobre estos temas”, ha prometido.
Depués de Celáa ha hablado Penélope, de 15 años, que llega desde Noruega y tenía que interpelar a la ministro medioambiental de Nigeria. La activista ha empezado su cuestión dejando claro que viene “de un país que tiene todas las oportunidades, pero es en gran parte responsable del cambio climático. Y no está haciendo lo suficiente”.
“Si no saben cómo abrir espacios para que los jóvenes participen, pregunten”, han resumido los activistas a los políticos adultos. “Tienen que darnos un papel en las decisiones, y las herramientas para enfrentarnos a esta situación”, clamó una de las jóvenes, de México. “Nos dirigimos a vosotros porque tenéis la autoridad y el poder. Tenéis experiencia pero nosotros también tenemos conocimiento. Somos niños, pero no estúpidos”.