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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Para Matesanz, la detención de tres personas por tráfico de órganos significa “que el sistema funciona”

40.000 euros por un trozo de hígado. Una oferta difícil de rechazar para inmigrantes ilegales sin recursos, el target entre el que un adinerado político libanés buscaba un donante compatible para el transplante que necesitaba. De hecho, lo consiguió. Se presentó en el Hospital Clínico de Barcelona con un ciudadano rumano dispuesto a realizarse la intervención, pero los 'filtros' de la Organización Nacional de Transplantes frustró sus planes.

Ahora el hombre y otras dos personas que presuntamente le ayudaban a 'reclutar' donantes en la Comunidad Valenciana han sido detenidas en la primera operación contra la compraventa de órganos del Cuerpo Nacional de Policía.

En opinión del director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, hay dos conclusiones que extraer de esta trama: “Que hay que estar alerta porque es un peligro emergente en todo el mundo y que el sistema nacional de transplantes funciona de forma adecuada”.

Según el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, la colaboración de la ONT fue fundamental. Aunque la voz de alarma la dio un miembro de una ONG valenciana, donde una de las posibles donantes, una ciudadana nigeriana, había contado que “le habían ofrecido mucho dinero” por la donación de parte de su hígado, según ha relatado la inspectora Esther Maldonado en una rueda de prensa.

Fue esta denuncia la que desencadenó la investigación de la Policía Nacional y la ONT. “La policía de Valencia se puso en contacto con nosotros y entonces investigamos”, ha contado Matesanz. En su búsqueda se toparon con el caso de un ciudadano libanés que había recibido un transplante de hígado de su hijo el pasado agosto, pero que anteriormente había intentado recibir el órgano de un hombre de nacionalidad rumana.

El Hospital Clínico de Barcelona rechazó al donante en su primera entrevista, que se realiza para asegurarse de que existe una fuerte relación entre donante y receptor”, explica Matezanz. El director de la ONT ha detallado los tres “filtros” que pasan todos los donantes en España. Primero, los interesados deben pasar una entrevista en la que se excluyen casos de contraprestación económica o coacción; después, el Comité de Ética del hospital tiene que emitir un informe positivo; y, por último, el visto bueno de un juez. “Este último paso es tremendamente garantista”, ha apuntado Matesanz.

Detalles de la investigación posterior

La denuncia de la ONG y la colaboración de la ONT permitió a la Policía Nacional dar con cuatro personas, además del político libanés, que presuntamente habían colaborado para encontrar los posibles donantes. “Detectamos a dos individuos que se dedicaban a captar personas de pocos recursos, la mayoría inmigrantes sin papeles”, ha explicado la inspectora Maldonado.

Un total de nueve personas fueron captadas para comprobar su compatibilidad con el futuro receptor, para lo que les dirigían a un hopital privado de la Comunidad Valenciana en el que les sometieron a numerosas, y muy específicas, pruebas médicas. “La totalidad de las pruebas asciende a una cantidad superior a los 12.000 euros”, ha precisado Cosidó, una suma que presuntamenté pagó el político libanés.

Las tres personas que detuvo la Policía están acusadas de un delito de tráfico de órganos humanos. La inspectora Maldonado ha explicado que, según el Código Penal, todos son autores del delito, ya sea por haber captado a las víctimas o promovido el delito.

La detención del rico libanés tuvo lugar el pasado enero, en el aeropuerto valenciano de Manises. El político extranjero venía a España a someterse a una revisión de la operación que le practicaron en nuestro país.

Matesanz ha precisado que es frecuente que ciudadanos extranjeros acudan a nuestro sistema de salud a someterse a transplantes, por el alto nivel de nuestro sistena sanitario en la materia, aunque posteriormente facturan el servicio. “Un 20% de los transplantes de hígado de donante vivo de los últimos años fueron a pacientes extranjeros”, ha afirmado. La mayoría, latinoamericanos. “En los casos de donante de riñón, solo el año pasado fueron un 9% los receptores no españoles”.