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El estudio publicado en The Lancet que desmiente el discurso de Vox: el aborto no aumenta el riesgo de suicidio

“Los datos son abrumadores: las mujeres que abortan sufren una tasa de suicidio y de desequilibrio mental muy superior a la media”. Santiago Abascal realizó esta afirmación en 2014, poco después de formar su partido político. Lo hizo en un artículo publicado en Libertad Digital, en el que pedía una ley más restrictiva e insistía en que el aborto daña a las mujeres “irreversiblemente”. Sin embargo, esta misma semana, la revista médica The Lancet Psychiatry ha publicado el primer estudio en comparar el riesgo de suicidio en mujeres antes y después de un aborto y sus resultados contradicen al hoy presidente de VOX. “Las políticas basadas en la noción de que el aborto aumenta el riesgo de suicidio están mal informadas”, concluyen los investigadores.

Abascal no es el único que ha relacionado el aborto con problemas mentales. Es una idea que repiten habitualmente organizaciones antiabortistas y que precisamente el pasado 5 de noviembre la diputada de Vox, Gádor Joya, espetó en la Comisión de Sanidad de la Asamblea de la Comunidad de Madrid. La parlamentaria aseguró en su intervención que “existen muchos más riesgos a la hora de practicar un aborto que de dar a luz” y apuntó a que “a nivel psicológico existen riesgos” que pueden mostrarse durante años. “Hemos tenido testimonios de mujeres con cuadros de ansiedad, con problemas en relaciones sociales, relaciones de pareja, depresiones e intentos [de suicidios] y suicidios consumados”, señaló antes de añadir que ella había hecho ecografías a mujeres en una ambulancia a las puertas de una clínica de abortos en Madrid para convencerlas de que no interrumpieran su embarazo.

La Red Madre, una fundación antiaborto apoyada por el Partido Popular, también habla en su web del “síndrome post-aborto”, que define como “sentimientos de culpa, tristeza, depresión…”, a pesar de este supuesto síndrome no ha sido reconocido por ninguna institución médica internacional.

A lo largo de las últimas décadas muchos grupos conservadores de varios países han recurrido a estos supuestos efectos sobre la salud mental para justificar políticas de aborto más restrictivas, especialmente en EEUU. Sin embargo, “la evidencia de nuestro estudio no apoya esta noción”, asegura la autora principal de la investigación, la investigadora de la Universidad de Maryland, Julia R. Steinberg.

El estudio de Steinberg no ha sido el único que ha analizado la relación entre el aborto y la salud mental de las mujeres en los últimos años. Durante décadas, varias investigaciones han llegado a conclusiones similares y una revisión reciente sobre la seguridad y eficacia del aborto en EEUU, publicada por la Academia Nacional de Ciencias, concluyó que el aborto no aumenta el riesgo de depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático de las mujeres.

No existe el síndrome postaborto

Sin embargo, apenas había estudios sobre la relación del aborto con los intentos de suicidio y, según los autores de la nueva investigación, muchos de los estudios anteriores no habían tenido en cuenta la salud mental previa, tenían una baja participación y altas tasas de deserción, o se habían basado en testimonios parciales de pacientes. El nuevo estudio, sin embargo, ha sido el primero en examinar las tasas y el riesgo relativo de los intentos de suicidio en el año anterior a un aborto, así como en el año siguiente, lo que ha permitido a los investigadores determinar si el aborto es un factor contribuyente.

De las 538.000 mujeres de entre 18 y 36 años incluidas en el estudio, todas de nacionalidad danesa, un 9% tuvieron al menos un aborto en el primer trimestre y el 2% tuvieron un intento de suicidio durante el período de estudio. Las tasas de intentos de suicidio en el año anterior y posterior al aborto fueron similares, con 8,9 intentos por cada 1.000 mujeres en el año anterior al aborto, y 8,6 por cada 1.000 en el año posterior.

Los autores también hicieron una comparación a largo plazo entre el riesgo de suicidio asociado con un primer aborto con respecto a no tener ningún aborto, entre enero de 2000 y diciembre de 2016. Según sus resultados, “cinco años después de un aborto, la tasa de intentos de suicidio se reduce al mismo ritmo que en las mujeres que no han tenido un aborto, contrarrestando la noción de 'síndrome postaborto', en el que se plantea la hipótesis de que los efectos no se experimentan hasta mucho tiempo después”, afirma Steinberg.

Problemas de salud mental previos

Si bien los resultados del estudio señalan que “las mujeres que tuvieron abortos tenían un mayor riesgo de intentos de suicidio en comparación con las mujeres que no tuvieron un aborto”, las investigadoras aclaran que “el riesgo fue el mismo tanto el año anterior como el posterior, por lo que no es atribuible al aborto en sí”.

Las investigadoras sugieren que son los problemas de salud mental preexistentes los que se asocian con un mayor riesgo de intento de suicidio, por lo que advierten de que “cuando una mujer busca consejo y atención en torno a un aborto, podría ser apropiado realizar pruebas de detección de problemas de salud mental para identificar problemas preexistentes y prevenir que ocurran en el futuro”.

Esto no significa que tener un aborto sea una indicación de que las mujeres están pasando por un momento difícil, o que los síntomas de los trastornos mentales sean atribuibles al aborto“, asegura la investigadora de la Universidad de Ámsterdam, Jenneke van Ditzhuijzen, en otro artículo publicado en la misma revista, ”sino más bien que algunas mujeres tienen un riesgo elevado de múltiples adversidades en un cierto período de su vida, lo que podría incluir un embarazo no deseado y un aborto“.