El texto clave de la Cumbre del Clima elimina la obligación de reducir a cero los gases de efecto invernadero

El objetivo de un calentamiento global menor pero con emisiones de CO2 fruto del uso de petróleo o carbón, también admitidas. El último borrador de acuerdo sobre cambio climático que se está discutiendo en París (COP21) desde las 15.00 de este miércoles ya ha afinado el tiro: el objetivo global de calentamiento máximo de 1,5 grados hasta 2100 ha aflorado con más fuerza. En el artículo 2 del texto, que se refiere al objetivo global que debe salir de la cumbre, esa temperatura ya es una opción en si misma e incluso se abre la vía a que aunque se prefiera la alternativa de los 2ºC “se hagan esfuerzos gradualmente para reforzar ese límite” otro medio grado. Pero el articulado también lleva inserto el peaje para esa declaración.

Nada más acabar ese artículo, en el número 3 referido a la “mitigación”, también se han preparado los mimbres para que el freno a los combusibles fósiles se suavice claramente. La idea de conseguir “emisiones cero de gases de efecto invernadero para el periodo 2060-2080” ha sido erradicada. “Envían unas señales sobre un acuerdo más débil”, ha analizado el portavoz de Equo en el Europarlamento, Florent Marcellesi.

El borrador del acuerdo contenía 26 artículos. Esta última versión que Fabius no ha llamado definitiva pero sí “una base” y “limpia” ha perdido un apartado por el camino. Y no uno cualquiera. El artículo 17 que hacía referencia a la obligatoriedad o vinculación legal se ha evaporado. No porque haya otra cosa en su lugar, sino, símplemente porque el articulado salta del 16 al 18. La expresión legally binding (jurídicamente vinculante) ha desaparecido además del texto. “Creemos que significa que se está haciendo una cosa totalmente diferente en la parte legal, nada de lo que se había ofrecido ha permanecido”, ha contado eldiario.es Alejandro González de Amigos de la Tierra. Precisamente, EE UU quería que la obligatoriedad del acuerdo se modificara para permitir que se adaptara a sus necesidades.

En una de las vías que se les ha dado a las delegaciones para su análisis se dice que “los recortes en la emisiones sean o bien entre un 40-70% o un 70-95%” pero con la idea de alcanzar “emisiones netas cero” en 2050. Esa pequeña diferencia: el concepto neto, marca un gran salto. Eso permite que haya emisiones si se compensan de alguna manera. “La neutralidad”. Entran los sumideros de CO2 (océanos y bosques) pero también el comercio de bonos de emisión que hace que una industria o un estado que lance gases compre el excedente que sale al mercado. O cualquier otra manera de enfríar la Tierra en lugar de calentarla. Completa esta tanda el año que se usa como nivel base para medir las reducciones. Se ha escogido 2010. Un año de emisiones ya muy altas. Especialmente en economías como China o India.

También “emisiones neutrales” en el carbón

La otra vía ofecida contiene la opción de optar por la “descarbonización” pero justo al lado, también se ha redactado la alternativa, otra vez, de “emisiones neutrales”. En este caso “a lo largo de este siglo según la mejor ciencia disponible y sobre la base de un desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza”. Una cosa que ha saltado definitivamente es la alcanzar una “seguridad en los alimentos”.

Miembros de los equipos negociadores con los que ha hablado eldiario.es cuentan que la estrategia para este acuerdo que parece haber dado aire a las industrias petrolíferas, del carbón o del gas, ha pasado por“utilizar a Arabia Saudí como chico malo”. Ha enarbolado la bandera de la energía de carácter fósil. “No le ha importado aparecer como cabeza del movimiento porque detrás había otros estados que abonaban el campo”, han analizado. Países como Polonia, que se colocaba lejos del consenso de la Unión Europea en cuanto al carbón, o Suráfrica.

“Normalmente cuando un país se posiciona de manera muy extrema como puede ser Arabia Saudí, se utiliza el rodillo del consenso mayoritario para pasar por encima. En esta ocasión esa posición más vehemente de los saudíes ha contado con un respaldo”, han analizado para eldiario.es algunos de los que han conocido las intervenciones de primera mano.

Sin la descarbonización, sin que se saque del tablero de juego el uso de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, los técnicos del Panel de Expertos recuerdan que “solo existen tres maneras de reducir el dióxido de carbono” que acaba taponando la salida de la radiación solar y provocando el recalentamiento de la Tierra: el sumidero natural de los bosques -que se está disminuyendo a base de deforestación- la acumulación en los océanos que lleva asociada la acidificación del agua marina, es decir, la desaparición de la vida subacuática y la destrucción de los corales, y la geoingeniería. Esto es la utilización de tecnología de altísimo coste para modificar el clima. Ejemplo de esto es el estudio para que cristales de sal en la atmósfera reboten la radiación en el aire.

Así que los pilares sobre los que se está edificando el discurso final de los negociadores, que el presidente de la Cumbre, Laurent Fabius quiere “anunciar el viernes, 11 de diciembre”, ya han ido tomando forma escrita. También en cuanto a la obligatoriedad de los compromisos.

Nota:

El viaje y la estancia del enviado especial de eldiario.es a la COP21 han sido sufragados por la organización Ecologistas en Acción con la ayuda de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Ecologistas en Acción ha organizado una delegación de periodistas para asistir a la conferencia.