El hielo continental de la Antártida se derrite por arriba y, más de lo que se pensaba, también por debajo. Las filtraciones de agua del mar más cálida entre el hielo que reposa sobre la tierra y el suelo que lo soporta funden más capa congelada y eso puede empeorar la subida del nivel del mar.
Se trata de “un nuevo punto de inflexión”, según lo han llamado los investigadores del Servicio Antártico de Cambridge y la Universidad de Oxford que han publicado su trabajo en Nature Geoscience.
El proceso que han estudiado es el siguiente: el agua del océano, que cada vez está más caliente por el efecto invernadero, penetra entre la capa de hielo sobre la costa y el terreno que lo sostiene. Eso funde hielo y abre cavidades que permiten a su vez que entre más agua recalentada en una especie de bucle.
Este proceso termina por lubricar el desplazamiento de las capas de hielo continental hacia la costa y su precipitación al mar. Y esta caída de grandes masas de agua helada al océano incrementan la subida del nivel del mar porque es nueva agua que se añade.
Los investigadores han modelizado este fenómeno para concluir que “con un incremento muy pequeño” de la temperatura del mar se deriva “una pérdida muy grande” de hielo. “Hemos descubierto que las subidas de la temperatura marina pueden llevar a superar un punto de no retorno”, advierten. Además, añaden, “puede que esto no sea fácilmente detectable mediante síntomas tempranos” de que está ocurriendo. Una especie de amenaza silenciosa.
La subida del nivel del mar se produce tanto por la expansión del agua al estar cada vez más caliente como por la pérdida de grandes cantidades de hielo terrestre como el que reposa en la Antártida o sobre Groenlandia (no el hielo marino típico del océano Ártico).
En los últimos 100 años, el nivel del mar ha crecido entre 160 y 210 mm. Pero la mitad de todo ese incremento se ha constatado desde 1993, según informa la NASA. “El ritmo actual de subida no se había visto en los últimos milenios”.
Peligro existencial
Aunque medido en milímetros, este fenómeno pone en peligro países enteros, como los estados isla de Micronesia, donde pequeños incrementos afectan a su mera existencia. De hecho, los habitantes del archipiélago Guna Yala en Panamá ya han sido trasladados por su Gobierno al continente por este fenómeno. No son los primeros. Una comunidad nativa de EEU ya recibió fondos para marcharse de su tierra: la isla de San Charles en 2018 porque el 90% de la superficie había sido comida por el mar.
Además, las subida de nivel supone un problema para otros lugares como España, donde gran parte de la población se concentra en las áreas costeras –casi el 40%, unos 18,6 millones de personas–. Un mar más alto implica, sin ir más lejos, más inundación cuando sus aguas penetran tierra adentro durante, por ejemplo, temporales costeros.
“Nuestros resultados apuntan a que la capa de hielo sobre la Antártida es más sensible a fundirse –y por lo tanto contribuye más a la subida del nivel global del mar– de lo que habíamos entendido previamente”, resumen los científicos británicos.