Casi 500 horas de grabaciones, en las que un actor mantiene cibersexo gay con sacerdotes, religiosos y pastores de distintas confesiones cristianas y de una treintena de países, fundamentalmente de Brasil y algunos del Vaticano. Ésta es la temática de Amores santos, dirigida por el periodista Dener Giovanini y que verá la luz en enero: “Nuestra intención es mostrar la hipocresía de religosos que, sin importar su credo, hacen a escondidas lo que condenan en público desde sus púlpitos”, afirma Giovanini a eldiario.es.
En el documental aparecen cientos de religiosos católicos, evangélicos, anglicanos y de distintas ramas del protestantismo manteniendo sexo virtual frente a su webcam, así como los archivos de sus conversaciones con el actor en las redes sociales. En las imágenes, que han sido cuidadosamente tratadas para evitar que ninguno de los protagonistas sea reconocido, se ve cómo sacerdotes se quitan la sotana ante la cámara, quedándose en ropa interior. Las imágenes que han trascendido no muestran escenas de sexo explícito, aunque en el lateral derecho se incluyen algunas de las conversaciones previas al encuentro vía webcam, muchas de ellas subidas de tono.
“Discurso del odio y la homofobia”
Un intento de derribar el muro de silencio respecto al sexo, en la Iglesia, especialmente sobre la homosexualidad, pero también de denunciar “el discurso del odio y la homofobia” inserto en la mayoría de las religiones, dice el director. De hecho, el documental incluye testimonios de homosexuales víctimas de persecuciones o agresiones por motivos religiosos, de padres de familia que perdieron a sus hijos por esta persecución y de seminaristas preocupados por ser homosexuales o que fueron asediados en los seminarios.
La investigación previa a la filmación hizo ver, asegura el director, que “muchos de los religiosos que pregonaban ese discurso también eran homosexuales. Entonces decidimos contratar a un actor y le inventamos un perfil en Facebook para atraer religiosos”.
El éxito fue rotundo. En seis meses de contactos, y a través de tres perfiles, dicho actor contactó con más de cinco mil amistades entre religiosos. Únicamente con sugerir su homosexualidad. “No imaginábamos la cantidad tan grande de religiosos que atraeríamos ni que tendríamos escenas tan fuertes de religiosos usando sus hábitos, algunos en las sacristías”, asegura Giovanini.
Las escenas, de hecho, resultan impactantes. Algunas, incluso, sospechosas de poder estar manipuladas. El director lo niega, y asegura que todos los perfiles de los sacerdotes y religiosos que propusieron sexo virtual al protagonista eran reales. “No queremos perjudicar a nadie. Tan sólo mostrar la hipocresía de los discursos de religiones que condenan la homosexualidad. No es una película contra las religiones sino para mostrar que existe algo equivocado y peligroso en su discurso”, afirmó el director.
150 clérigos de 30 países, también del Vaticano
El filme seleccionará imágenes de unos 150 religiosos de 30 países, entre ellos del Vaticano. El director considera que el filme puede provocar gran impacto en la Iglesia católica porque incluye escenas chocantes con obispos, monseñores, religiosos del alto clero, sacerdotes y seminaristas.
“Tenemos a varios evangélicos y anglicanos pero principalmente católicos, tal vez porque los sacerdotes católicos, por lo general, viven solos en sus casas y pueden usar libremente internet, mientras que los evangélicos viven con sus esposas e hijos y tienen menos libertades para tener relaciones en internet”, dijo.
Aunque el documental se encuentra en su etapa de montaje, Giovanini ha decidido aprovechar el impacto del reciente caso de Krystof Charamsa, el teólogo miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe que ha sido expulsado por confesar su homosexualidad, y la celebración del Sínodo sobre la Familia en el Vaticano para volver a sacar el debate. “Queremos que el Vaticano entienda que primero tiene que preocuparse por lo que ocurre detrás de los muros de la iglesia y con asuntos como el celibato”, afirmó. La Santa Sede, por su parte, no ha querido opinar sobre el asunto.