A la segunda fue la vencida. Carlos Andradas (Reus, Tarragona, 1956) ha derrotado a José Carrillo en las elecciones a rector de la Universidad Complutense de Madrid (con un 60% de los votos frente a un 39,6% con el 100% escrutado) y dirigirá los destinos del centro presencial más grande de España durante los próximos cuatro años. Andradas, catedrático de Álgebra y antiguo compañero de Carrillo en el equipo rectoral de Carlos Berzosa (ambos fueron vicerrectores), ha basado su victoria en los votos de los Profesores Doctores, el Personal Docente Investigador (PDI) y los alumnos, ganando en las tres categorías. El todavía rector Carrillo sólo se ha ganado al Personal de Administración y Servicios (PAS), lo que ha resultado insuficiente. Aún no está claro cuándo tomará posesión Andradas, aunque el mandato del actual rector vence el 3 de junio.
Andradas, que se presentaba por segunda vez a las elecciones, ha basado su mensaje en la campaña en que la acción de Carrillo durante estos años de mandato ha sido escasa. Que se ha centrado en el aspecto económico y ha descuidado el académico. Frente a eso él propone “más complutense”, aumentar la actividad, la presencia, captar más proyectos y buscar financiación. Su labor como presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) ha sido muy valorada por los investigadores. En la primera vuelta le había sacado nueve puntos a su contrincante.
El ganador, con un tono sosegado, se declaró “muy contento” y destacó especialmente el aumento del apoyo entre el PAS, aunque perdió en esta categoría. “Espero que muchos temores se vayan disipando”, explicó a este diario. Entre sus primeras iniciativas, Andradas destacó “concluir las iniciativas que están a medias, por ejemplo un concurso de traslados del PAS o algunas obras”. Lo siguiente será, explicó, “la dotación de un fondo económico para paliar la subida de tasas para el próximo curso para los estudiantes y cumplir con el compromiso de tener, en 100 días, la estrategia de investigación de la Complutense 2020”.
La situación económica de la universidad no ha jugado en favor del actual rector. Entre los mayores logros del mandato de Carrillo, reconocido incluso por su rival Andradas, está haber sido capaz de equilibrar las cuentas —aunque mantiene una deuda de entre 75 y 100 millones de euros, según a quién se le pregunte— y no haber despedido a nadie en cuatro años en los que la Comunidad ha recortado en unos 60 millones la financiación a la Complutense. Quizá por ahí viene el apoyo del PAS. Sus rivales le achacan sin embargo que tampoco ha resuelto la situación precaria de muchos trabajadores de la universidad. Con la investigación no le ha ido mucho mejor por los recortes, también, al plan nacional.
Además, durante su mandato saltó el escándalo por la (mala) conservación de los cadáveres en la Facultad de Medicina, se ha cuestionado su gestión de los incidentes en las huelgas generales o de la realización de botellones masivos en el campus y, sobre todo, que no haya sancionado a Juan Carlos Monedero, dirigente de Podemos y profesor en la universidad, por el caso de las incompatibilidades. Se le llegó a acusar de haber pactado con Podemos para asegurarse su reelección, hecho que él negó y que, cierto o no, no ha resultado determinante, al menos a favor.
Del 3+2 a la deuda
Entre los principales retos que afrontará el nuevo rector está lidiar con el llamado 3+2 que ha aprobado el Gobierno. Andradas ha defendido que “así, con este contexto”, no lo va a aplicar. Los rectores se han autoconcedido una moratoria para no hacerlo en toda España hasta 2017, pero el nuevo dirigente de la Complutense tendrá que afrontar la situación. El elevado precio de las tasas universitarias —estudiar en Madrid duplica el coste de hacerlo en Galicia o Andalucía, por ejemplo— es otro de los frentes abiertos en la universidad, aunque en este caso poco margen de maniobra tiene un centro frente al Gobierno regional de turno.
Respecto a la situación propia de la universidad, la deuda latente de unos cien millones de euros que arrastra desde tiempos anteriores al rector Carlos Berzosa, para lo que contará con unos 400 millones de euros de presupuesto. La precariedad laboral de muchos jóvenes (y no tan jóvenes) profesores se presentan como algunos otros de los principales retos que tendrá que afrontar Andradas.
Por el camino, en la primera ronda, cayeron los candidatos considerados de “la derecha”: Federico Morán, ex secretario general de Universidades en el Ministerio, cargo que dejó para presentarse a estas elecciones, y Rafael Calduch, catedrático de Relaciones Institucionales. El quinto en liza era Dámaso López, catedrático de Filología Inglesa.
El sistema de voto en la universidad respeta la figura de una persona, un voto, pero no todos los votos valen igual. Las papeletas se ponderan: los docentes titulares acumulan un 51% del resultado total, los estudiantes —que apenas votan en la universidad— un 25%, el PAS un 12% y los profesores interinos otro 12%.