El mes pasado un equipo de investigadores anunciaba una vez más un supuesto avance en anticoncepción masculina. Sin embargo, de nuevo las esperanzas de encontrar un método que permita a los hombres compartir las responsabilidades de la planificación familiar han caído en saco roto. Los investigadores anunciaban en un artículo publicado en una revista científica que el comité médico había suspendido el ensayo debido a los efectos adversos del fármaco.
El método en cuestión consistía en una inyección de testosterona junto con un implante de progesterona. Mostró una eficacia superior a la del preservativo e incluso a la de la píldora femenina. Sin embargo, “el comité de seguridad consideró que el número de efectos secundarios, en particular los cambios de humor, eran demasiados”, explica a eldiario.es Mario P. Festin, uno de los autores de la investigación y responsable del Departamento de Salud Reproductiva de la Organización Mundial de la Salud, principal promotor del estudio.
El comité médico encargado de supervisar el ensayo interrumpió la prueba debido a que surgieron algunos efectos adversos no graves, como acné, cambios de humor o incidencias sobre la libido –en este caso, aumento–, tal y como aseguran los autores del estudio en un artículo publicado en la revista The Journal of Clinical Endocrinology & The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolismo.
Efectos similares a la píldora femenina
Resulta paradójico que se descarte el desarrollo de un anticonceptivo por unos efectos que son habituales, o incluso peores, en otros que ya se encuentran desde hace años en el mercado, como la píldora femenina. Ante esta tesitura, Festin ha asegurado que “si bien estos efectos adversos pueden ser considerados como de menor importancia, también pueden ser problemáticos para ciertas personas”.
Para Jose Ramón Serrano, presidente de la Sociedad Española de Contracepción, “esos efectos son ridículos y son de esperar porque son los que tienen la mayoría de los contraceptivos”, afirma a eldiario.es. “Son efectos inherentes al método y no son importantes para la salud. Estos en particular son mayoritariamente debidos a la inyección de testosterona”, explica este especialista.
¿Por qué no hay píldora masculina?
El doctor Serrano reconoce que pueden existir ciertas dificultades técnicas a la hora de conseguir un buen anticonceptivo masculino, dado que “pueden pasar hasta dos o tres meses para que tengan efecto” y, además, “también cuesta un cierto tiempo volver a recuperar la fertilidad”. Eso no pasa con la píldora, que actúa de forma casi inmediata y la fertilidad reaparece en el momento en el que se deja de tomarla.
Sin embargo, según este especialista, “desde hace años ha habido estudios en fase 3 que estaban dando muy buenos resultados y con efectos secundarios mínimos, como ahora, pero se metieron en un cajón, fundamentalmente por motivos comerciales”. Los investigadores del nuevo estudio lo confirman. Señalan que “el desarrollo de productos comerciales se ha estancado”. Según los propios autores del estudio, la base de este método, que supone la utilización de hormonas, se conoce desde hace más de cuatro décadas.
Aunque hay diversos estudios que tratan de abordar la anticoncepción masculina de formas alternativas, en la actualidad apenas hay compañías farmacéuticas que estén desarrollando anticonceptivos para hombres y solo la OMS, principal promotora de este último ensayo, o algunas organizaciones sin ánimo de lucro están trabajando en ello.
Todo pese a que según el propio estudio, más del 75% de los participantes aseguró estar satisfecho con el método y dispuesto a utilizarlo si estuviera disponible. “Estoy seguro que de que hay muchos hombres que están concienciados y que utilizarían este tipo de métodos, especialmente aquellos que tienen pareja y que saben que la contracepción también es cosa de ellos”, explica Serrano.
La planificación familiar “no es cosa de hombres”
Pero pese a la supuesta falta de incentivo comercial, también existen un problema cultural de fondo: la planificación familiar y la contracepción se consideran mayoritariamente como algo exclusivamente femenino.
Serrano asegura que uno de los principales problemas es que “la anticoncepción masculina está mitificada, pues se considera que no es cosa de hombres”. Según este especialista, “los hombres no se embarazan, con lo que si no hay una pareja con la que se comparta la fertilidad como algo común, es difícil que esto se acepte”.