Es habitual que a una protesta ciudadana que termina en disturbios, cargas y detenciones le siga una manifestación de apoyo a los implicados y heridos el día siguiente. Que esa concentración la compongan antidisturbios indignados y otros policías nacionales es casi insólito. Alrededor de 200 agentes se encuentran esta tarde concentrados frente a la comisaría de Moratalaz en Madrid, en el mismo lugar donde suelen esperar otros colectivos la salida de compañeros detenidos en la Brigada de Información. Los agentes protestan ante las directrices y órdenes recibidas ayer, durante los disturbios que siguieron a las Marchas por la Dignidad.
La criticada gestión de la seguridad durante la manifestación tampoco convence a sus protagonistas. “Hubo errores en la dirección y toma de decisiones, que no se ajustaron a la evolución de los acontecimientos y que supusieron el abandono de un grupo de 15 compañeros a merced de cientos de violentos”, señala el portavoz del Sindicato Independiente de la Policía, Alfredo Perdiguero, también frente a Moratalaz.
La policía contó ayer 67 heridos de los 101 que se produjeron en total. “¿Te acuerdas de cuando en la prensa salían 20 heridos, y tres de ellos policías?”, le preguntaba uno de los concentrados a otro esta tarde en Moratalaz.
Sienten que sus bajas son numerosas y, “lo que es más doloroso, consentidas”. Muchos de los agentes que intervinieron ayer han pasado la mañana hablando con compañeros heridos de diversa consideración: traumatismos, contusiones, dientes rotos. Quizá el caso que más les ha afectado ha sido el de un compañero cuyo chaleco fue rasgado con un arma blanca en siete ocasiones. Un hecho que consideran “inaudito”.
Proteger Génova, desproteger agentes
Lo peor para ellos es, sin embargo, que ante la escalada de violencia no se modificaran las órdenes que habían recibido al comienzo de la marcha: no se utilizaría material antidisturbios. En los vídeos, sin embargo, sí se aprecia el uso de pelotas de goma y gases lacrimógenos, aunque según Perdiguero con menos intensidad de lo que exigía la situación.
Las órdenes expresas de que se aguantara en lugar de cargar produjeron una situación de absoluto desamparo para el Grupo VII de las Unidades de Intervención Policial (UIP), el que quedó atrapado cerca de la salida de Renfe del Paseo de Recoletos con la Plaza de Colón.
“Cayeron todos, les llovían piedras, toda clase de proyectiles, les atacaban con barras de hierro. Durante ocho minutos estuvieron solicitando apoyo sin que se les prestara por ninguno de los otros grupos en las proximidades, unido a la orden de no utilizar los medios de que dispones dejó a los agentes en completa indefensión”, explica Perdiguero, que ha solicitado el cese del Comisario General de Seguridad Ciudadana y el Jefe de las UIP de inmediato por “impedir que otros efectivos acudieran en su apoyo”.
Lo cierto es que varias unidades se encontraban desplegadas cerca: unas ubicadas en las proximidades del Ministerio del Interior, en otro extremo de la plaza de Colón, y otras en la calle Génova, que custodiaban la sede del Partido Popular. A ninguna se le permitió abandonar su puesto.
Los agentes señalan que son ya tres manifestaciones en Madrid en las que se les prohíbe utilizar el material antidisturbios, como el lanzamiento de pelotas de goma, y que se les ha reducido el número de bocachas (escopetas de boca ancha para munición antidisturbios) por unidad.
¿Puede ser que se encontraran ante una acción mejor organizada por parte de los violentos? “No, con los medios que establece la ley y una buena organización se habría disuelto como se ha hecho otras veces”, asegura Perdiguero.
Según ha podido saber eldiario.es, el Comisario General de Seguridad Ciudadana se ha desplazado hasta la comisaría de Moratalaz para tratar lo sucedido ayer. De momento no se ha producido ningún cese, según señalan fuentes policiales. Los agentes que siguen llegando a la puerta del complejo policial piden a gritos “Dimisión, dimisión” y demandan que acuda el mando de las UIP responsable ayer.