Una nueva marea blanca despierta en Madrid: “Que los aplausos que ha habido hasta ahora se traduzcan en algo real”
A las ocho de la tarde rompían los aplausos. En la plaza de Arturo Barea en Lavapiés (Madrid) sonaba estridente “Sanidad pú-bli-ca!” mientras los manifestantes protegidos con mascarillas y a distancia aguardaban a las batas blancas. Poco después los sanitarios han salido a la puerta del centro de salud del barrio también a aplaudir y con algún resto de EPI puesto. “¡Salvadores!”, les han llamado. Pero en apenas cinco minutos han vuelto al interior del centro: el turno no había acabado. Una escena similar se vivía también en el hospital La Paz, donde un gran grupo de trabajadores con sus uniformes blancos compartieron su reivindicación en defensa de la Sanidad con personas que se acercaron hasta las puertas del centro sanitario para mostrar su apoyo.
Este lunes 25 de mayo, la plataforma Sanitarios Necesarios ha promovido en la Comunidad de Madrid una concentración para pedir que la sanidad pública quede blindada tras su papel crucial durante el pico de la pandemia de COVID-19. La exigencia principal es que el Gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso mantenga a los 10.000 profesionales que reforzaron el sistema y cuyos contratos ahora están en el aire.
“Proponemos una ley que blinde la sanidad: que no consienta privatizaciones ni recortes, que mejore las condiciones laborales, que garantice que todos los servicios ahora externalizados vuelvan a ser públicos... Y sobre todo que la gestión de los hospitales no se otorgue a las grandes aseguradoras”, explica Laura Castillo, enfermera en la UCI del hospital 12 de Octubre que actúa como portavoz.
El movimiento recuerda inequívocamente a la Marea Blanca, la plataforma que nació para frenar el plan de privatizaciones generalizadas ideada por el Gobierno de Ignacio González y su consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty. Esta marea aún está viva y se ha manifestado por las calles de Madrid cada mes desde entonces. “Somos otra gente, más joven, y no estamos en contacto con ellos. Sin embargo, esto se ha pensado como un movimiento sucesor, como una nueva Marea Blanca”, concede la enfermera.
El asunto de las contrataciones no deja de ser un símbolo. Madrid tuvo que pedir profesionales a toda prisa según avanzaba la enfermedad y las plantillas se revelaban insuficientes para dar toda la atención necesaria. Sin embargo, a medida que los contratos temporales iban hacia su fin, el Ejecutivo de Díaz Ayuso planeó dejarlos extinguir sin más. Las protestas de los sindicatos forzó a la presidenta regional a asegurar que mantendría las contrataciones. Los sindicatos recibieron el compromiso de que se mantendría el volumen de profesionales hasta el 31 de diciembre.
“La precariedad es algo súper común tanto en medicina como en enfermería, auxiliares, celadores, limpieza... No tenemos un contrato decente hasta que no llevamos muchos años trabajando, y eso influye por supuesto, en la manera de cuidar a los pacientes”, explica esta sanitaria del servicio intensivo. Laura asegura que “se ha dicho que toda la gente que venía a reforzar durante la crisis se iba a quedar y eso no es verdad. Lo primero es que muchísimos de ellos han terminado su contrato y ya no están trabajando en el hospital y lo segundo es que en las nuevas renovaciones no hay ningún tipo de orden ni transparencia. Yo creo que por eso la gente se ha hartado: nos hemos unido tanto la gente del COVID que quiere quedarse porque saben que son necesarios, como los que ya estábamos en los hospitales”.
Las concentraciones inauguradas este lunes se parecen a la marea blanca en su idea de acorazar la sanidad pública a base de recursos. Por eso, insiste esta sanitaria “lo más importante es que los aplausos que ha habido hasta ahora se traduzcan en algo real. Nosotros estamos muy agradecidos por esos aplausos que nos parecen algo muy necesario, que nos han animado mucho, que han sido muy importantes psicológicamente, pero queremos que ahora tengan un resultado. Que se traduzca en apoyo real de las instituciones”.
Las protestas se han centrado en la Comunidad de Madrid aunque ya se baraja su viaje a Euskadi y Andalucía. Nuestras reivindicaciones tienen que ver con el temor a un nuevo repunte, pero desde luego también porque la sanidad se ha maltratado durante muchos años“, apunta. Y luego describe cómo en su centro, el 12 de Octubre, ”se habilitaron hasta cinco o seis UCIs llenas de enfermos de COVID con gente que no tenía experiencia y que trabajaba como podía, aprendiendo a base de golpes, muy rápido y pasándolo muy mal“. Al final remata: ”Queremos dejar claro que no nos unimos a ningún partido ni tampoco pertenecemos a ningún sindicato. No somos ni de izquierdas ni de derechas, somos trabajadores que estamos hartos“.
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