Este 11 de marzo se ha cumplido un año desde que la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia la expansión de la COVID-19. También este 11 de marzo la Agencia Europea del Medicamento ha aprobado la cuarta vacuna contra la enfermedad para su uso en el continente, la desarrollada por Janssen, filial de Johnson&Johnson, una gesta récord consecuencia de que nunca antes se habían destinado tantos recursos para combatir un único virus como contra el SARS-CoV-2. Con esta cuarta vacuna, Europa puede aumentar notablemente la velocidad del proceso de inmunización que comenzó el pasado 27 de diciembre. Pero ese impulso comenzará, si se cumple, a partir del segundo trimestre de 2021. Por contrato, será en abril cuando comiencen a llegar dosis de Janssen, y será también en ese mes cuando otras compañías como Pfizer eleven sus remesas.
En España hemos recibido del reparto europeo, en dos meses y medio de 2021, 6,6 millones de dosis, y los sanitarios han administrado 4,9. Sobre todo de Pfizer (4,5 millones solo de ella), también de Moderna y AstraZeneca. La media actual sale que se ponen más de 130.000 pinchazos diarios en nuestro país, casi el triple que en enero. Pero para alcanzar la meta de tener a unos 35 millones de ciudadanos (el 70% de la población) inmunizados el 21 de septiembre deben aumentar rápido a los más de 300.000.
Durante el segundo trimestre de 2021, de abril a junio, solo de Janssen la ministra ha anunciado 5,5 millones de dosis, casi tantas como de las tres compañías actuales juntas hasta ahora. También se ha comprometido, por lo comunicado por la Unión Europea, a 4,8 millones de dosis de Pfizer solo en abril. Si se mantiene por lo menos ese ritmo hasta septiembre y se suman las que lleguen de AstraZeneca y Moderna (por confirmar cuántas) y quizá otras posibles (CureVac, Novavax, Sputnik V), esa meta de los 35 millones de ciudadanos protegidos en septiembre parece más realista que hace unas semanas.
Janssen no es una vacuna cualquiera. Muchos la esperaban desde hace meses porque tiene al menos dos ventajas fundamentales. En primer lugar, al contrario que las demás, es de una sola dosis, lo que permite inmunizar a la misma gente en la mitad de tiempo y con la mitad de viales. En segundo, se conserva a entre 2 y 8 grados, no en ultracongelación como Pfizer y Moderna. Los expertos confían en que sea un impulso “fuerte”, a más tardar, en mayo. Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología y uno de los participantes en el plan estatal, recuerda que ese impulso “se consolida siempre y cuando lleguen las dosis. Todo indica que será en abril, pero contemos con un impulso importante para todo el segundo trimestre”.
Los profesionales y especialistas llevan meses repitiendo que el problema no es el trabajo de los sanitarios sino el ritmo de llegada de viales. Y después de las decepciones de este primer trimestre con, sobre todo, AstraZeneca, que redujo sus envíos previstos para los primeros meses del año a la mitad, nadie quiere dar por hecho lo que pase en el futuro. Pero “cuantas más vayan entrando, más horquilla donde elegir vamos teniendo”, dice el doctor Javier Álvarez, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, “lo previsible es que va a mejorar el suministro, pero han de cumplirse los contratos firmados para ello”.
El enigma AstraZeneca
En el puzle del aumento de capacidad de vacunación durante esta primavera hay un tercer factor: qué pasa con la autorización de AstraZeneca para la población mayor de 55 años. Casi todos los países europeos se han inclinado por levantar el límite de 55 o 65 años que inicialmente pusieron, por falta de resultados clínicos, para esta vacuna. Y ha sucedido casi a la vez que Dinamarca, Italia y Noruega paralizaban su campaña con AstraZeneca por unas decenas de casos de trombos en personas vacunadas que había que investigar. La Agencia Europea del Medicamento los desvincula ya del fármaco. “Puede ser muy parecido a lo que sucedió en los ensayos con la mielitis en septiembre, que cuando coges a muchas personas pueden suceder estos eventos. Pero confío en que sea puntual”, señala Álvarez. España continúa adelante con la vacunación de AstraZeneca con normalidad, no la paraliza, avanzó ayer Darias.
De momento, en España, la Ponencia de Vacunas de la Comisión de Salud Pública, con técnicos del Ministerio y de las comunidades, aplaza la decisión a que la Agencia Europea dé más datos. Y se inclina por levantar el límite de los 55 años pero poner uno nuevo en los 65 años, no por permitirla a mayores de esa edad como sí ha hecho Alemania, Francia y Portugal, entre otros. Así que seguirá destinada principalmente a trabajadores esenciales (policías, bomberos, militares y docentes). “Esto ayudar, ayudará”, opina José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas, implicada en el plan estatal, “pero no para la brecha realmente preocupante, que son los mayores de 70 años a los que necesitamos vacunar. La de Janssen, en principio, sí, irá para todas las edades, aunque está por confirmarse que también en España”. La primera meta, antes que el 70% de la población vacunada en septiembre, es tener a todos los mayores de 80 a principios de abril, pero esa fecha cada vez se acerca más y en algunas comunidades, como Madrid, apenas se ha comenzado.
En opinión de Forcada, la Ponencia de Vacunas está siendo “muy precavida” con la autorización de AstraZeneca, permaneciendo a la espera de más evidencias sobre seguridad en mayores. Y “la precaución es importante, pero en ocasiones tal vez estamos un poquito demasiado lentos. Es también un tema de descentralización: si cada comunidad tiene una posición, hay muchas voces a escuchar en estas decisiones”. Álvarez indica que, aunque AstraZeneca no se pueda usar con mayores a corto plazo, al menos cubrirá a los trabajadores esenciales de entre 55 y 65 años que hasta ahora no estaban incluidos en ninguna vacuna, por superar el tope de AstraZeneca y por no entrar en los grupos de edad prioritarios: “Igual de momento, teniendo otras vacunas, no es tan necesario. Otros países la han aprobado ya para mayores pero quizá hay otros tipos de presiones o más prisas. Aquí no podemos andar presumiendo, pero estamos en la tabla alta de administración, y AstraZeneca ni siquiera es la compañía de la que más dosis hemos recibido. Todo está siendo más lento de lo que esperábamos, pero parece que en primavera va a cambiar”.