En la madrugada del pasado viernes, A Coruña ponía en marcha un servicio de paradas a demanda para las mujeres que viajan solas en los autobuses que recorren la ciudad por la noche. Se trata de una iniciativa que permite que el transporte se detenga en una zona no habilitada como parada para reducir la distancia que deben caminar solas por la calle de noche y luchar contra el acoso sexual. La medida se ha implantado este mismo año en ciudades como Vigo, Bilbao o Terrassa, mientras otras tantas estudian su viabilidad este verano.
Son paradas bajo petición dentro de la ruta oficial de los llamados 'buses búho' que permiten a las mujeres aproximarse lo máximo posible a su destino y evitar así, por ejemplo, la inseguridad de tener que ir solas de madrugada por calles sin luz o por barrios vacíos con todos los negocios cerrados. Un seguimiento de la medida permite a los ayuntamientos conocer en qué barrios se solicita más o en qué franjas de edad es más habitual, entre otras cuestiones.
“Forma parte de las medidas que puede tomar un ayuntamiento para mejorar la seguridad de las mujeres”, dice Rocío Fraga, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de A Coruña, gobernado por Marea Atlántica. “Esto también incluye todas las relacionadas con el espacio público: la iluminación, la colocación del mobiliario urbano... Es repensar la ciudad en términos de la accesibilidad universal”. Lo ejemplifica con el caso de los ascensores que hay en las calles de algunos barrios: una medida que puede ayudar a no crear una sensación de miedo en las mujeres es que sean de cristal y no opacos. Así se puede ver desde el exterior lo que ocurre dentro.
También la colocación y el tamaño del mobiliario urbano puede estudiarse para comprobar si hay alternativas que eviten situaciones donde los ciudadanos sientan miedo, explica Fraga: “Se trata de valorar, por ejemplo, la colocación de los contenedores que, si son grandes, dependiendo de cómo estén colocados pueden dar la sensación de que ocultan a una persona detrás”. Es una muestra de las iniciativas que se pueden desarrollar desde el urbanismo con visión de género para hacer las ciudades más seguras.
En el caso de Coruña, las mujeres que quieran hacer uso de este servicio de “paradas libres” −de momento, solo disponible viernes, sábados y vísperas de festivo entre las 00.30 y las 4.40− tienen que avisar en el momento de subirse al conductor o conductora de que pedirán una “parada libre” y sentarse, en la medida de lo posible, en la parte delantera del vehículo. La limitación es que la parada no suponga ningún riesgo para el tráfico.
La iniciativa se ha abierto camino este año
Con esta medida, aprobada por unanimidad en el pleno municipal el pasado 2 de julio a propuesta del PSdeG-PSOE, A Coruña se une al cada vez mayor grupo de ciudades españolas que cuentan con un servicio de “paradas libres” fuera de las reglamentarias siguiendo el ejemplo de la localidad francesa de Nantes, la pionera. Las diferencias entre las ciudades varían en torno al número de trayectos que cubren, la hora de inicio y finalización, o a quiénes incluye.
Este mismo año, otra ciudad gallega, Vigo, ha implantado una medida similar: desde el 16 de febrero de este año, los buses urbanos que circulan entre las 22.30 y las 6.30 paran en cualquiera parte del recorrido a las mujeres que lo piden. El resto de usuarios del transporte público que lo necesiten “por sus circunstancias” también pueden hacer uso de esta posibilidad.
En Bilbao, el gobierno local (PNV-PSE) dio luz verde en enero a la medida, propuesta de EH Bildu, y que se aplica desde este julio. Poco antes, a mediados de junio, se puso en marcha de forma definitiva este mismo servicio en Terrassa, destinado a las mujeres, las personas mayores, los menores de 16 años y las personas con discapacidad. Mientras, Barcelona ha comenzado a probar su funcionamiento y preparó en febrero un plan piloto para las líneas N1 y N9.
El Ayuntamiento de Sabadell ha tomado ejemplo y quiere iniciar el sistema de paradas intermedias de autobús a principios de otoño, aunque todavía tienen que debatir en el pleno de septiembre el reglamento. También lo han aprobado Segovia o Gijón, ambas estudiando la viabilidad de la propuesta.