El Ayuntamiento de Madrid (Ahora Madrid) revisará y redactará los documentos administrativos con los que trabaja –tanto internos como los dirigidos a la ciudadanía– para incorporar un lenguaje inclusivo. Es uno de los objetivos de la “Guía para el uso inclusivo del lenguaje en el Ayuntamiento de Madrid y sus organismos autónomos”, que el consistorio repartirá a todos sus funcionarios.
De esta manera, todos los formularios, impresos, solicitudes y el resto de documentación emitida por el Ayuntamiento –la hoja de inscripción en el padrón, las multas o las cartas enviadas a los hogares, por ejemplo– seguirán pautas de lenguaje no sexista para “significar a las mujeres en el lugar que hoy ocupan, visibilizándolas, no excluyéndolas”.
“En definitiva –prosigue la guía, a la que ha tenido acceso eldiario.es– dejando atrás un uso del lenguaje discriminatorio para pasar a la utilización del lenguaje que represente a mujeres y hombres de manera igualitaria”. El Ayuntamiento no se ha marcado plazos para revisar la documentación a la espera de que se constituya una comisión de seguimiento que evaluará la implantación de todas las medidas incorporadas en el I Plan de Igualdad.
“El objetivo es ir convenciendo, no tiene unas consecuencias punitivas. No pretendemos que si no se hace, haya un castigo”, asegura la concejala de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras, que hace hincapié en que “el lenguaje no es neutro y crea la realidad”.
El Plan de Igualdad, que se ha comenzado a ejecutar en enero de este año y fue firmado por la alcaldesa, Manuela Carmena, y los sindicatos el pasado mes de diciembre, incluye como una de las primeras acciones la elaboración de la guía de lenguaje inclusivo, que a partir de este miércoles será colgada en la plataforma de comunicación interna del consistorio a la que tienen acceso los trabajadores.
“La portavocía” por “los portavoces”
El lenguaje administrativo que se seguirá a partir de ahora en el Ayuntamiento de Madrid dejará de usar el masculino como genérico. Algo habitual “en impresos como las peticiones, las denuncias o las declaraciones juradas”, especifica la guía.
El documento propone una serie de técnicas que divide en ejemplos concretos que aconseja no utilizar y otros que sí. Así, declina emplear términos como “el interesado” para pasar a usar “la persona interesada” o “los profesores” para utilizar “el profesorado”. Además, aconseja usar perífrasis en casos como “los administrativos” o “los portavoces”, que sustituye por “el personal administrativo” y “la portavocía”.
Entre otras estrategias, la guía propone reemplazar indicaciones como “el candidato debe enviar su currículum” por imperativos como “envíe su currículum” y emplear pasivas y estructuras con “se”: “El solicitante debe presentar el formulario” podrá sustituirse por “el formulario será presentado” y “el usuario solicitará plazas” por “se solicitarán plazas”.
“Hombre” no es sinónimo de “persona”
Las técnicas reconocen que “debe evitarse” la utilización de los dos géneros gramaticales (los/las alumnos, por ejemplo), salvo cuando “la oposición de sexos es una factor relevante” y opta por emplear fórmulas como las descritas anteriormente. Eso sí, remarca que “siempre es mejor el desdoblamiento que el uso del masculino exclusivamente” e insiste en que no se debe emplear “hombre” como sinónimo de “persona”.
El consistorio pone como ejemplo de relevancia a la hora de usar el masculino y el femenino construcciones como “la ratio de alumnos y alumnas”. Algo que no convence a la Real Academia Española, que siempre se ha mostrado reacia a utilizar este tipo de lenguaje. Para la institución, en la que hay 8 mujeres entre 44 académicos, el uso del masculino como genérico es correcto y “la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones” es “los alumnos”.
La guía del consistorio, aunque desaconseja usar los dos géneros gramaticales, deja un resquicio en casos de necesidad. En ese caso, apunta, “es necesario alternarlos para no dar prioridad a uno sobre el otro”. Y ejemplifica: aconseja no utilizar “los ciudadanos”, sino “la ciudadanía” o “las y los ciudadanos” y emplear barras –las/los usuarios, por los usuarios–, que califica de “útiles para ahorrar espacio”, pero indica que su uso debe de ser “razonable” y no como “técnica mayoritaria” de los documentos porque “se harían ilegibles”.
Tampoco recomienda el uso del símbolo “@” ni las referencias al estado civil e incluye varios tipos de formaciones comunes de la construcción de los nombres de oficios, profesiones y cargos en femenino.
La guía, que se ha basado en un informe elaborado por el Parlamento Europeo en febrero de 2008 sobre lenguaje no sexista, nombra también el marco legislativo en el que se enmarca: varias referencias del Consejo de Europa recomendando el uso del lenguaje inclusivo, la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres de la ONU (Cedaw) o la ley de igualdad de 2007.