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Ayuso y Almeida se colocan ahora contra la evidencia científica de las medidas antitabaco

David Noriega

12 de diciembre de 2023 23:09 h

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En el Partido Popular de Madrid cualquier excusa es buena para confrontar con el Gobierno central. Si hay que decir que nadie muere por la contaminación, mientras la OMS alerta de la pérdida de miles de vidas por la polución, se dice. Si hay que defender los atascos, se defienden. Si hay que comparar las políticas contra la emergencia climática con el comunismo, se comparan. Y si el Ministerio de Sanidad anuncia su intención de recuperar el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, que lleva año y medio durmiendo el sueño de los justos, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida activan la maquinaria porque consideran que se va a “demonizar” el tabaco.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha puesto en duda que haya evidencia en torno al plan que impulsó el ministro socialista Salvador Illa en 2021 y que quiere recuperar Mónica García. Ayuso ha pedido que “se publiquen esos informes que nos dicen que fumar en las terrazas es tan perjudicial”. En un giro argumental, la líder de los 'populares' madrileños ha indicado que en “grandes ciudades en el mundo”, como Nueva York y en California, “todo son tiendas de consumo de marihuana” y “se ha contemporizado con todas las drogas” y “se es muy permisivo con lo demás”. A su cuenta de X, antes Twitter, ha subido dos imágenes de personas con evidentes problemas de drogadicción.

El plan elaborado por Sanidad contaba ya en 2022 con el aval del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y el visto bueno de las sociedades médicas y planteaba legislar sobre los cigarrillos electrónicos, el empaquetado genérico, más impuestos y nuevos lugares libres de humo, “especialmente en los espacios exteriores”, en una referencia implícita a las terrazas de bares y restaurantes. El actual presidente del comité, el doctor Francisco Pascual, ha mostrado su “satisfacción” por las declaraciones de García y ha destacado que “las propuestas que recoge (el plan) son más que necesarias para poder disminuir no solo los daños provocados por el tabaco, sino también para intentar mejorar la morbimortalidad, disminuir la prevalencia y la incidencia del tabaco en la sociedad y controlar y regularizar otros productos, como los cigarrillos electrónicos o los vapeadores”.

Pero, más allá del consenso médico sobre la necesidad de avanzar en nuevas medidas tras el impulso legislativo de 2010, y frente a la petición de Ayuso de esos informes que digan que “fumar en las terrazas es tan perjudicial”, la Organización Mundial de la Salud estima que cada año mueren en todo el mundo 8 millones de personas a causa del tabaco, independientemente del lugar donde lo consuman, de las cuales 1,3 millones, más del 16%, ni siquiera fuman, sino que “están expuestos al humo ajeno”.

Declarar las terrazas espacios libres de humo se ha solicitado permanentemente por todas las sociedades y obedece a una evidencia científica. Hay estudios que demuestran que en las terrazas hay humo de segunda mano, de tercera y de cuarta

“La medida (de declarar las terrazas espacios libres de humo) se ha solicitado permanentemente por todas las sociedades, está incluida en el plan y obedece a una evidencia científica, porque hay estudios que demuestran que en las terrazas hay humo de segunda mano, de tercera y de cuarta”, explica el coordinador del grupo de tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos General y de Familia (SEMG) y expresidente del CNPT, Andrés Zamorano.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha reconocido que, “desde el punto de vista sanitario, fumar no es la actividad más recomendable”, pero ha calificado de “disparatada” la intención del Ministerio de prohibirlo en terrazas. Una opinión que contrasta, por ejemplo, con la de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que en septiembre emitió un comunicado en el que advertía de que las terrazas “representan uno de los lugares más utilizados para fumar y vapear” y que sus usuarios “se encuentran expuestos a concentraciones significativas de gases y partículas dañinas” y se basaba en “evidencia científica sólida” para alertar del impacto de la exposición pasiva al humo del tabaco en una “mayor frecuencia de enfermedades cardiovasculares, respiratorias o trastornos fetales, no existiendo un umbral de concentraciones de tóxicos del tabaco y el vapeo en estos entornos”.

La nota de la SEPAR estaba firmada junto a la Sociedad Valenciana de Neumología y respondía a la decisión de la Comunitat Valenciana de levantar la prohibición de fumar en terrazas, heredada de la época de la covid-19. La de Neumología no fue la única sociedad médica que se pronunció al respecto. También lo hizo, en los mismos términos, la de Epidemiología. Y desde la de Salud Pública llevan posicionados en la misma línea desde hace años. En julio de 2022 publicaron un posicionamiento en el que aseguraban que “el éxito de las medidas orientadas a favorecer entornos libres de humo de tabaco justifica la oportunidad de extender la prohibición de fumar a diferentes espacios públicos y privados en los que los riesgos derivados de la exposición al humo ambiental afectan especialmente a menores y otras personas vulnerables” e instaban al Ministerio a poner en marcha el plan que ahora retoma García y a las comunidades y ayuntamientos a que “ejerzan sus competencias para avanzar en el control del tabaquismo”.

De no normalizar a no demonizar

Si Ayuso considera que la medida “demoniza” el tabaco en espacios públicos y abiertos, los expertos reclaman que no se normalice. “Hay que empezar a hacer prevención desde que los niños tienen cinco y seis años. No pueden ver normal fumar”, defiende el coordinador del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad, Vidal Barchilón, que reclama que las medidas se enfoquen “desde el respeto absoluto por lo que las personas decidan hacer, pero también desde la protección de la salud pública, sobre todo de los menores”.

El oncólogo Luis Paz Ares, jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Pulmón H12O-CNIO, recuerda que este es el tumor que más muertes produce en España, unas 23.000 al año, por lo que “cualquier medida encaminada a prevenir su desarrollo es muy importante”. En ese sentido, el doctor aclara que, si bien “es difícil avalar con datos robustos” una relación entre la prohibición de fumar en terrazas y un descenso del número de cánceres de pulmón, lo relevante en este tipo de medidas es “el mensaje cultural de que fumar es malo”. “Si quitáramos el tabaco, quitaríamos el 30% de los cánceres y las dos medidas que han demostrado ser más eficaces son el aumento del precio y la disminución del tabaquismo en espacios públicos, así que me parecería razonable, no solo en terrazas, sino en otros ámbitos, como las playas”, explica.

Si quitáramos el tabaco, quitaríamos el 30% de los cánceres y las dos medidas más eficaces son el aumento del precio y la disminución del tabaquismo en espacios públicos. Me parecería razonable, no solo en terrazas, sino en otros ámbitos, como las playas

Según los resultados de la última encuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), más del 90% de la población sería partidario de cambiar la legislación para ampliar los espacios libres de humo. El sondeo, con preguntas a más de 9.700 personas, muestra un consenso casi absoluto respecto a la prohibición de fumar en las terrazas de hostelería: lo apoyan el 84,9% de los no fumadores, el 71,2% de los exfumadores y hasta el 28,2% de los fumadores. Por eso, Vidal Barchilón reconoce que es importante que las terrazas sean espacios libres de humo, pero aboga por ir más allá. “Hay una percepción favorable en el tema del coche con niños”, indica el experto, un supuesto que la ministra García señaló que se estudiaría. Pero no solo eso: algunas comunidades, como Andalucía, Galicia o Murcia, han puesto en marcha playas sin humos y el Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido fumar en todos sus arenales.

Los argumentos actuales de los dos mandatarios del Partido Popular recuerdan a los esgrimidos en 2010, cuando se tramitó la prohibición de fumar en bares y restaurantes mientras la derecha pronosticaba el fin de la hostelería. Ayuso, que entonces comparaba en redes sociales el humo con los niños, pide ahora que las restricciones al tabaco se acuerden con “el sector privado”.