La adjudicación de la mina de Aználcollar, que la Junta ha paralizado después del escándalo, no sólo afecta a la empresa andaluza Magtel, con supuestas vinculaciones con la Junta de Andalucía. La otra pata de Minorbis, Grupo México, es la responsable de uno de los peores desastres ecológicos del país.
Así lo reflejaron los medios locales cuando, el 6 de agosto de 2014 la falla estructural de un contenedor de la minera Buenavista del Cobre, propiedad de este conglomerado, en el Estado de Sonora provocó un derrame tóxico de 40.000 metros cúbicos de sulfato de cobre mezclados con ácido sulfúrico y altas concentraciones de metales pesados, muy dañinos para la salud y el ecosistema.
“Pese a la magnitud del accidente, la minera trató de ocultarlo durante varios días. Sin embargo, no fue hasta que los medios de comunicación y los mismos pobladores detectaron el color distinto del agua y afectaciones cuando el escándalo salió a la luz”, explica a este medio el portavoz de Greenpeace México, Miguel Soto.
Estos antecedentes son los que preocupan a las organizaciones conservacionistas que trabajan en Doñana: “Lo de la empresa andaluza es un maquillaje [en referencia a la adjudicación de Minorbis], es simplemente una conseguidora, pues la que gestionaría Aznalcóllar es la mexicana. Y Grupo México no es ajeno a los accidentes graves, un peligro en un lugar especialmente sensible con lo que ha pasado”, explica a eldiario.es el coordinador técnico de la oficina de WWF en Doñana, Juan José Carmona.
Ese “con lo que ha pasado” recuerda que la mina de Aznalcóllar fue la protagonista en 1998 de uno de los mayores desastres ambientales de Europa. La noche del 25 de abril de aquel año en estas minas, situadas a unos 50 kilómetros al norte del Parque Nacional de Doñana, se produjo la rotura de un muro de contención de una balsa de decantación: en resumen, el mayor vertido tóxico de la historia de España.
Uno de los hombres más ricos de México
La principal actividad de Grupo México es la minería, aunque también se dedica a los transportes e infraestructuras, explican en su web. La empresa pertenece a Germán Larrea uno de los hombres más ricos de México (solo superado por el magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim) y del que poco se sabe: “El multimillonario más misterioso”, le ha calificado la revista Forbes. Apenas existen fotos (recientemente el Gobierno mexicano publicó una del empresario junto al presidente Peña Nieto) de un hombre con una fortuna estimada de 14.900 millones de dólares, según la revista económica, quien le coloca en el puesto 64 de su ranking mundial de multimillonarios.
El desastre del pasado agosto afectó a unos 25.000 habitantes de siete municipios aledaños a los ríos Sonora y Bacanuchi (San Felipe, Arizpe, Aconchi, Banamichi, Ures, Baviácora y Hermosillo), en el Estado de Sonora, a unos 25 kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Tras la tragedia ambiental y humana, Larrea no se disculpó, sino que inicialmente negó los hechos.
“Grupo México mintió deliberadamente al decir que unas lluvias extraordinarias provocaron que sus contenedores, como pequeñas presas con químicos, se inundaran y rompieran provocando el derrame. No fue hasta que algunas fuentes revelaron que esos días no llovió y que la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno mexicano] informó que en realidad lo que ocurrió fue una falla de una válvula que se reventó, cuando se desmintió la versión de Grupo México”, recuerda el portavoz de Greenpeace.
Indemnizó con 150 millones
La compañía minera cedió finalmente y acordó reservar 150 millones de dólares para pagar por los daños. Según los datos económicos publicados por la empresa, el ebitda (es decir, las ganancias antes de impuestos e intereses) acumulado en 2014 ha sido de 3.907 millones de dólares. Además, la división minera alcanzó una plusmarca de producción de 847.387 toneladas de cobre contenido al año, gracias a la mayor producción de Buenavista.
El objetivo, apunta la propia compañía, convertir a esta mina de Sonora en la tercera mina más grande del mundo en términos de producción; también es la más antigua en América del Norte, con trabajos que datan de 1899. Esta mina, antes conocida como Cananea, contiene los mayores yacimientos de cobre mineral en exportación en el mundo.
Tras el desastre ambiental, la Comisión Permanente del Congreso mexicano solicitó cancelar el permiso de explotación y afirmó que el derrame puede considerarse un “ecocidio”, ya que afecta a las actividades ganaderas y agrícolas de la zona. Sonora es uno de los Estados con mayores problemas de agua de México.
Siguen las manifestaciones
Ocho meses después del vertido, ciudadanos de la zona siguen manifestandose para solicitar el cierre de la mina. De momento, el pasado marzo la compañía pagó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente 23,5 millones de pesos de multa (algo más de 1,3 millones de euros) por 50 irregularidades detectadas tras el derrame en los ríos Sonora y Bacanuchi. Esas sanciones fueron impuestas tras inspecciones posteriores y son independientes al fideicomiso de 2.000 millones de pesos iniciales (unos 115 millones de euros) que el Gobierno federal impuso a la empresa para remediar el daño.
Otra filial de Grupo México, Southern Cooper, ha propuesto desarrollar en Perú, en la región de Arequipa, el proyecto Tía María, del que se prevé una producción estimada de 120.000 toneladas métricas anuales de cátodos de cobre. La idea ha dividido a los peruanos. Las protestas de las últimas semanas han provocado tres muertos y más de 200 heridos, según los medios locales.