Los países balleneros bloquean la creación de un santuario en el Atlántico Sur

No habrá santuario para cetáceos en el Atlántico Sur. La Comisión Ballenera Internacional (CBI) ha rechazado la propuesta de que esas aguas –20 millones de km2– se conviertan en un refugio seguro para ballenas y delfines: sin caza, con protección frente al tráfico marino y las redes de pesca. Japón, Noruega e Islandia han triunfado en su negativa al arrastrar a otros 21 países y bloquear la mayoría cualificada que requiere la declaración de un santuario, según cuenta WWF.

“Parecía que esta vez se iba a conseguir porque la propuesta contaba incluso con el visto bueno de los científicos de la comisión”, relata la responsable de Océanos de la ONG, Celia Ojeda. Pero, según cuentan desde Eslovenia –lugar donde se celebra la cumbre ballenera–, “la labor de lobby ha funcionado en los pasillos a última hora y ha dado al traste con la iniciativa”. 

Esas negociaciones han hecho que tras los estados balleneros se hayan colocado otros como Rusia, Kiribati, Corea o Marruecos. La votación ha contado con 38 votos a favor, 24 en contra y dos abstenciones. El santuario del Atlántico Sur estaba diseñado para dar protección a 51 especies que utilizan esas latitudes como zona de reproducción y alimento. 

Ni Japón, ni Islandia ni Noruega utilizan oficialmente las aguas australes para cazar ballenas pero “el temor” a que sirviera de precedente ha hecho su efecto, analiza Ojeda. Una tendencia a reservar espacios marinos para los animales más cazados del siglo XX podría derivar en restricciones más fuertes para la actividad ballenera.

Así, habrá, al menos, otros dos años más de retraso para declarar el Atlántico Sur como refugio. La próxima cumbre de la CBI se celebrará en 2018. Brasil, cuyo gobierno es el que propone el santuario, se ha postulado como candidata a albergar las reuniones y votaciones con el ánimo de dar un empujón definitivo.