Barcelona, Bilbao, Córdoba y Madrid, las diócesis que más víctimas de abusos sexuales han registrado
El informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos y agresiones sexuales a menores en el seno de la Iglesia dibuja un mapa con cuatro zonas como epicentro del horror. Barcelona, Bilbao, Córdoba y Madrid son las diócesis en las que se ha comunicado a la institución que encabeza Ángel Gabilondo más víctimas. Pero en algunas de ellas, el mismo informe lo deja claro: “Es un número mínimo, por no haber informado del número exacto”.
En la diócesis de Barcelona se contabilizaron, al menos, 47 víctimas. En Bilbao, los responsables de esa jurisdicción eclesiástica informaron de 39. En Córdoba, al menos, 35. Y en Madrid, 32. Según ha indicado Gabilondo durante la presentación del informe, este viernes en el Congreso de los Diputados, “ha habido colaboración dispar” por parte de las diócesis y archidiócesis. “Algún otro nos ha mandado una información vacía de contenido. Otros lo han hecho bien, lo que demuestra que se puede hacer bien”, ha asegurado.
Además de las víctimas, el Defensor del Pueblo quiso conocer también a los victimarios. Sobre esta información, las comunicaciones también han sido dispares. El Defensor solicitó conocer la condición, cargo, empleo o función de cada agresor, así como sus iniciales. “Hay diócesis que no han aportado ningún dato”, como las de Almería, Ibiza, Menorca y Oviedo, “incluso aunque los hubieran publicado los medios de comunicación”, reza el informe. Un segundo grupo facilitó la información de manera incompleta. Fueron las diócesis de Orihuela-Alicante, Barcelona o Córdoba.
Como se aprecia en el siguiente mapa, los mayores números de agresores están o estuvieron en las diócesis de Barcelona, Madrid, Córdoba y Bilbao. La cifra comunicada por la institución es, en los cuatro casos, menor que la de las víctimas, lo que apunta a que hubo religiosos que agredieron a más de un menor o menores cuyos victimarios no han sido señalados por la autoridad eclesiástica correspondiente para la elaboración del trabajo.
El informe, que supone por sí mismo un reconocimiento a la víctimas, a las que pide indemnizar, y que acusa a la Iglesia de ocultar los abusos durante décadas, destaca en este apartado la “calidad” de los datos aportados por las diócesis de Lleida, Cartagena, Guadix, Jerez, Getafe, Plasencia y Astorga y reconoce a la de Plasencia que, “en un ejercicio de notable transparencia”, es la única en España que señala a los posibles encubridores.
Ese encubrimiento por parte de la Iglesia, que denuncia el informe, puede ser una de las causas que expliquen los datos que recoge el siguiente gráfico: la mayoría de víctimas no denunciaron y solo en un tercio de quienes sí lo hicieron acabaron en condena. Son uno de cada tres, los mismos que ni siquiera fueron juzgados.
El informe explica que “según los informantes, los delitos no habían prescrito en el 81,9% de casos, de modo que tanto la decisión de no denunciar como la falta de condena habrían estado motivadas por causas distintas”.
El documento, de 777 páginas, deja datos que muestra actitudes continuadas por parte de los agresores sexuales en el seno de la iglesia. Solo el 26,5% de los abusos fueron puntuales, mientras la gran mayoría ocurrían de forma crónica (uno de cada tres) o sucedieron en repetidas ocasiones (un 43,5%).
Además de los casos recabados por el Defensor del Pueblo, los facilitados por algunas diócesis y los miles documentados por una investigación del periódico El País, el informe se completa con una encuesta a más de 8.000 personas. El estudio demoscópico de la consultora GAD3 revela que un 11,7% de la población española afirma haber sufrido abusos sexuales siendo menor de edad
De ese 11,7%, la mayoría de los abusos se produjeron en el ámbito familiar, pero más de uno de cada diez ocurrieron en un entorno religioso o educativo religioso. Precisamente, este es uno de los argumentos que han esbozado diferentes representantes de la Iglesia para no asumir responsabilidades: que los abusos se producen en toda la sociedad.
Si se va más al detalle, es en la escuela donde se producen la mayoría de abusos en la escuela. En este entorno se perpetraron el 63,2% de los casos que ha podido documentar el Defensor del Pueblo. Le siguen la propia iglesia, como escenario del 12% de los abusos, y los internados o seminarios que posee la institución: un 8,4%. El resto de casos descritos ocurrieron en campamentos, la enfermería de la escuela, en un coche, en casa de las propias víctimas o en una casa de vacaciones.
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