Los barcos del exilio español: las rutas marítimas que los republicanos usaron para escapar de Franco

Medio millón de españoles protagonizaron uno de los mayores éxodos de la historia contemporánea. Los refugiados que escaparon de la guerra civil conformaron una migración desesperada que, a menudo, encontró el mar como única puerta de salida del país. La huida se hizo en muchas ocasiones a lomos de barcazas o a bordo de los grandes buques.

El proyecto Barcos del exilio republicano español ha recogido las experiencias de este éxodo para conformar un relato sobre la huida marítima de españoles. Una página web coordinada por la Asociación Hijos y Nietos del Exilio Republicano. El trabajo cuenta la vivencia de varias rutas que acaban en puertos de África, América y Europa. Y un apartado extra dedicado a los niños del exilio.

“Hemos sumado 268 barcos desde el año 1937 a 1943 y 168 listas de pasajeros”, explica Sonia Subirats, del colectivo organizador. Aunque “no están todos los listados completos”, advierte, han logrado recopilar datos de, al menos, 15.928 exiliados solo entre Argentina, Chile, Colombia, México, República Dominicana y Venezuela.

La idea es conformar una herramienta “de divulgación y recuerdo”. Como “una web abierta” al aporte de descendientes e investigadores, “de documentos, imágenes y datos”. El proyecto, que ha sido presentado en el Museu Marítim de Barcelona, coincide además con los homenajes al 80 aniversario del Exilio Republicano.

La diáspora española

La diáspora española esparció por el mundo miles de historias anónimas. Vidas labradas lejos de la guerra y la dictadura. Pero también dejó como legado los nombres de colaboradores necesarios, caso del poeta Pablo Neruda o el presidente mexicano, Lázaro Cárdenas. O de navíos salvadores como el Stanbrook o el Winnipeg.

Así lo cuenta‘Barcos del exilio republicano español. Un espacio digital que parte de las vías marítimas y las embarcaciones, de los puertos de salida y llegada, para explicar el éxodo en “tres tiempos”. Uno, “los niños y niñas amenazados por los frentes de combate entre 1936-37”. Dos, “la población en el norte peninsular en 1937”. Y tres, la huida “masiva de la población tras la derrota y rendición del ejército republicano”, desde 1939 a 1943.

América

En varios países del continente americano arribaron los barcos cargados de migrantes forzados por la guerra y la represión franquista.

En Chile atracó el Winnipeg cargado con 2.500 refugiados españoles. Son los primeros días de septiembre de 1939. La guerra terminó en abril, pero la represión sigue azotando con fuerza. Al puerto de Valparaíso llegaron otros buques como el Órbita, el Reina del Pacífico o el Santa Lucía.

Otro puerto predilecto fue el de Veracruz (México). El barco Mexique navegó desde Burdeos (Francia) en julio del 39 con 2.200 exiliados. El Sinaia llegaba dos meses antes, desde las playas galas de Sète, con 1.800. Y el Orinoco, el Ipanema… y un buen puñado de buques que usan puertos como Coatzacoalcos y Tampico.

Buenos Aires, Argentina. Al abrigo de la dársena porteña aparecen barcos como el Alsina, que transporta 262 personas en siete travesías. O el Aurigny (171 viajes, 5 refugiados), el Belle Isle, Highland Monarch, Kerguelen, Mendoza… Zarpan de España. Y también, a veces, desde otros países.

Como en el año 42, con el Herna Gorthon, que sale de La Habana (Cuba) y el Río de la Plata, desde Casablanca (Marruecos). O en el 39, con el Groix desde Lisboa (Portugal) y el Massilia desde La Rochelle (Francia). De la misma tierra gala sale el Alexandrine Eudoxia hasta Barranquilla (Colombia). O el Normandie, desde El Havre, y el Margaret Johnson desde Amberes (Bélgica) hasta Puerto Colombia.

Hay barcos que repiten puertos, caso del Magallanes y el Marqués de Comillas que igual llegan a La Habana que a Nueva York (EEUU), donde también atracan el Normandie, Presidente Harding, Saturnia, Washington… El reguero de migrantes salpica a Santo Domingo y Puerto Plata (República Dominicana) o La Guaira en Venezuela.

Europa

Francia centra el capítuo europeo. A Marsella llegan el Galatea-Maine desde Gandía, el HMS Devonshire de Menorca, y el Marionga de Alicante. Por La Rochelle aparecen el Alice Marie, Cabo Corona, Habana y Luchana, entre otros.

O un listado de decenas de naves con salida en Asturias y País Vasco. Buques como únicas escapatorias de los asfixiados territorios norteños que buscan puertos como Burdeos, Nantes, Lorient, Bayona o Pauillac.

África

Las tierras africana también representaron una vía de escape. Argelia ofrecía el muelle de Orán. Por ahí pasaron muchos buques atestados de republicanos. Como el Stanbrook con 3.638 españoles que salieron el 28 de marzo de 1939 desde Alicante. El African Trade había depositado a 1.250 personas apenas diez días antes.

Al puerto de Mers El Kebir también llegaron refugiados. En la vecina Túnez lograron desembarcar unos 4.000 exiliados. El lugar elegido fue el embarcadero de Bizerta. Ahí atracaron numerosas naves. Caso de Almirante Antequera, Lepanto, Miguel de Cervantes o Libertad.

Los niños del exilio

El rastro de los menores de edad que dejaron España en el contexto de la guerra civil lleva a Rusia. Un puerto como el de Leningrado recibe barcos como el Sontay que parte desde Burdeos con 1.494 'niños de la guerra' el 13 de junio del 37. El Kooperatsia sale de El Musel (Gijón) en septiembre del mismo año. Otros zarpan de Le Havre, como el Felix Dzerzhisky y el Mayra Ulianova.

Pero los buques enfilan Inglaterra también. El Habana toca el muelle de Southampton el 23 de mayo del 37. Dos días antes partía desde Bilbao con 3.889 niñas y niños a bordo. México recibe al Morelia, con cientos de menores. Argelia a 84 que llegan a Orán en El Mansour desde Port Vendrés.

A Estados Unidos llegaría un grupo a Baltimore, en el Nyasa y en el Serpa Pinto. Las dos embarcaciones enfilan el Atlántico en 1942 desde Casablanca. Dinamarca recibió más de un centenar de jóvenes españoles. Saldrán en 1937 en dos expediciones desde Dunkerque hasta Esbjerg.

“Somos hijos de exiliados”

“Para nosotros que somos hijos de exiliados, ha sido muy importante hacer este reconocimiento”, dice Sonia Subirats sobre el proyecto Barcos del exilio republicano español. Y más haciendo coincidir la puesta en marcha del espacio digital con el 80º aniversario de la diáspora republicana.

“Ahora queda una web abierta para que la gente la vea, nos escriba, nos recuerde, para que sirva para otras investigaciones y para que podamos recibir más información”, dice la coordinadora de la Asociación Hijos y nietos del exilio republicano.

Para que las familias de las víctimas del franquismo, los descendientes de los exiliados, sigan aportando “fotografías”, relatos, historias. “No todas las listas están completas, pero hemos sumado 268 barcos desde el 37 al 43, y 168 listas de pasajeros”, subraya.