Wert cede: afirma que el requisito del 6,5 de nota para las becas es “revisable”
Tanta oposición comienza, al parecer, a horadar las rígidas formas del decreto de becas y ayudas del Ministerio de Educación. José Ignacio Wert ha asegurado, tras la reunión de la Conferencia General de Política Universitaria, que el 6,5 exigido para obtener una beca de la nueva regulación que propone el Gobierno es “revisable”. Aunque no ha aclarado cómo ni cuánto, este gesto pone un paño de agua fría sobre la polémica que desataron ayer sus palabras cuando aseguró que un universitario que no llega a esa nota “debería estar estudiando otra cosa”.
Wert también ha asegurado que, tras las conversaciones con los rectores y respresentantes autonómicos, considera que los requisitos para mantener las ayudas “son susceptibles de refinamiento”, sobre todo “en función de las áreas de conocimiento”. Son numerosas las voces que se han alzado en contra de que para conservar las ayudas se exigiera a los estudiantes aprobar el 100% de los créditos, o el 85% en carreras técnicas. Incluso los responsables de las universidades entienden este requisito como excesivo. Fallar en una asignatura puede significar la pérdida de las ayudas si en el resto no se mantiene un promedio de 6,5. El ministro ha sido tajante en su defensa de esta exigencia académica, y sólo ha deslizado la posibilidad de aplicar algún matiz en casos puntuales.
“Se dicen cosas que no son ciertas”, se ha quejado Wert en la rueda de prensa. Contestaba así a Alfredo Pérez Rubalcaba, que había asegurado por la mañana: “Es un disparate que un estudiante con un 5 apruebe y que otro se quede fuera de la universidad porque pierde la beca”. El ministro rebatió estas palabras: “El 6,5 es la nota necesaria para obtener la beca. Y para mantenerla simplemente hay que aprobar los créditos en los que se ha matriculado, con un 5, como todos. No se les exige más que al resto”. También está previsto, ha asegurado “un rescate” para aquellos que no lo consigan. Se trata de aprobar un porcentaje (el 90% en la mayoría de los casos) y entonces sí, mantener un 6,5 de media.
La segunda réplica, para el portavoz del PP en el Congreso. “Igualdad de oportunidades es que nadie deje de estudiar porque no tiene dinero”, había afirmado Antonio Alonso en los pasillos de la Cámara Baja. Visiblemente molesto, Wert ha zanjado el tema con dos frases: “Estamos de acuerdo en los principios”, y a partir de allí “hay espacio para opiniones diversas”.
A los tumbos
El borrador del decreto de Becas y Ayudas del Gobierno va a los tumbos por un camino plagado de críticas. Ha recibido un varapalo del Consejo Escolar del Estado –que ha aprobado casi una treintena de enmiendas parciales–, ha encontrado oposición entre los consejeros de Educación incluso de comunidades autónomas gobernadas por el PP y también de los rectores universitarios, que piensan plantear esta semana un documento alternativo. Después de tanto golpe Wert ha suavizado sus palabras para mostrar voluntad de diálogo. “Vamos a recalcular todo lo que tenemos que recalcular, con la voluntad de buscar el mayor acuerdo posible”, ha asegurado.
En cuanto al anuncio de autonomías como Galicia o Cataluña de crear un fondo de ayuda para los estudiantes que se queden sin beca, Wert ha asegurado que estas son “legítimas iniciativas” que se encuentran “en su ámbito de actuación”. A la vez defendió que el dinero destinado a las ayudas al estudio es una consignación presupuestaria por la que el ministerio “dará la batalla” y ha asegurado que los recursos se han mantenido “a costa de otras partidas”, por lo que se tratará en 2013 del “70% del gasto educativo total”.
Lo que no está claro es cómo se repartirá ese dinero. Por un lado, porque la nueva fórmula con la que se calcularán las becas incluye un importe variable que depende de las notas obtenidas y del dinero disponible. En este sentido, el ministro ha expuesto ante los periodistas un criterio que puede determinar el futuro de muchos estudiantes. Ha asegurado que la OCDE recomienda que las becas sean de una cuantía “suficiente” aunque beneficien a menos alumnos, o, en palabras de Wert “en lugar de dispersar los recursos”.