El 11 de diciembre está marcado en rojo en la agenda política española: El Congreso previsiblemente aprobará la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, que atenta contra las libertades de la ciudadanía. Es “la muerte de la democracia” para la plataforma ‘No somos delito’, que esta tarde ha salido a la calle en Madrid para conformar un cortejo fúnebre que ha acompañado a un ataúd que simbólicamente albergaba derechos básicos como la libertad de expresión y el derecho de manifestación.
Centenares de personas de riguroso luto, ataviadas con rosas y velas rojas han coreado al unísono ‘La voz del pueblo no es ilegal’ a lo largo del recorrido, que comenzaba en la Plaza de Ópera y terminaba en Sol. Pancartas con términos como ‘Miedo’ o ‘Represión’ y notas musicales salientes de cinco violines han contextualizado el acto, en el que era posible escuchar los llantos de las plañideras de la cabecera, para sorpresa de los viandantes.
Ramón Walsh, portavoz de la Coordinadora 25S, lo tiene claro: “En los últimos años se ha producido un endurecimiento represivo. El consenso no les vale”. Walsh denuncia que cada vez se producen “más ataques al pueblo”, que paulativamente va logrando “victorias clave” como la retirada de la reforma del aborto o la paralización de desahucios. “Se pierden derechos pero crece la organización, de modo que es posible impugnar un sistema entero”, sostiene. Ejemplo de ello es la querella que la Coordinadora interpuso a Cifuentes, Cosidó y Fernández Díaz por presuntos delitos contra los Derechos Individuales y de Detención ilegal, admitida a trámite: “La respuesta del sistema ha sido más represión”. Pese a eso, el portavoz insiste: “Que la lucha continúe, porque siguen atacando”.
“Atacar al colectivo LGTB es atacar la Carta de DDHH”, sostiene Rubén López, de FLGTB. Esta tarde, organizaciones LGTB han salido a la calle a denunciar la 'Lgtbfobia' y a proclamar que empiezan “a creer en nuestra igualdad”. No obvian que los recortes de este Gobierno les han perjudicado, “puesto que siempre repercuten más en los más débiles”, pero no olvidan los “avances legales” que han podido contemplar en las últimas décadas. “Imagina que en el año 87 todavía un hombre iba a la cárcel si besaba en la boca a otro hombre”, explica López.
En la Puerta del Sol, medio centenar de personas han desplegado dos enormes banderas multicolor. Sobre una de ellas, más de 20 velas en memoria de las víctimas asesinadas. Sobre la otra, carteles-denuncia para recordar que “todavía es delito ser homosexual, bisexual o transexual en 78 países y en 6, lo castigan con pena muerte”. En Ciudad de Jeddah, por ejemplo, ni siquiera puede haber activistas. Serían ejecutados.
“Es necesario salir a la calle para que la gente nos vea la cara. Somos su pescadero o su vecino del quinto”, mantiene el portavoz. Es obligatoria la batalla por los derechos humanos. No sólo para avanzar en la conquista plena de los derechos para todos -sin distinciones-, también para no ceder terreno en los “conquistados”.