El calor aumenta el riesgo de morir en el hospital por problemas respiratorios

Hicham Achebak estaba realizando un análisis descriptivo para un estudio cuando identificó un patrón que le llamó la atención. El investigador dejó a un lado ese trabajo original y se dedicó a comprobar si había una asociación entre la temperatura ambiente y la mortalidad hospitalaria por enfermedades respiratorias. “El resultado me sorprendió”, explica a elDiario.es el autor del primer estudio que analiza estas dos variables, que ha sido publicado este martes en la revista The Lancet Regional Health.

“Analizamos datos sobre ingresos hospitalarios en las provincias de Madrid y Barcelona y, en ambos lugares, detectamos una mayor incidencia de mortalidad hospitalaria por afecciones respiratorias durante los meses de verano”, explica el investigador del Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal). En concreto, el trabajo toma como referencia más de 1,7 millones de ingresos no previstos por alguna de estas patologías entre los años 2006 y 2019, de los que 103.845 acabaron en defunción. “Mientras las admisiones fueron mayores en la temporada de frío, la máxima incidencia de mortalidad de pacientes ingresados se produjo durante el verano y está estrechamente relacionada con las altas temperaturas”, indica el artículo.

“Al ver este patrón, la pregunta que nos planteamos es si respondía a la exposición a las altas temperaturas. Analizamos la relación diaria y vimos que los ingresos asociados a esas altas temperaturas tenían una mayor probabilidad de acabar en defunción tras el ingreso. Sin embargo, los ingresos asociados a las bajas temperaturas no tienen una mayor probabilidad de acabar en defunción y mayoritariamente no acaban, lo que puede indicar que las patologías asociadas al calor quizá sean más graves que las asociadas al frío”, desarrolla Achebak. En concreto, el estudio indica que el termómetro disparado fue el responsable del 16,2% de las muertes relacionadas con patologías respiratorias en los hospitales madrileños en verano y el 22,1% de las que se produjeron en centros de Barcelona.

Datos meramente descriptivos, aparte del modelo creado en el estudio, también coinciden en esta misma relación. La probabilidad de que una persona ingrese en un hospital madrileño con una emergencia respiratoria entre junio y septiembre y no salga con vida es del 8%, frente al 6% de los meses de más frío, de noviembre a marzo. Es decir, en los meses de calor, el índice de mortalidad intrahospitalaria es un 33% superior. En Barcelona ocurre algo parecido: en invierno la mortalidad de estos pacientes ronda el 5,6% y en verano sube un 25%, hasta el 7%.

El estudio es observacional, por lo que no entra al detalle de otras variables más allá de los datos que cruzan los investigadores. Sin embargo, sí se detiene en algunas cuestiones, como la posibilidad de que influyan otros factores, como una “eventual reorganización de los servicios sanitarios en muchos hospitales” durante las vacaciones de verano, que “podrían afectar negativamente a la calidad de la atención”. Sin embargo, el propio trabajo descarta esta hipótesis al comparar estos resultados con los de patologías cardiovasculares.

La temperatura y la salud

El efecto del calor sobre la salud está ampliamente demostrado. Tanto por la ciencia como por los datos de mortalidad. Según un informe del ISGlobal, en el verano de 2022 murieron por esta causa en España un total de 11.300 personas. Es algo recurrente: un análisis de elDiario.es realizado en agosto de aquel año ya mostraba cómo la mortalidad se dispara en las olas cada vez más extremas desde 2015. Y este impacto no es aleatorio, porque quienes más lo sufren son los hogares con menor renta.

“Es posible que, por las vacaciones de la población, sobre todo en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, los pacientes que ingresan en agosto sean ciudadanos con enfermedades más graves y/o un menor nivel socioeconómico, que no pueden viajar, por lo que el perfil de pacientes ingresados puede ser de mayor gravedad o complejidad que el de los ingresados en invierno”, señala el especialista en Neumología en el Hospital Vall d'Hebrón, Marc Miravitlles, en declaraciones al SMC Spain, donde valora el estudio como de “gran calidad”, “con datos robustos” y la “más moderna y precisa metodología estadística” para analizarlos.

Hicham Achebak justifica que el objetivo del estudio es tratar de establecer medidas que lleguen a reducir la mortalidad en los hospitales, máxime en un país donde el 65% de las defunciones por patologías respiratorias suceden dentro de estos centros. “Estas muertes podrían ser más evitables que las que se producen fuera”, razona. En concreto, el trabajo hace hincapié en que sus resultados “tienen implicaciones importantes para las políticas de adaptación sanitaria al cambio climático y para la proyección de su impacto en la salud humana”.