Cerca de 25.000 personas con cáncer se encuentran cada año en riesgo de exclusión social a causa de la enfermedad, lo que supone casi un tercio (el 27,7 %) del total de diagnósticos en la población activa en España en 2017.
Son cifras que se extraen del estudio que ha realizado el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) sobre el impacto económico de la enfermedad en las familias de España.
El estudio refleja que la situación de exclusión social afecta a las familias que ven mermados sus ingresos por culpa de la aparición del cáncer, así como durante toda la enfermedad, “hasta niveles de extrema vulnerabilidad”.
La AECC recuerda que el cáncer es una de las patologías que requieren bajas laborales más largas, y como ejemplo expone que el tumor de mama es la segunda causa de incapacidad temporal de más de doce meses, tan solo superada por la patología lumbar.
El estudio analiza tres colectivos: los autónomos, los parados y los trabajadores con bajos ingresos.
Así, indica que cada año unos 11.000 trabajadores por cuenta propia son diagnosticados de cáncer, de los que más del 80 %, al cotizar por la cuota mínima, tienen una prestación aproximada de 670 euros, a la que habría que restar la cuota mensual de 275 euros que tienen que seguir pagando, con lo que les queda un neto de 395 euros al mes.
La responsable de Trabajo Social de la AECC, Raquel del Castillo, afirma que quizá el colectivo de los autónomos “es uno de los más desprotegidos” porque en muchos casos los gastos habituales de sus negocios “no se paran y corren el riesgo de tener una quiebra financiera”.
Y es que con 395 euros tienen que hacer frente también a los gastos diarios y a los generados por la enfermedad, que la AECC cuantifica en unos 150 euros de media en un “caso tipo” de cáncer de mama (pelucas, cremas, transporte no urgente, entre otros), pero la cifra puede aumentar hasta los 300 euros en caso de cáncer gástrico.
Por otra parte, cada año se diagnostica de cáncer a un total de 9.832 personas desempleadas, de las que más de la mitad (5.232) no cobra ninguna prestación económica, lo que significa que las familias que tienen bajos ingresos o ninguno se ven obligadas a decidir, por ejemplo, entre pagar las facturas o comprar medicinas, según la AECC.
En cuanto a los pacientes con cáncer que tienen un sueldo mensual inferior a 710 euros al mes, es decir, el salario mínimo interprofesional establecido en 2017, y de los que se contabilizan cada año unos 3.700, ven reducido su salario un 25 %, por lo que “se encuentran en claro riesgo de exclusión social”.
Es el caso de Pilar Ruiz, una paciente de cáncer de estómago, que tiene que gastar 300 euros, de los 400 que cobra, en los gastos que le ha conllevado la enfermedad, de acuerdo con la AECC, que recoge su testimonio.
“He pasado de tener una vida estable a nivel de salud y trabajo a una inestabilidad en los dos terrenos. Ahora tengo unos gastos fijos de 300 euros derivados del control de las secuelas del cáncer”, lamenta.