La marihuana ha centrado la atención de muchos investigadores durante los últimos años. Sin embargo, no existen resultados concluyentes que determinen sus posibles propiedades terapéuticas o sus efectos adversos a largo plazo. Ahora, un reciente estudio realizado por investigadores británicos sugiere que el consumo moderado de cannabis entre los adolescentes no es causante directo de un bajo rendimiento educativo y que puede tener menos impacto cognitivo de lo que habían asegurado estudios epidemiológicos anteriores.
Existe un gran debate sobre el impacto que el consumo de cannabis tiene en el rendimiento intelectual de los adolescentes, especialmente a nivel educativo. Diversos estudios ya han demostrado los múltiples problemas que esta droga puede provocar, como la adicción o sus efectos inmediatos sobre la memoria, la capacidad de atención, el control psicomotor, la inhibición o el razonamiento abstracto. Sin embargo, no está tan claro si su consumo produce efectos cognitivos persistentes o a largo plazo.
En pleno debate en torno a la posible legalización y los usos médicos de la marihuana, “es de vital importancia investigar si esta droga tiene efectos cognitivos perjudiciales, especialmente para los adolescentes”, aseguran los autores de un estudio que ha sido publicado en el último número de la Revista de Psicofarmacología.
Debate abierto
Algunos estudios anteriores han mostrado que las personas que han consumido esta droga durante etapas de crecimiento tienen alteraciones neuropsicológicas permanentes. Sin embargo, la mayoría han sido estudios transversales, es decir, que no se ha analizado a los sujetos a lo largo del tiempo, con lo que no se puede excluir la posibilidad de que los individuos ya tuvieran alterada de alguna forma sus capacidades cognitivas.
Hasta ahora, solo se habían realizado dos investigaciones longitudinales para evaluar específicamente el vínculo entre el consumo de cannabis y el cociente intelectual. En el primero se observó que aquellos que consumían actualmente esta droga tenían menor cociente intelectual, algo que no sucedía con los que ya no consumían, pero sí lo habían hecho durante la adolescencia. Sin embargo, un estudio más reciente realizado en 2012 sí mostró una disminución en el cociente intelectual de individuos adultos que comenzaron a consumir cannabis en la adolescencia, incluso aunque no siguieran consumiendo en la actualidad.
Hay que tener en cuenta el alcohol y el tabaco
El problema, según señalan los autores del nuevo estudio, es que “la determinación de la causalidad sigue siendo un reto” y no está tan claro que se pueda determinar si los consumidores habituales de cannabis tienen un bajo cociente intelectual debido a esta droga o debido a cualquier otra causa. Por ejemplo, el hecho de que los adolescentes que consumen cannabis suelan ser consumidores de otras drogas legales, como alcohol y tabaco, “puede llevar a establecer una relación equivocada entre el consumo de cannabis y un bajo rendimiento educativo e intelectual”, aseguran los científicos.
Para intentar limitar el efecto de posibles problemas coginitivos previos o asociados al consumo de otras sustancias, los científicos, además del consumo de marihuana, también incluyeron en la investigación datos sobre el consumo de tabaco y alcohol, además de posibles problemas de salud mental o de comportamiento durante la infancia. Además, la muestra utilizada fue mayor que la de estudios anteriores, contando con 2.235 sujetos, de los que el 24% reconoció haber probado el cannabis al menos una vez a los 15 años.
Pese a que los investigadores aseguran que su estudio tiene ciertas limitaciones, como la corta edad de los sujetos o el moderado consumo de cannabis, las conclusiones son claras y determinan que, en cuanto a coeficiente intelectual y rendimiento educativo, “los resultados de aquellos adolescentes que habían consumido cannabis más de 50 veces a los 15 años no eran diferentes de los que no habían consumido nunca”.
El tabaco relacionado con bajo rendimiento
Según ha explicado la principal autora del estudio, Claire Mokrysz, en un artículo del diario británico the Guardian, las diferencias con estudios anteriores, especialmente con el de 2012, pueden indicar que “es la adicción al cannabis, y no su consumo en sí, la que está relacionada con una reducción del cociente intelectual” o que “es el elevado consumo, mantenido durante toda la vida, el que puede tener estos efectos negativos”.
El estudio de Mokrysz también mostró que existe una relación “sólida entre el consumo de cigarrillos y el bajo rendimiento educativo”, incluso si se excluyen los consumidores de cannabis. Según los investigadores, este resultado llama la atención sobre el hecho de que, en pleno debate sobre el acceso de los menores a ciertas drogas y su posible legalización, lo importante “es proporcionar información precisa sobre los daños que produce cada una, independientemente de si son legales o no”.