Durante años, diversos estudios han relacionado el consumo de cannabis con una mayor probabilidad de sufrir trastornos psicóticos. Sin embargo, a pesar de que la asociación entre ambos fenómenos parece clara, no existen muchos estudios que hayan sido capaces de replicar resultados anteriores y no se ha conseguido demostrar causalidad. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista The Lancet Psychiatry refuerza esta asociación y señala que el consumo diario de cannabis, especialmente el de alta potencia, está estrechamente relacionado con el riesgo de desarrollar este tipo de trastornos.
El nuevo estudio se ha desarrollado en 11 ciudades europeas y ha encontrado que las personas que consumían cannabis diariamente tenían tres veces más probabilidades de sufrir un trastorno psicótico, en comparación con las personas que nunca habían consumido esta droga. Además, en las ciudades en las que el consumo de cannabis de alta potencia es mayor, como Londres o Ámsterdam, la probabilidad de sufrir un trastorno de este tipo entre los consumidores es hasta cinco veces mayor.
Globalmente, los investigadores estiman que uno de cada cinco casos nuevos (20,4%) de brotes puede estar relacionado con el consumo diario de cannabis y aproximadamente uno de cada diez (12,2%) con el consumo de variedades de alta potencia. A partir de estos resultados, los investigadores concluyen que “si ya no se dispusiera de cannabis de alta potencia, se esperaría que la incidencia de la psicosis disminuyera de 37,9 a 18,8 por cada 100.000 personas al año en Ámsterdam y de 45,7 a 31,9 por cada 100.000 personas al año en Londres”.
Según las dosis y la potencia
“Este estudio ha puesto sobre papel algo que ya se sabía desde hace mucho tiempo y es que el cannabis es un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos psicóticos y que depende de la dosis y de la potencia”, explica a eldiario.es Leyre Urigüen, investigadora de la Universidad del País Vasco y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM).
Sin embargo, Urigüen hace una matización importante y es que “no se puede decir que el cannabis produce psicosis, pero sí que es un factor de riesgo en sujetos que son vulnerables”. Esta especialista insiste en que “no podemos decir que el cannabis produce trastornos en todos los que consumen diariamente o de alta potencia, ya que tiene que haber algún tipo de vulnerabilidad genética o del neurodesarrollo para que se produzca dicho trastorno”.
La opinión de esta investigadora es compartida por Albert Batalla, investigador catalán que trabaja en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Países Bajos), quien asegura que “la mayoría de las personas que consumen cannabis no tienen un riesgo, pero hay una subpoblación de personas más vulnerables”. Sin embargo, destaca este investigador, “con la información que tenemos no podemos predecir a quién le va a generar un problema, con lo que todo el mundo está expuesto a un riesgo”.
Batalla también llama la atención sobre cómo “la percepción del riesgo asociada al cannabis está disminuyendo mucho a nivel internacional”. Según este investigador, “la mayoría de los consumidores no tendrán ningún problema, esto es algo que está claro, pero si aumenta el número de consumidores, también aumentará el número de personas que sufren estos problemas”. Además, insiste este especialista, “también sabemos que para las personas que tienen una mayor predisposición a desarrollar un trastorno psicótico el consumo de cannabis hace que la enfermedad se presente antes y esto es problema importante, porque cuanto antes empiezan peor es el pronóstico”.
Variedades cada vez más fuertes
Los investigadores también llaman la atención sobre el aumento de las variedades más potentes de la planta. Aunque un estudio publicado en la revista Addiction en 2017 había establecido que el riesgo de psicosis por consumo de cannabis era relativamente bajo, su autor ya apuntaba que, aunque pequeño, el riesgo era mayor cuanto mayor fuera el consumo y planteaba su preocupación por el aumento de variedades de cannabis de alta potencia, por lo que señalaba la necesidad de recopilar más pruebas sobre estas nuevas variedades.
Precisamente esto es lo que han hecho los autores del nuevo estudio, entre los que se encuentra Marta Di Forti, investigadora del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres. “Nuestros hallazgos concuerdan con estudios anteriores que muestran que el uso de cannabis con una alta concentración de THC tiene más efectos nocivos para la salud mental que el uso de formas más débiles”.
Para establecer la diferencia entre los distintos tipos de cannabis, los investigadores analizaron los niveles de THC, que es el principal compuesto psicoactivo de la planta, y clasificaron los que tenían más del 10% de THC como de alta potencia y el resto como de baja potencia. Con esta clasificación, observaron que en Ámsterdam el contenido de THC alcanza hasta el 67% en algunas variedades de consumo frecuente, mientras que en Londres, la variedad más consumida tiene un promedio de THC del 14%. En cambio, en países como Italia, Francia y España, los tipos de cannabis con un contenido de THC inferior al 10% son los más comunes.
Las variedades medicinales
Sin embargo, esto no quiere decir que, a día de hoy, se puedan identificar variedades seguras desde el punto de vista de los trastornos psicóticos. Batalla advierte de que, a pesar de que “hay estudios que indican que hay ciertos tipos de cannabis cuyo consumo no está asociado al desarrollo de psicosis, como los que tienen mayores cantidades de CBD, se necesitan más datos para saber si hay algún tipo de cannabis que se pueda considerar seguro, algo que, desafortunadamente, aún desconocemos”.
Precisamente una de las limitaciones que reconocen los autores del nuevo estudio es que no tuvieron en cuenta el porcentaje de CBD o cannabidiol, uno de los cannabinoides no psicoactivos más abundantes de la planta, ya que no disponían de datos para todas las ciudades estudiadas. Este compuesto es de especial interés terapéutico y, entre otras cosas, está siendo estudiado por sus efectos antipsicóticos. “Es lo que llamamos el ying y el yang del cannabis –explica Urigüen–, el TCH produce un efecto y el CBD lo contrarresta”.
De hecho, a pesar de que no hay estudios específicos sobre las variedades con mucho CBD, esta investigadora asegura “es improbable que las semillas que están saliendo ahora con fines medicinales y que prácticamente solo contienen CBD, tengan impacto en el desarrollo de un brote psicótico”.