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Fue uno de los hombres con mayor poder en la Iglesia católica. Cayó en desgracia y decidió erigirse en el líder del sector más ultraconservador de la Iglesia. El cardenal alemán Gerhard Müller fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la antigua Inquisición). Fue relevado por Francisco en 2017. Ahora encabeza, junto a otros purpurados, el búnker vaticano que pretende mantener el estatus privilegiado de la Curia católica. Han acusado al papa Francisco de hereje tras presentar una reforma cuya firma está prevista para el próximo junio.
Este grupo ultra no es muy numeroso, pero cuenta con apoyos en distintos episcopados. ¿También en el español? También. Eso vino a comprobar este martes a Madrid el mismísimo Müller, quien, según diversas fuentes, estuvo sondeando los posibles aliados anti Francisco entre los obispos españoles.
No son pocos los prelados que muestran, en privado y con significativos silencios, su oposición a Bergoglio. Reig (Alcalá de Henares), Sanz (Oviedo), Herráez (Burgos), Demetrio (Córdoba) o Asenjo (Sevilla) son algunos de los más conocidos entre los obispos de hierro.
También, los en otros tiempos todopoderosos, cardenal Rouco Varela y obispo auxiliar de Madrid Juan Antonio Martínez Camino. Ambos del ala más conservadora de la Conferencia Episcopal Española. Varias fuentes apuntan a que Müller buscaba encontrarse con ambos.
El cardenal alemán acudió el martes a la basílica de la Concepción de la calle de Goya de Madrid para presidir una misa bajo el rito mozárabe. Lo hizo sin anunciarlo previamente –como señala una norma no escrita en el protocolo eclesiástico– al titular de la diócesis, Carlos Osoro. La casualidad hizo que, justo a la misma hora, y en un salón de la misma parroquia, el cardenal de Madrid y el Nuncio del Papa en España, Renzo Fratini, presentaran el libro Vírgenes coronadas canónicamente en España.
eldiario.es ha podido confirmar que los organizadores del evento editorial hicieron saber al purpurado alemán que, en pocos minutos, llegarían tanto el arzobispo de Madrid como el representante del Papa en España. La respuesta de Müller fue “evasiva”. “Se escabulló, aludiendo a otros compromisos”, subrayan.
De hecho, nadie en el Arzobispado madrileño, al menos oficialmente, conocía el viaje de Müller a Madrid. El cardenal Osoro mostró su sorpresa cuando fue informado de que el exprefecto estaba en la parroquia y no había querido siquiera saludarlo. Osoro es, junto al cardenal catalán Omella, uno de los hombres del papa Francisco en España. Sea como fuere, Müller fue sorprendido sin avisar, y evitó encontrarse con Osoro o con Fratini.
Lo cierto es que Müller aprovecha cada ocasión que tiene para arremeter contra Francisco. Ya lo hizo tras la publicación de una carta de Benedicto XVI culpando a la teología del postconcilio del auge de la pederastia, y ahora lo reitera criticando con dureza el proyecto de reforma de la Curia, que está a punto de ser firmado por Bergoglio, después de seis años de trabajo y que califica de “error fatídico”.
“En el borrador, la Doctrina de la Fe aparece solo como una tarea aleatoria del Papa entre muchas otras y, sobre todo, está subordinada a sus obligaciones temporales”, ha denunciado Müller en una entrevista a un medio alemán. El purpurado observa “una sorprendente ignorancia teológica entre los autores” del proyecto de reforma de la Curia.
En concreto, el cardenal afirma que “los conceptos básicos de la teología católica, como la Revelación, el Evangelio, las Escrituras, la Tradición apostólica o el Magisterio eclesiástico se usan de manera incorrecta o errada”, al tiempo que “no se distingue entre doctrina revelada y el resto de la doctrina”.
Müller critica especialmente la intención del Papa de “fortalecer la periferia y recortar el centralismo”, lo que, en su opinión, “puede parecer bien en los medios de comunicación, pero suena estridente y desafinado en un oído con formación teológica”.
De aprobarse la nueva Constitución Apostólica, “un conglomerado de ideas individuales subjetivas, deseos piadosos, apelaciones morales con citas individuales de textos del Concilio y declaraciones del Papa actual”, sostiene Müller, se repetirán los errores realizados por Pablo VI, “quien convirtió la Secretaría de Estado en el corazón de la Curia”.
Y es que, para el purpurado ultraconservador, “poner las tareas seculares antes de la misión espiritual de hoy es un error que ahora se debe evitar”. “El Papa sólo es un obispo como todos los demás”, añade Müller.
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