Las cartas remitidas a eldiario.es tras la campaña convocada por los simpatizantes de las terapias homófobas
Tras la publicación en eldiario.es de cómo se imparten terapias para la homosexualidad en el Obispado de Alcalá, el grupo Es Posible la Esperanza (EPE), al que pertenece la orientadora de los cursos alcalaínos, ha llamado a sus seguidores a una campaña de protesta contra este medio. Una llamada para remitir textos que hablen de la “alegría” de “salir del infierno de la homosexualidad”. A continuación reproducimos las cartas recibidas.
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Leo con consternación que se empeñan ustedes en sembrar la mentira, la duda y la discordia (entre otros, el detalle de que en la conversación grabada no se mencione qué dice el periodista resulta muy revelador).
La Proyección por el Mismo Sexo y todo lo manifestado por B.V. en relación con ella es lisa y llanamente CIERTO. Y lo sé de primera mano, porque se ajusta exactamente a mi caso concreto. Antes de que me comenzaran a ayudar en el COF [Centro de Orientación Familiar], mi vida se reducía a la perspectiva de vivir encerrado dentro de mí y solo (y cómo dolía vivir así), anhelando que algún hombre mejor que yo se dignara quererme y mirarme, verme de VERDAD. No comprendía por qué me había tocado a mí, pero así era. Yo no quería la vida gay. Todo lo que he visto sobre ella es sórdido y falso, lleno de mentiras y de dolor. TODO.
Y el que no lo quiera ver, es porque sencillamente no ha estado allí. Es un infierno. Literal y figuradamente.
En el COF de Alcalá, y especificamente B.V., me ayudaron, me acompañaron, me acogieron y ME ENSEÑARON A MADURAR Y A SER UN HOMBRE. Que es más de lo que imaginaba que yo iba a poder ser. Ni en mis mas locos sueños pensé que mi vida pudiera ser como es ahora. Pasar de no aceptarme, no quererme, ODIARME y DARME ASCO, a encontrarme a gusto conmigo mismo, con mi forma de ser, de hablar. De no sentirme amado, a ser capaz de amar y sentirme amado.
La crueldad a la que se condena a quienes queremos salir de ese infierno, si no se nos ayuda, es increíble. Es diabólica. Y ustedes son cómplices.
Y lo más curioso de todo es QUE A MÍ NADIE ME HA OBLIGADO. Ni una sola vez. Nadie. Ni mis padres, ni mis hermanos, ni mis amigos ni B.V., ni el Obispo. Nadie. Lo he hecho PORQUE HE QUERIDO YO. Cuando hablan de la “homofobia interiorizada” es una solemne CALUMNIA. ¿Qué homofobia, si cuando “sales del armario” resulta que pasas a ser el héroe intocable, y te prometen éxito, amor y sexo a tope? (la realidad es otra, claro, pero eso no te lo dicen. Ya lo descubres tú después).
No existe ninguna ley que pueda impedirme madurar y crecer como persona. Pueden intentarlo, claro, y de hecho vamos por ese camino. Pero es como ponerle puertas al campo. Y ustedes lo saben, y saben que por mucho que lo intenten, no lo van a conseguir. Pero no se trata de la verdad sino de tener más visitas, ¿verdad?
Monseñor Reig Plá y todo el equipo de personas que trabajan en el COF y el Obispado (y, específicamente, B.V.) son unos VALIENTES y me causan PROFUNDA ADMIRACIÓN Y RESPETO por arriesgarlo todo por ayudarme a mí, y ayudar a todas las personas, hombres y mujeres, que como yo no QUIEREN, NO QUEREMOS, conformarnos con la “verdad oficial” de que la vida gay es estupenda y maravillosa.
LA VIDA GAY ES UNA MENTIRA COMO LA COPA DE UN PINO. Y el que diga lo contrario, o no ha estado allí, o miente para preservar la tiranía del pensamiento único.
Por supuesto, sé que no van a contestar y naturalmente esto no lo publicarán. Pero da igual. La verdad se abre camino, incluso a pesar de ustedes.
Buenas tardes, y que Dios les bendiga.
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Soy un joven de 26 años de España, y este es mi testimonio de CAMBIO hacia la ALEGRÍA y la ESPERANZA de vivir dignamente como hombre.
Desde hace un tiempo me siento enormemente afortunado por haber recibido esta invitación, libre y gratuita, al CAMBIO para salir de la mediocridad en la que me encontraba prisionero y ser realmente un HOMBRE LIBRE.
Esta invitación no fue impuesta ni forzada por nada ni nadie, simplemente fue un encuentro entre dos personas normales, sencillas, con familia, trabajo, estudios… y, por supuesto, con heridas.
La identificación de tus propias heridas con las de la persona que tienes al lado, es la chispa que enciende este deseo de sanar dichas heridas y poder ayudar a otros a sanar las suyas. COMUNIÓN y SOLIDARIDAD.
De ahí surgió este acompañamiento, que yo acepté libre y responsablemente, hacia la maduración integral de mi personalidad como hombre varón. Cosa que ninguna ley puede impedirme.
Mi historia, aparentemente, no es muy diferente a la de muchos chicos de mi edad. Yo siempre he sido un chico bueno y responsable: me iba bien en los estudios, tenía amigos y compañeros de clase, salíamos al cine, a la playa, al campo… Nada fuera de lo normal.
Llega un momento en el que empiezas a elegir los estudios, las amistades, el trabajo, la familia… Ahí es donde yo me desplomé y creía que se acababa mi vida. Todos los pilares en los que me fundamentaba empezaron a temblar y a derrumbarse, aflorando la vergüenza, la no auto aceptación, la culpa, la confusión, la inseguridad, los complejos, el autoengaño, la envidia, la desconfianza, el desprecio, la evasión, la adicción, la proyección, la dependencia… No tenía nada claro, no sabía quién era, hacia donde iba, con quien iba, que tenía que hacer… y lo que recibía de mí alrededor no me ayudaba en absoluto, más bien me confundía aún más.
Me encontraba perdido y empecé a dar tumbos por diferentes carreras universitarias y módulos de formación profesional, empezaba una y al año o antes la dejaba y empezaba otra, mis amigos seguían con sus vidas y yo me quedaba atrás, la relación que empezaba con alguna chica no funcionaba y acababa rápido, emprendía pequeñas metas y no las alcanzaba… en definitiva, estaba estancado y mi cabeza empezaba a dar vueltas buscando la solución a todo esto: ¿será que no sirvo para nada?, ¿seré un inútil y por eso no tengo amigos?, ¿será por eso por lo que las chicas pasan de mí?, ¿será que me he equivocado en mis decisiones?, ¿será que he cogido el camino opuesto?...
Busqué y recibí ayuda profesional de psicólogos y psiquiatras, pero todas esas preguntas daban vueltas en mi cabeza y me generaban un agotamiento del que necesitaba escapar, y lo hacía mediante la comida compulsiva, el consumo de pornografía, la masturbación y la proyección hacia los demás chicos. Todas ellas cosas que no sacian y que me hacían entrar en ciclos adictivos en los que cada vez necesitaba más. Son analgésicos pasajeros que utilizaba para evadirme de mi realidad, pero no conseguían eso sino algo mucho peor: ANULARME COMO HOMBRE LIBRE CAPAZ DE CONTROLAR SUS APETENCIAS Y CONDENARME A UNA VIDA ESCLAVA, UNA VIDA EN EL INFIERNO, UNA VIDA DE MENTIRA.
Gracias a este acompañamiento en mi maduración personal, que integra todas las dimensiones de la persona (corporal, psicológica y espiritual), he podido ver dónde me encontraba (INFIERNO) y por qué (MENTIRA); he podido levantarme, caerme y volverme a levantar (COMUNIÓN, SOLIDARIDAD); he podido empezar un camino que me enseña a conocerme (DIGNIDAD), a ver de dónde vengo y hacia dónde voy (HISTORIA), a poder poner las cosas en su sitio (SEXUALIDAD), a llamar a las cosas por su nombre (PMS, ADICCIÓN), a desenmascarar MENTIRAS grabadas en lo profundo de mi ser, como por ejemplo: que no soy amado, que soy un inútil, que nunca cambiaré, que no soy digno de ser amado por una mujer y que jamás podré amar a una, que todo está mal, que yo lo habría hecho mejor…; he podido salir de la MENTIRA y entrar en la VERDAD; he podido ver que no estoy solo, que los demás tienen heridas como yo y podemos ayudarnos a vivir.
Y por eso DENUNCIO esta violación de mi libertad a poder elegir la sanación de las heridas que se han manifestado en la PMS y de realizar un Itinerario de Maduración Integral, y exijo el DERECHO a poder elegirlo libremente.
Muestro mi total solidaridad y apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, a B.V. y al COF, que se dejan la vida para que otros la recibamos gratuitamente.
Y pido, por favor, a todos los obispos de la Iglesia Católica que denuncien la TIRANÍA de la ideología de género y la cultura gay y promuevan una FORMACIÓN-MADURACIÓN integral de la personalidad y un ACOMPAÑAMIENTO a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.
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Buenos días. Me siento muy triste porque hoy y además de la manera más vil... Un “periodista”. Usurpando otra identidad y con la intención de hacer daño a atacado con toda su saña a una de las personas que más quiero y que más me ha ayudado en mi orientación sexual. (Y estoy seguro de que este “periodista” creerá 100x110 que ha echo un gran favor a la civilización... y a tantos miles de adolescentes y jóvenes vulnerables que se sienten perdidos en esta sociedad, por falta de medios para que se los pueda ayudar y hacer ver la realidad de su SER. Varón, Mujer.
Pues como decía, un usurpador a querido hacer daño a mi querida amiga y hermana en la fé católica: B. V.
Hace ya camino de siete años que por uno de esos caprichos del destino, me encontré con un grupo católico que estaba teniendo una experiencia única en la plaza de los santos Niños de Alcalá. Ni que decir tiene que yo me encontraba en un momento de desesperación. Metido en el infierno más profundo y me explico: hacia un año mi padre había fallecido y yo me había divorciado; gracias a Dios tuve dos hijos. Una parejita. De repente todo lo que yo había estado ocultando y la doble vida que había llevado surgió como una alergia en primavera, me refiero a PMS.
Empecé a entrar en páginas de pornografía masculinas, y en portales de contactos LGTBI. Conocí a un joven al que doblaba la edad. (Boliviano). Y sin pensar más o lo que ésto me acarrearía me lancé a un destino insólito para mí. (Ya en mi juventud había tenido demasiadas relaciones de las mal llamadas Gay). Pero ésto era otra cosa, abandonar a mi madre. Dejarla sola en España y coger un avión rumbo a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.... Esto era una locura, nada más llegar supe que yo allí no pintaba nada y que sólo era el reflejo de la soledad que tenía y del deseo de ser valorado, necesitado. Pero estaba tan engañado, tan ciego... Nada que ver.
Ya en la primera semana pude ser consciente de que sólo se me toleraba por mi dinero a cambio de sexo. Cosa que aún sabiendo no podía reconocer. Eso duró siete meses, soportando vejaciones, insultos y hasta golpes. Transcurrido ese tiempo regresé a España, había sido ilegal al pasarme del plazo establecido y también tuve que pagar los gastos. Una vez en España me establecí en la Línea de la Concepción, Cadiz. En casa de un familiar de él. Lloraba mucho de impotencia, mucho, me emborrachaba prácticamente cada día, sufría, no encontraba trabajo. Yo sabía perfectamente que él me era infiel y eso me dolía más pues no quería aceptar que yo estaba siendo utilizado con un fin concreto. Viajé un par de veces más y recorrimos prácticamente toda Bolivia, pero sus enfados, altibajos y arrebatos impidieron que yo disfrutará de tanto colorido y ya no quiero decir de sexo...
Le odiaba tanto como le necesitaba. Pero yo ni por un momento pensaba en mi madre, en mis hijos, en mis hermanos o en mí. Hasta con eso había podido mi desequilibrio emocional, yo sentía tanta proyección hacia él que ésto no me dejaba ver la realidad.
Ahora han pasado muchas cosas en estos 10 años de refuerzo y apoyo a mi masculinidad, soy capaz de ver cómo he sido creado, porqué, por Quién, para qué. Soy un hombre que vive su castidad con la ayuda de Dios.
Tengo que decir que llegué a estar unido legalmente según la legislación española a este muchacho y que un día de lucidez por fin inicié el trámite de mi divorcio.
Como dije antes, en mi infancia y en mi juventud (los 80's) ni siquiera fui consciente del tipo de vida que llevaba, del infierno que era andar escondido en retretes públicos o drogado, vendiendo mi juventud, mi cuerpo por unas monedas... No fue hasta que comprendí la realidad de la antropología del hombre que pude empezar a valorarme como lo que yo SOY, hombre, varón.
Y si me atrevo a contar partes de mi vida es porque haya unos pocos que pueden decir lo que quieran, aún siendo mentira y yo no pueda decir mi verdad.
He vivido tantos años engañado por mis paranoias que nunca fui consciente de para que había nacido.
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Soy un chico madrileño y tengo 25 años. Les escribo este mensaje en respuesta a la noticia publicada por su diario este martes, y les escribo para denunciar la situación injusta en que vivimos los chicos afectados por la proyección hacia el mismo sexo.
Durante muchos años en mi adolescencia he sufrido este infierno: Estar encerrado en una isla sin esperanza ninguna, destruido por dentro, destruido por estar atado a una condición llamada 'Proyección hacia el mismo sexo'. Durante un tiempo estaba detrás de otros chicos pensando que yo 'había nacido así'. Acudí a diferentes psicólogos y ellos me confirmaron esta afirmación. Sin embargo, ello no me ayudó a ser feliz ni a salir de mi estado depresivo. Contrariamente, me agonizaron de tal manera que estuve tres intentos de suicidio casi seguidos.
Cuando ya no tenía ninguna esperanza ni ilusión por vivir apareció Dios en mi vida. Sí, éso he dicho: DIOS. Un Dios de amor que se ha servido de la Iglesia Católica y en concreto de las personas que acusáis asquerosamente en vuestro diario. Ellos han dado la vida por nosotros literalmente. Yo les estaré eternamente agradecido, agradecido por haberme acompañado todos estos años en mi sufrimiento, abriéndome una puerta por la que he renacido de nuevo.
Con ellos he descubierto que mi proyección hacia el mismo sexo no era algo genético ni innato. Todas esas teorías que muestran diciendo ésto son absurdas y están completamente lejos de la verdad y la realidad. He descubierto que tenía grandes carencias afectivas desde la infancia. He reconocido que tenía problemas para encajar con los demás chicos y para asumir una identidad masculina realista en mi adolescencia. Estos y muchos otros factores que ellos mismos os pueden explicar en persona han sido el motivo de mi 'desorientación sexual'.
La homosexualidad, como equivocadamente han formado este concepto, no es una orientación sexual alternativa, contrariamente, es una 'desorientación sexual', que comporta un sufrimiento brutal a todos los que nos hemos mojado en esta lluvia.
Esta noticia y las afirmaciones de tantos políticos y personas a las que verdaderamente no le importamos en absoluto son unas acusaciones falsas, hipócritas, asquerosamente hipócritas, que atacan nuestra libertad, nuestros verdaderos deseos de poder ser libres para amar. Estas noticias son tentáculos de una tiranía ideológica que sólo busca la destrucción de la persona y apartarla de la verdad del AMOR DE DIOS.
Denuncio con este mensaje esta persecución. Apoyo incondicionalmente a nuestros orientadores, y reclamo para nosotros la LIBERTAD. Porque no sólo las personas que dicen querer ser 'homosexuales' son libres, sino que nosotros tenemos esa misma libertad para elegir descubrir quiénes somos realmente.
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Buenos días,
Esta mañana me levanté con la noticia en su diario sobre la actividad que llevan a cabo en el obispado de Alcalá de Henares. Al final de la misma aparece la frase de “si has sido víctima de una estas terapias y quieres contar tu caso, puedes escribir”. Como dicen, creo que solo les interesan los testimonios de víctimas o personas que confirmen sus sospechas para reforzar sus tesis, y que los que escribamos con otra opinión no les serviremos para cebar vuestras injurias, y por lo tanto no apareceremos en ningún lugar. No obstante me siento en la obligación moral de contar algún trocito de mi vida con el fin de esclarecer (aunque sea solamente para usted que me lee), lo que para muchos significan las personas que nos acompañan, llámese D. Juan Antonio Reig Plá o las muchas personas que entienden de verdad nuestras heridas y nuestros anhelos de felicidad.
Mi nombre es -----, tengo 35 años, casado y padre de dos niñas. De profesión soy psicólogo, terapeuta infantil y juvenil, y doctor en educación. Por tanto, creo que puedo saber una pizca de lo que hablo, pese a que no seamos los que más ruido hacemos para imponer nada a nadie.
Mi experiencia personal, además de profesional, tiene que ver con una realidad de chicos y chicas que sufren unas heridas afectivas que a ninguno de ustedes parece importarles. Tanto es así que aquellos que lloran todos los días por no saber reconocer y gestionar su identidad como hombres o mujeres, creados para amar y ser amados, para ustedes son reprimidos sexuales o víctimas de una sociedad que no les acepta como son. Distintos países supuestamente más avanzados y “tolerantes” han demostrado de sobra que no es así, y que por ejemplo, las tasas de suicidio en este colectivo no se reducen. Pero mi pregunta es, ¿cómo son? ¿como ustedes quieren? ¿como sienten ellos? ¿las atracciones nos definen? ¿nuestros impulsos sean sexuales o no crean por sí mismos una identidad?. La psicología y psiquiatría actuales podrían explicar muy bien cada una de estas preguntas. Y digo de hoy porque es así, no son estudios ni investigaciones de antepasados nuestros ni de ninguna otra época. Claro que ni siquiera los psiquiatras nos interesan cuando dicen algo que contradice nuestro pensamiento, por más racional que les parezca. Estoy cansado de argumentos totalitarios, sectarios y propios de una dictadura de pensamiento.
He vivido en mis propias carnes la frustración de no saber relacionarme con normalidad con los chicos desde mi niñez temprana, he sufrido las consecuencias de parecer femenino cuando jugaba con las chicas, de fantasear con la vida que me gustaría tener sintiéndome el hombre que mi corazón siempre ha ansiado ser. Claro que ser más hombre o más mujer no tiene que ver con esto que cuento si entendemos el sexo de una persona como cualquier cosa, pero la verdad que rige nuestro ser persona y por lo que nos descubrimos colmados en nuestro existir, con un sentido total, es aquella verdad que descubrimos cuando “somos capaces de amar y complementarnos como lo que somos (hombres o mujeres) con alguien que es biológica y existencialmente distinto”.
Y todo lo demás, disculpen, son parches o emotivismos en los que podemos caer e incluso vivir toda una vida. Amar es una capacidad que se expresa a través de una personalidad madura, sin dependencias, con libertad, etc. Y cuando esto no ocurre, el amor busca en el fondo que la otra persona sea la medicina, o la tirita para las heridas de soledad, o la búsqueda de placer que no calma nuestra sed nunca. Y estas razones podrían explicar algunas de las causas del fracaso amoroso y de la búsqueda incesante y a toda costa de alguien que nos colme esa necesidad, con más u más parejas, dejando todas ellas unos sentimientos de frustración enormes. El verdadero amor no interesa a nadie, no genera dinero ni enriquece más que los corazones. No llena los bolsillos de las industrias del sexo y de la pornografía, de las drogas o del abuso en general. A todos estos no les interesan nuestras lágrimas, les interesa hacernos ver que lloramos porque no somos lo que queremos ser, que somos incomprendidos, que el sexo y el placer nos harán por fin libres. Y el sufrimiento sigue ahí, y va a más.
Ninguna ley puede impedir que las personas pidan ayuda por sus lágrimas sabiendo que hay personas que no les van a hablar de ideas que no hacen más que probar y no tienen ningún efecto, salvo más desesperación. Pese a quien pese, todavía hay personas que quieren, sin ningún otro interés, enjugarlas, escucharlas y apoyarlas. Es una elección personal, que respeta a todos, incluidos los que no la buscan.
Yo puedo decir alto y claro, y nadie me podrá jamás engañar, que mi vida está siendo renovada y mi corazón está descubriendo a través de la sanación de mis heridas (de una niñez hipersexualizada y con experiencias fuertes en este sentido, de una autoestima inadecuada, y una sensibilidad mal encauzada), que los sentimientos de PMS (Proyección hacia el Mismo Sexo), la búsqueda incesante de estímulos sexuales y la adicción que posteriormente experimenté, no me conforman como la persona que soy, y que todo eso me ha producido un daño que se va reparando todavía a día de hoy con acompañamiento y orientación.
Estoy seguro de que muchas de las personas con PMS van a sentirse identificadas, y aunque lo vivan de una forma activa, descubrirán verdades en mis palabras. No sé que pasaría si me infiltrase en un bar de “ambiente gay” y descubriera la oscuridad e insatisfacción en las vidas de todos los que allí se encuentren. Déjenme hablarles con un pequeño ejemplo que podría observar: la agonía que se vive cuando estas personas dejan de ser jóvenes y guapos, y pasan la barrera de los 50-60, que ya no interesan como mercancía sexual y son apartados con asco de los juegos por los que era invitado VIP unos años atrás Estos están en las barras alcoholizados esperando a alguien que les quiera. Y así podría encontrarme a muchos que se enriquecen con las lágrimas y heridas de los demás.
Quiero mostrar desde aquí mi solidaridad y abrazo a quienes hacen posible que vidas como la mía adquieran sentido pleno y felicidad, a Mons. Juan Antonio, obispo de Alcalá, y a las personas que, con él, o de forma independiente, puedan dedicar tiempo a esta necesaria tarea.
Pido a todos los obispos de la Iglesia que se unan a la denuncia de esta tiranía.
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Estimados periodistas, editores de El Diario,
Respondo a su solicitud de testimonios a la dirección que escriben al final de la noticia “El Obispado de Alcalá celebra cursos ilegales…”. Así como piden testimonios de personas que se han visto perjudicadas por la denuncia que presentan pido que se me permita expresar libremente un testimonio contrario a lo que allí se denuncia, ya que lo que les voy a escribir se trata a fin de cuentas de mi propia vida. Autorizo al Diario y a otros periódicos de España y del mundo de publicar esta carta.
Soy un joven de 32 años, colombiano. He vivido en España y otros países de Europa. Realicé el Itinerario de Maduración Integral de la masculinidad desde mis 20 años. A diferencia de usted señor periodista que se presentó en el Centro de Orientación Familiar para investigar esta denuncia que hace, yo escribí a Es posible la esperanza (Como dice usted que lo hizo en su artículo) para pedir ayuda entorno a lo que a mis 20 años consideraba una condición innata en mí: la homosexualidad. Gracias al Itinerario que realicé en 3 años y al acompañamiento que me ofrecieron pude comprender la verdad de las causas de la atracción por el mismo sexo (AMS) y por tanto iniciar libremente un camino de sanación y maduración de mi masculinidad. Pude identificar las heridas que arrastraba desde mi infancia y que se manifestaron en la AMS, fui acompañado por un orientador que desde su profesión como orientador familiar en antropologia adecuada no me confundió, sino que me ayudó a sanar las heridas con mi familia, en mi relación con los demás, en mi identidad masculina. Vislumbro formar una familia en un futuro muy próximo si es la vocación para mi vida, y sino ya puedo decir que encontré mi vocación, que no es más que la de una vida que desde mi herida podré ayudar a otras personas, de hecho, ya es así y hasta el día de hoy no he encontrado mayor felicidad que esa. Siempre he tenido la libertad de irme. Sin embargo, me quedé porque debía elegir siendo resposable por mí. Ahora doy testimonio de lo que usted mismo denuncia en su artículo: es necesario llevar esta verdad a todos los adolescentes, jóvenes y adultos del mundo. Ninguna ley nacional por muy severa que sea podrá acallar esto.
Simplemente le pido que se respete el derecho de las personas a sanar las heridas de atracción por el mismo sexo. Doy fe que es posible. Pido para que todas las Iglesias de otras partes de España y del mundo tengan la valentía de anunciar la verdad, como lo ha hecho el COF y el Obispo de Alcalá de Henares.
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Conozco el trabajo que hace el Centro de Orientación familiar y lo que hace es acoger, escuchar y ayudar en la medida de sus posibilidades a personas que tienen un problema, un sufrimiento -el que sea de su vida-. Cualquier persona puede acudir y cualquier persona es bienvenida, sea quien sea. Respecto a la “ams”, hay personas que dejan claro que no tienen intención de cambiar esa parte de sus vidas y nadie en el Centro de Orientación Familiar (COF) les obliga a ello. Esas personas siguen yendo al COF y todos tan contentos. Esas personas siguen yendo porque se sienten acompañadas, escuchadas, comprendidas, no juzgadas, bienvenidas, respetadas, dignas y amadas. Muchas de esas personas reconocen que poder compartir su sufrimiento - sea el que sea- con otras personas que sufren o han pasado por un sufrimiento grande es de gran ayuda y consuelo. Y por esas razones, el COF hace un buen trabajo que pocas personas hacen.
Lo he visitado alguna vez y siempre me he sentido respetada y acogida; puedo decir lo mismo de otras personas que he conocido allí. Gente edades variadas, con situaciones muy diferentes pero con algo en común: una situación difícil en sus vidas que no saben cómo gestionar y que les hace sufrir. Si hay alguna ley que impide esto, apaga y vámonos. Yo lo resumiría así: “Siempre me ha sorprendido ver cómo el compartir nuestras debilidades y nuestras dificultades nos proporciona mucha más alegría que el compartir nuestras cualidades y nuestros éxitos”.
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Señores periodistas de eldiario.es:
Les escribo con motivo de la información que habéis difundido sobre el obispado de Alcalá con respecto a la acogida y acompañamiento de personas que sentimos atracción hacia el mismo sexo. Quisiera compartirles lo que ha supuesto la maravilla que ha supuesto para mi vida el poder encontrarme con esa acogida y acompañamiento, al que como ser humano tengo derecho y no me ha proporcionado ningún tipo de frustración sino todo lo contrario, de bendición, agradecimiento, paz y equilibrio interior.
Me llamo --- , tengo 50 años y soy de España. Soy el quinto de siete hermanos, de los que somos seis varones y una hermana la más pequeña. Mi padre es hijo único y mi abuela paterna vivió siempre con nosotros en casa hasta su muerte. Cuando era niño, yo era muy enfermizo y mi padre tenía problemas de adicción al alcohol, lo que hacía que fuese agresivo y violento cuando bebía. Ante esa situación, recuerdo situarme siempre en una actitud de buscar un continuo refugio “bajo las faldas de mi madre”, y, a su vez, mi madre se volcaba con el niño que le requería un continuo y exigente cuidado, refugiándose en ello ante la situación tan dramática que se vivía en mi casa.
Recuerdo que cuando tenía seis años, al escribir la Carta a los Reyes Magos en Navidad, mi madre no puede dejar de expresar su dolor y su sorpresa al leer lo que se decía en la citada carta: “Lo único que le pido a los Reyes Magos es cariño”. Fui un niño sobreprotegido por mi madre y, a su vez, menospreciado y rechazado explícitamente por mi padre, ya que yo mostraba ser una persona débil y pasiva. A mi padre le tenía verdadero pánico y un odio creciente, llegando a desearle la muerte más de una vez. Odiaba a mi padre pero, paradójicamente, siempre buscaba sentirme amado por él, sintiendo una enorme envidia hacia mis hermanos que encarnaban y asumían los roles de hijos que mi padre deseaba y que le edificaban.
Tal y como he podido analizar posteriormente gracias, por una parte, al contacto con la Palabra de Dios y los sacramentos, y, por otra, al itinerario de maduración integral, de forma totalmente complementaria.
Desde muy pronto padezco ataques de ansiedad acompañados de agorafobia, claustrofobia y tanatofobia. La idea de la muerte era una obsesión en mi existencia, hasta tal punto, que a los 19 años caigo en una grave depresión y una grave crisis de pánico al obsesionarme de forma exagerada con el paso del tiempo y con la muerte. Recuerdo exigirle a mi madre a gritos y con lágrimas que parase las agujas del reloj para que no pasase el tiempo. Era como si fuese un condenado a muerte al que le faltase poco tiempo para ser ejecutado. No quería morir. Pero en el fondo, lo que no quería era vivir. No quería crecer. Si ser un hombre significaba ser como mi padre prefería ser un niño eternamente. No podía soportar la idea de que el refugio que me ofrecía mi madre fuese algo temporal o efímero. Quería y exigía vivir una infancia eterna. Además de la ayuda médica, sólo el hecho de aceptar la realidad de ser mortal, de entrar en la realidad de la vida, gracias a la Palabra de Dios y al itinerario de maduración integral, me ayudó a salir de semejante engaño, tal era mi egolatría, mi soberbia y mi narcisismo.
Recuerdo ser siempre el niño que toda madre quisiera tener, y, mi madre, en su ignorancia y su muy buena voluntad se enorgullecía de ello. Era educado, complaciente, estudioso; estaba siempre en casa; saludaba a todo el mundo; era un niño bueno. Todo con el fin de sentirme amado, de sentir que era alguien. A los 12 años tomo conciencia de que me atraen los demás chicos y comienzo a mendigar sexo a compañeros de forma totalmente desordenada. Buscaba sentirme querido y abrazado por un compañero, por un chico, mucho más que el mero placer sexual. En el fondo, buscaba el afecto que mi padre nunca tuvo la capacidad de proporcionarme.
Este hecho era algo que contrastaba y que destruía en mí el concepto del niño bueno que me daba tanta seguridad y que me daba carta de ciudadanía en mi vida cotidiana. Era algo que no soportaba. Veía mi atroz egoísmo y el fariseísmo e hipocresía en el que mi vida se iba introduciendo en mi adolescencia. Tenía la idea de que para que me quisieran, incluso Dios (recuerdo las charlas que nos daba mi abuela en las que nos decía con la zapatilla en la mano: “Los niños buenos van al cielo y los niños malos van al infierno”), por lo que mis caídas constantes me destruían. No lo soportaba. Me autodespreciaba y autoaborrecía, llegando a tener unos terribles escrúpulos. Me salvará escuchar que DIOS ME AMA COMO SOY, QUE NO SE ESCANDALIZA DE MÍ, QUE HA DADO SU VIDA POR MÍ. Pero en mi neurosis, utilizo a Dios para dar culto a mi egolatría, prosiguiendo en mi vida farisaica al tener muchos años de vida en continencia pero sin creer en el amor gratuito del Señor. Sólo con el tiempo podré llegar a creer y experimentar que Dios me ama gratuitamente. De la misma forma que pensaba que tenía que dar la talla ante mi padre, pensaba que tenía que dar la talla ante Dios.
Al llegar a la universidad sufro una fuerte dependencia emocional con un amigo de la facultad en que estudiaba, con caídas en masturbación compulsiva y una verdadera esclavitud y un infierno. Veo la película “Atracción fatal”, con Michael Douglas y Glenn Close, y me siento totalmente identificado con la protagonista, llegando a pensar que era una especie de psicópata. La amistad se estropea debido a mi ahogo y asfixia egocéntrica hacia su persona.
El realizar el itinerario de maduración integral ha supuesto un revulsivo que me ha ayudado a crecer en autoestima, a tener mayor paciencia conmigo mismo, con mis debilidades y mis heridas, a superar la autocompasión, a ver la historia de mi vida sin dolor, reconciliándome con ella; a buscar amigos varones que me proporcionen afecto masculino sano; a valorar y desarrollar mis potencialidades y cualidades positivas, que antes no veía; a salir de mí mismo; a aprender a quererme y respetarme, a buscar conseguir mi maduración emocional, a comprender, justificar y perdonar a mi padre, al que hoy amo y respeto; a pedirle perdón por haberle deseado la muerte; a tomar conciencia de que soy una persona diferente a mi madre y de que no soy su esposo ni tengo la responsabilidad de hacerla feliz; a pedirle perdón a mi madre y a comprenderla y justificarla por haberse refugiado en mí; a irme incluyendo poco a poco en el mundo masculino, superando complejos de inferioridad, aunque me queda camino por recorrer; crecer en asertividad y libertad…
Quiero expresarles que no es cierto que el sufrimiento que padecía sea consecuencia de la denominada “Homofobia social” sino que mi mayor sufrimiento era producido al sentirme como una especie de “vampiro” que necesitaba satisfacer mi carencia afectiva de forma totalmente desordenada. No quería eso para mi vida ni lo quiero. Mi objetivo al hacer el itinerario de maduración integral no era ni es el llegar a ser heterosexual sino sanar las heridas que me hicieron presa de un absoluto egocentrismo, del pánico a vivir, a crecer, porque crecer lleva implícito el morir, el dejar la infancia atrás.
Quisiera saber qué tiene eso de nocivo cuando para mí ha sido totalmente lo contrario. ¿Hay personas que son felices en el mundo gay? Puedo afirmar con rotundidad que yo soy feliz fuera de él y tengo derecho como español del siglo XXI a elegir lo que objetivamente creo mejor para mi vida. ¿Por qué es plausible y laudable la opción que hace una persona de vivir en el mundo gay, de asumir el género gay y sin embargo es condenable que una persona que siente atracción hacia el mismo sexo desee sanar sus heridas internas y vivir al margen del mundo gay? ¿Por qué los que van abanderando las ideas de libertad y tolerancia responden con actitudes totalmente opuestas a lo que exigen y a lo que abanderan, con verdadero odio hacia las personas que no piensan como ellos? ¿Por qué se impone un totalitarismo o dictadura con respecto a este tema cuando lo que abanderan es un verdadero relativismo con el que se proponen una cantidad de géneros en los que las personas deben ver con cuál concuerdan, con excepción de las personas que sentimos atracción hacia el propio sexo que no nos identificamos como gays, a los que se nos quiere impedir pensar, opinar, vivir, de forma diferente a lo que nos impone esa dictadura de lo políticamente correcto?
Si es terrible el hecho de que se despreciase, se marginase y se matase en épocas del pasado a personas por manifestar su atracción hacia el mismo sexo, no deja de serlo también que en pleno siglo XXI se persiga a personas y a instituciones por no pensar tal y como lo hace el pensamiento dominante. Hoy debemos preguntarnos quiénes son los verdaderos inquisidores y quiénes son sus víctimas; quienes presumen y exigen tolerancia y, tristemente, llevan a cabo una actitud tan intolerante como la que se sufrió en el pasado. Exigen libertad, pero no respetan ni quieren libertad para todos.
No me arrepiento de haber realizado el itinerario de maduración integral. Antes bien, me alegro y doy gracias a Dios por ello. Me produce tristeza, vuelvo a repetir, la intolerancia y la dictadura de pensamiento único que se impone desde el mundo gay. Expreso mi solidaridad y gran agradecimiento tanto al Señor Obispo de Alcalá, Monseñor Reig-Plá, como al COF de Alcalá, así como a B.V. Muchas gracias.
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Señores ElDiario.es:
Les comparto estas líneas expresando mi apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, al C.O.F. y a B. V. ante las acusaciones que se realizan en su contra por colaborar con el acompañamiento de personas que buscan sanar heridas.
Más que dar argumentos vacíos y meramente teóricos, considero preciso comentarles brevemente mi testimonio. Desde que tengo uso de razón, he experimentado PMS (Proyección en el Mismo Sexo) y aunque yo estaba seguro que todo en mi vida era bueno, pues contaba con buenas calificaciones en el colegio, tenía personas que me rodeaban, no había problemas en mi vida, además estaba convencido de que era feliz: por mi extroversión, mi vida social rica, mi familia y mis aptitudes; siempre existió en mí la conciencia de saber que no todo podía quedarse ahí.
A pesar de que la sociedad me bombardeaba diciéndome que lo que sentía estaba bien y que debía aceptarme, mi corazón, mi mente y mi cuerpo me gritaban que no podía ser así. Durante noches lloraba sin saber por qué y a pesar de estar rodeado de muchas personas, seguía sintiéndome solo.
Un día deseando dejar de sufrir por luchar contra lo que estaba sintiendo, decidí hacerle caso a quienes me decían que mis sentimientos por otros chicos eran normales, pero contrario a hacerme libre, lo que hice fue sentirme preso y sin escapatoria, encarcelado y etiquetado para vivir de un modo que en nada correspondía a lo que yo de verdad soy. Cada día era como si un bisturí fuese cortándome por dentro sin parar, pero sin que yo supiera donde estaba localizado ni como sacarlo. Busqué ayuda en distintos lugares de manera infructuosa y así me mantuve hasta que desde Panamá encontré acompañamiento en la sanación de heridas que lejos de decirme que intentara ser alguien que no soy, me acogió y me presentó la posibilidad de mejorar, de madurar, de crecer como hombre y poder llegar a ser feliz.
Desde que comencé a trabajar en madurar integralmente mi personalidad, en busca y con la ayuda de una vida de comunión y solidaridad, mi manera de vivir y de experimentar el mundo ha cambiado exponencialmente. Luego de un periodo largo y lleno de retos personales, caminando paso a paso, he podido aprender que soy valioso como hombre y comprender que aquel bisturí que me desgarraba por dentro eran la suma de muchas heridas de mi pasado que se encontraban a nivel inconsciente y se manifestaban por medio de la PMS; también comprendí que estas heridas debían ser trabajadas y puestas en manos de Dios para ser sanadas.
Quizá en un principio llegué para dejar de tener PMS, pero me encontré con más… con mucho más de lo que nunca me habría imaginado tener y experimentar. El camino ha estado lleno de obstáculos y he pasado por momentos de intenso sufrimiento, pero ese dolor no lo produjo el proceso, sino que siempre estuvo ahí latente, haciendo daño desde los pequeños detalles y de manera muy sutil y al dejarlo salir, naturalmente duele, pero es un dolor parecido al que se tiene cuando uno vomita luego de tener una indigestión: se sufre, pero se sabe que con el dolor también se va el malestar.
Nada en la vida me ha llenado tanto como en tener un horizonte, un objetivo que es madurar lo más que pueda madurar para dar lo mejor de mí a mis hermanos, a mi sociedad, a cada persona y así, al mundo entero. Al igual que yo lo viví, estoy seguro que existen muchas personas en el mundo entero cuyos corazones están heridos y sedientos de amor, deseosos de sanar, de que se les acoja y acompañe, y no estoy ni estaré de acuerdo con que se mutile el derecho libre y responsable de los ciudadanos de optar por la sanación de las heridas que se manifiestan como PMS, de realizar un itinerario de maduración integral para ser la mejor versión de ellos mismos que puedan ser. ¿No es acaso esto lo que debe buscar el hombre: ser lo mejor que se pueda llegar a ser?
Este no debe ser un privilegio de algunos, sino un deber de todos para con nosotros, para con el mundo y para con las futuras generaciones, pero se está prohibiendo y penando severamente a aquellos que desean decidirse por una opción diferente y, peor aún, a aquellos que ayudan a quienes desean sanar heridas. Invito y ruego a todos los obispos del mundo, de la Iglesia Católica que promuevan una formación-maduración integral de la persona y que brinden acompañamiento a las personas con PMS que quieran sanar y madurar, porque este acompañamiento es necesario y ustedes pueden ayudar a promoverlo. Que no tengan miedo de luchar en favor del Camino de la Verdad y de la Vida. No pierdan la Esperanza, denuncien las injusticias y anuncien el Amor de Dios. También invito a todo el que este leyendo, a que se detenga y piense por un momento si lo que está haciendo va en favor de la vida y de la verdadera libertad del ser humano. Todos deseamos un mundo de paz, libertad y buenos valores. No sea usted quien siembre la semilla de la discordia, de la guerra y el dolor.
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Respetados señores de eldiario.es:
A través de esta carta quisiera expresarles mi total rechazo a la noticia que publicaron el pasado lunes, titulada “El obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para 'curar' la homosexualidad”, pues me parece un atentado contra la verdad de la sexualidad humana y contra quienes la defienden, como el señor obispo de Alcalá y la señora B.V.
Digo lo anterior porque yo he vivido de primera mano las consecuencias de la mentira gay. Permítanme contarles de manera breve mi testimonio. Cuando era joven, empecé a sentir fuertes deseos eróticos hacia otros varones, lo cual me hizo sufrir porque ya antes me había creído la mentira de que si sentía ese tipo de deseos, significaba que era homosexual, y yo no quería vivir un estilo de vida gay. El sufrimiento fue corto, pues, gracias a Dios, recibí ayuda de un grupo de personas que me abrieron los ojos a la verdad; me dijeron: tú no eres homosexual, tú eres un varón y lo que tienes es un problema de proyección hacia el mismo sexo (PMS), causado por las heridas vividas a lo largo de tus años. Desde entonces la visión de mi vida cambió, pues me di cuenta que tenía heridas en mis relaciones personales (con mis padres, mis hermanos, mis amigos, etc.), que estas no me permitían vivir plenamente mi masculinidad y que me hacían buscarla afuera en los demás (proyección). Ahora, gracias al acompañamiento y acogida recibidos por este grupo, he podido dar pasos importantes para sanar mis heridas, madurar mi masculinidad y salir de la PMS. Por eso, puedo asegurar que nunca había vivido con tanta alegría, esperanza y paz, como lo hago ahora.
También quisiera expresar que me parece absurdo que exista una ley que prohíba optar por un proceso de sanación de heridas, cuando es un derecho (incluso me atrevería a decir que es un deber también) buscar la verdad y vivir de acuerdo a esta. Por eso, el señor obispo de Alcalá y la señora B.V. tienen mi total apoyo, pues conozco su trabajo y sé que solo pretenden dar a conocer la verdad, para así devolverle a tanta gente (como a mí) la esperanza de salir de la PMS y de vivir plenamente la propia sexualidad (masculinidad o feminidad). Dios quiera que, a ejemplo de estos dos, los demás obispos y fieles del mundo, denuncien la mentira gay y promuevan estos procesos de sanación y maduración.
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Sólo puedo hablar bien y estar agradecida de B.V., de Mons. D. Juan Antonio Reig Pla y del COF de la Diócesis de Alcalá de Henares. Especialmente, aunque no sólo por ello, sino por muchísimas cosas más, por la ayuda brindada en el acompañamiento de la sanación de las heridas en o de mi propia feminidad. Desde pequeña, pero especialmente desde la etapa de la pubertad empecé a no sentirme identificada con el mundo femenino. No me gustaba el modelo de mujer que veía en mi madre (entregada, pero en la casa, ocupando un lugar lleno de responsabilidades y obligaciones, un poco aislado de la vida social…), llegando a idolatrar a papá, más cariñoso, comprensivo, social…Por otro lado, tampoco sentí la acogida o valoración de mi singularidad, de mis dones o cualidades, gustos e intereses, de parte de sus compañeras (mujeres), cosa que una niña necesita en su etapa escolar . Sentí el rechazo y la burla por parte de todos los compañeros de clase ante mi desarrollo precoz. Todo ello tambaleo los cimientos de mi identidad sexual, sin llegar a poner en duda ni el ser mujer, ni mi atracción sexual hacia los hombres, pero sí llegando a despreciarme en muchos momentos y haber querido nacer varón, para no tener que sentirme diferente o un bicho raro, porque no era como todas. El poder identificar algunas heridas como las mencionadas, conocer con mayor profundidad a mi madre, a mi padre, la relación de los dos, también sus sufrimientos y flaquezas, pero a la misma vez lo mucho que me quieren o han querido a mis hermanos, desde su humanidad imperfecta, pero siendo a la vez reflejo de un Amor Primero y más grande ha sido y está siendo un camino precioso de acogida y valoración mutua. Además el mirarme a mí misma, como mujer, única, valiosa, con una misión y una vida por dar-entregar, está llenando de alegría y esperanza mi día a día. Aprendiendo a ir dentro de mí, para amar y dar lo mejor a los que me rodean: mi familia, mi novio, mis amigos, mis alumnos… y así ser plenamente feliz, viendo que nadie es perfecto, pero que en todos nosotros hay una gran sed de amar y ser amados-valorados como somos: hombres o mujeres.
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Hoy en día se presume de que hay “libertad de expresión”. Sin embargo, cuando hay personas que intentan ayudar a otras con PMS y que deciden buscar otra manera de vida, se les acusa de homofobia.
Exigo que, ya que se dice que hay “libertad de expresión” se nos sea permitido decidir qué opción tomar.
Hoy en día solamente se conoce una manera pero, ¿por qué no puede considerarse la otra?
Yo he vivido en mí mismo este proceso y por expongo mi testimonio: Tengo 20 años y soy de España y hace unos 6 años comencé el proceso de maduración. Mis padres se estaban divorciando y yo estaba viviendo un infierno, los chicos me atraían muchísimo, tenía una adicción enorme a la masturbación y pornografía, no le veía sentido a mi vida... Llegó el momento en que yo estaba pensando en quitarme la vida.
En ese momento conocí este proceso donde descubrí mis heridas y además que había otra manera de vivir. Durante estos años he aprendido a ser más estable emocionalmente, he podido perdonar a mis padres...
Tenía relaciones muy tóxicas con toda mi familia, y gracias a este proceso he podid canalizarlas y crecer como persona. Además, he podido superar todos los complejos que me acompañaron durante un largo período de mi vida. Era un chico muy obsesivo, dependiente de personas, sin amigos...
Algo muy importante es que he superado eso y he conseguido crear relaciones de amistad con chicos cosa que antes era impensable.
Por escandalizador que pueda parecer para algunas personas he podido dejar atrás la PMS y ser una persona más madura, feliz y seguro de mí mismo. Me gustaría resaltar que la AMS (Atracción por el mismo sexo) NO ES UNA ENFERMEDAD, son simplemente heridas que uno tiene y pueden ser tratadas y dejarlas atrás.
Estoy muy enfadado de que no se permita conocer otra posibilidad, una posibilidad que a mí me ha dado la vida, y por eso RUEGO QUE SE PERMITA LA POSIBILIDAD DE PODER ELEGIR OTRA MANERA DE VIVIR. Ruego que tomen medidas y permitan poder elegir lo que quieres hacer con tu vida. En el COF a mí me han dado la felicidad y me gustaría que ustedes permitan que esta felicidad que a mí me han dado y este proceso tan fructuoso que he realizado, le sea permitido a tantas otras personas que están por llegar.
¿Por qué se ha de determinar una manera de vida cuando existen otras más?
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Buenas noches estimados miembros del Periódico eldiario.es, es un placer para mí estar aquí. Me presento, mi nombre es “H”, soy de Ecuador y tengo 18 años, el motivo de esta carta es con la intención de DEFENDER el DERECHO que tiene cada ser humano a la LIBRE EXPRESIÓN y LIBERTAD DE DECISIÓN. Me he enterado de la noticia que está circulando, sobre las terapias reparativas de la homosexualidad, bien. Lo que yo quiero exponer aquí es con hechos veraces como esto me ha servido a mí y no solo a mí sino a muchos jóvenes alrededor del mundo. Empezaré con mi TESTIMONIO: Yo pertenezco a la Asociación “Es Posible La Esperanza” y para mí ha significado MUCHO en mi vida. YO DEFIENDO la postura que exige la LIBRE DECISIÓN, y POR FAVOR no confundamos esto con “HOMOFOBIA”, esto no es “homofobia”, esto es porque uno quiere y si veo que me está ayudando, ¿quién puede negarme el DERECHO a ser FELIZ? ESTOY EN TOTAL DESACUERDO CON LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, SIEMPRE LO HE ESTADO, ¡¡¡NO TODOS PENSAMOS IGUALES!!! NO NOS PUEDEN IMPONER ALGO QUE NO QUEREMOS? NO TODOS ACEPTAMOS LO MISMO Y SI NO LO ACEPTO ¿QUIENES SON LOS DEMÁS PARA IMPONER ALGO QUE NO QUEREMOS? Yo digo que el cambio está en uno mismo, realmente yo dejo que los homosexuales que han elegido ese estilo de vida sean felices como son, pero los que no quieren y sufren por ello no hay que negarles su DERECHO, porque tanto homosexuales que viven tal estilo de vida tienen sus DERECHOS, ¿por qué no apoyar a los que no quieren serlo? Eso sería TIRANISMO Y AUTORITARISMO y por favor con las palabras del mismo colectivo GLBTI: “Libertad y Tolerancia para Todos”, entonces ¿por qué tanto intento de acallar a los que no aceptamos aquello? Miren, no sé si tomarán en cuenta este mensaje, puede que todo lo que haya escrito aquí no les importe o interese, posiblemente lo olviden al primer minuto porque sé que no están de acuerdo con esto, sí, es verdad, pensamos diferente, pero no es motivo para destruirnos POR FAVOR, no nos destruyamos, aceptamos lo que quiere cada quien para su vida y listo, amigos y amigas, sean felices y dejen ser felices a los que encuentran una manera de serlo pero POR FAVOR seamos DE PALABRA como se exige tantas veces y NO SE HACE NADA. Por si fuera poco, MI HISTORIA: Yo pertenezco a ESPOSIBLELAESPERANZA ya desde hace un año y antes de esto mi vida era un TOTAL INFIERNO, tenía problemas de autoestima, confusión, miedo y tristeza, era un chico muy cerrado y tímido, con el tiempo la cosa empeoraba y yo no aguantaba más. Al llegar a la adolescencia empezaron momentos difíciles, confusión y la tristeza no se iba, todo se incrementó. Hubo un punto en el que no aguanté más y decidí contárselo a mis padres, gracias a ellos que me apoyan en todo y juntos logramos llegar hasta esta Asociación en la que he sido ACOGIDO. Aquí he aprendido cosas MUY VALIOSAS, no solo he aprendido de la PMS (Proyección al Mismo Sexo) sino que aparte de esto en este Itinerario de la Maduración de la Masculinidad se enseñan VALORES, VERDADES, CONSEJOS Y MEDIOS PARA CRECER PERSONALMENTE. Con EPE y su Itinerario he LOGRADO ver VERDADES que antes no me daba cuenta, CRÉANME, ESTO NO ES PARA DEGRADAR AL INDIVIDUO QUE ESTÁ HACIENDO LA TERAPIA, EN MI CASO, ME HA AYUDADO. CON ESTO SE QUIERE LOGRAR QUE LOGRES PERDONAR HERIDAS DE TU PASADO Y RECOMENZAR UNA VIDA NUEVA. GRACIAS A EPE Y A TODOS SUS MIEMBROS MI VIDA A EMPEZADO A SER DISTINTA, HOY SOY MÁS FELIZ Y LA PMS ES ALGO QUE ESTÁ QUEDANDO EN EL OLVIDO, ¡¡¡QUE VIVA LA VERDAD Y LA ESPERANZA, NO NOS VAMOS A CALLAR!!!
Sinceramente, deseo que todos vosotros seáis felices porque yo ya lo soy, hagamos de este mundo un lugar mejor; si el hermano que tengo a mi lado no piensa igual que yo no es motivo para atacarlo, SEAMOS COMPASIVOS; incluso soy compasivo con todos aquellos homosexuales, no los ataco porque sé que en el interior están MUY HERIDOS, quiero que también sean felices pero sin atacarnos mutuamente. De mis más sinceras consideraciones Periódico eldiario.es; espero que con su trabajo den alegría y una sonrisa más a este mundo, no para atacar, sino para salvar y ayudar al necesitado de este mundo, eso incluye tanto homosexuales que son felices como son como los que NO aceptan y EXIGEN SUS DERECHOS TAMBIÉN, ¡EXIGIMOS NUESTROS DERECHOS TAMBIÉN!
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Voy a tratar de ser conciso, sin utilizar el vulgar lenguaje cargado de política e ideología que se frecuenta en la sociedad.
Estoy totalmente en contra de la denuncia hacia el obispado de Alcalá. Allí se ofrece un itinerario de maduración integral. Se propone, pero no se impone. Por lo tanto, los que acceden a realizarlo es porque quieren cambiar algún aspecto de su vida relacionado fundamentalmente con la afectividad y creo que esta es una decisión muy respetable.
No conozco mucho acerca de este itinerario, pero sí veo sus frutos en mi amigo, que ha avanzado mucho con su problema desde que lo empezó. Lo comenzó por su atracción hacia personas del mismo sexo, debida a ciertas heridas afectivas del pasado, que él mismo reconoce.
Actualmente es más abierto con los hombres en lo que se refiere a amistad y se le ve más seguro y con confianza en sí mismo; más completo.
Por este motivo, recomiendo a cualquier persona que esté pasando por algún desorden de tipo afectivo y realmente se ame a sí misma y pretenda cambiar su vida para mejor, de la mano de la fe, que no dude en ponerse en contacto con el obispado de Alcalá. Aprovecho para agradecerles la gran labor que están haciendo a pesar de las numerosas críticas que están recibiendo.
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Les escribe Camila desde Quito, Ecuador, escribo esta carta para dar mi queja de la forma en la que el medio de comunicación EL DIARIO ES ha generado un artículo lleno de mentiras, y con la única intención de motivar el odio contra un acompañamiento que ES DE FORMA VOLUNTARIA Y LLENA DE AMOR
Además doy mi completo apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, por su acompañamiento, el cual aclaro yo busque siendo una mujer adulta, pues el AMS es decir la atracción así el mismo sexo convirtió mi vida en un caos, El AMS no es algo que yo busque o con lo que nací como me quieren hacer creer, el AMS se presentó en mi por la ausencia de mi madre, y mi gran apego hacia mi padre, está herida de mi infancia me derivo en que me atraiga lo que yo no tuve, es decir el amor de una mujer (mi madre) y como nunca tuve una madre, busque amor en otra mujer pero esa forma no me ayudo, convirtiendo mi vida en un real infierno, la falta de una figura femenina me atrajo al LESBIANISMO, pero el verme envuelta en este tipo de atracción me trajo mucho sufrimiento.
EL MUNDO HOMOSEXUAL no es un entorno sano, existen muchísimas violaciones, abusos, confusión, intereses sobre todo toxicidad y lastimosamente yo entre en ese mundo, después de una vida de penumbras no pude mas ya que YO NO QUERÍA ESO, NO ACEPTE EL LESBIANISMO COMO MI DESTINO, y busque ayuda y créanme no fue fácil, en un mundo en donde querían obligarme a aceptar una atracción que no me hacía feliz, pero todos decían que era normal, el acompañamiento jamás fue una terapia, PARA MI FUE un alivio, una voz que me escuchaba y me permitía entender la razón de mi inconformidad, una contención, UN LUGAR EN DONDE YO PODÍA SER VERDADERA, EN DONDE PODÍA EXPLICAR MI DESDICHA Y BUSCAR ALGUIEN QUE ME ENTIENDA
Explíquenme ¿por qué no tengo derecho yo a buscar lo que me haga sentir feliz? Y saben la felicidad la encontré con la compañía de los guías, agradezco a ellos en ahora permitirme ser una mujer feliz, tranquila, YO TENGO EL DERECHO A ELEGIR LO QUE ME HACE FELIZ Y SU ACOMPAÑAMIENTO ME PERMITIÓ ENCONTRAR LA LUZ
NO HABRÁ LEY QUE ME IMPIDA SER FELIZ, ¿POR QUE LA PERSECUCIÓN A LAS PERSONAS QUE NO QUEREMOS ACEPTAR LA HOMOSEXUALIDAD COMO DESTINO?, TODOS TENEMOS DERECHO A SER FELICES, YO SOY FELIZ GRACIAS A LA AYUDA DE MONS. D. JUAN ANTONIO Y LO APOYARE PUES TODOS DEBEMOS BUSCAR NUESTRA FELICIDAD.
Hoy he conformado mi familia, con un hombre maravilloso que me ama y jamás sentí tanta dicha, adoro a mis hijos y agradezco toda la ayuda recibida pues me permitió vivir de una forma plena, rechazo al medio de comunicación que quiere impedir que más personas como yo reciban información y cada uno tiene la autonomía de decidir si la usa o no, es dar información
No señores del diario.es NO PUEDEN CUARTEAR MI DERECHO A ENCONTRAR MI FELICIDAD Y LOGRARLA POR LOS MEDIOS QUE YO NECESITE Y SEAN EFECTIVOS PARA MÍA.
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Me dirijo a ustedes aceptando la propuesta realizada al final de su reciente artículo “El obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para ”curar“ la homosexualidad”.
Diré que mi nombre es Felipe, tengo 21 años y vivo en la ciudad de Medellín, Colombia, donde actualmente curso el pregrado. Soy el mayor de dos hermanos varones. Mis padres se separaron cuando tenía dos años, mi hermano y yo quedamos a cargo de mi Madre.
Mi Padre se distanció completamente de nosotros; solo llamadas y un poco de apoyo económico venían de su parte.
Cuando tenía ocho años, fui abusado sexualmente por parte de un amigo tres años mayor. En ese momento sabía que estaba mal, pero temía contárselo a mi Madre pues me sentía culpable, adicional a eso tenía la advertencia de este chico quien me intimidaba y amenazaba constantemente. En el colegio las cosas no siguieron bien, acoso por parte de compañeros, burlas, rechazos por gustos distintos al fútbol entre otras cosas, fueron mi “talón de Aquiles”.
Vivía idealizando a mis amigos pues tenían un Padre cerca, preguntaba a la vida y a Dios, por qué no estaba el mío. Pensaba que no me quería, que no me amaba. Rechazaba todo mi ser, quería tener otro aspecto físico, otra personalidad, otras cualidades. Por otro lado, mi Madre me envolvía en un mundo femenino al que sabía que no pertenecía, ella era dura, exigente y con necesidades emocionales muy latentes que tiempo después pude entender y nombrar.
Poco a poco empezaron a surgir sentimientos que no entendía por mis compañeros, deseaba estar más cerca de ellos, deseaba amigos, deseaba su masculinidad, complicidad y compañía, luego vino el deseo sexual.
A los quince años terminé el colegio, deprimido, angustiado, triste y sin sentido, entonces me sumergí en pornografía, en los chats y en la masturbación compulsiva. Me sentía distinto a los demás varones, pero anhelaba profundamente conectar con ellos. Deseaba ser un varón más y no entendía por qué la vergüenza me paralizaba y no me dejaba ser espontáneo.
Busqué respuestas y todas parecían decir que era homosexual, y debía vivir como gay. Pero sabía desde un punto de vista biológico que solo se nacía varón y mujer. Lo mismo ocurría si lo miraba desde un punto teológico pues “varón y mujer los creó Dios”. La psicología, la neurociencia y un sin número de ciencias avalan la existencia y diferencia entre los dos únicos sexos: masculino y femenino.
Con diecisiete años después de una búsqueda ardua encontré la página: xxxx.xxx. La respuesta a todas mis preguntas, con bases desde la fe y la razón.
Me di cuenta al instante que había muchas personas luchando en ese camino, con esperanzas y ganas de vivir de otra manera.
Realicé los pasos que me pedían y libremente decidí empezar un camino, en donde semanalmente desde ese tiempo me reúno con mi orientador y un grupo de trabajo en el que revisamos libros, dialogamos temas, conferencias y todo tipo de artículos fundamentados en la Antropología adecuada propuesta por Juan Pablo II, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que nos forman no solo en el conocimiento de la PMS (Proyección hacia personas del mismo sexo) que en resumidas cuentas fue lo que nos llevó a esa búsqueda, sino también en el conocimiento de la herida del corazón humado, una herida de desamor manifestada de distintas maneras, pero con una marca muy profunda cuando es nuestra identidad sexual la que está herida, como es el caso de la PMS. El ser humano es un ser integral por lo tanto entendido así, es necesario que en sus dimensiones (corporal, psicológica y espiritual) adquiera una maduración en la masculinidad o en la femineidad y desde una vida nueva en donde la comunión y solidaridad sean nuestra meta.
Después de casi cuatro años, puedo ver claramente el cambio en mi vida. Mis relaciones con otros varones han mejorado notablemente, mi Madre murió hace dos meses y gracias a este camino y a Dios, pude comprender su historia y vivir un proceso de perdón y reconciliación antes de su partida. El proceso con mi Padre es lento pero prometedor, mi espiritualidad ha crecido y el anhelo de vivir intensamente libre de esclavitudes e ideologías totalitarias aviva en mí.
Es contradictorio e injusto que en nombre de la libertad se promuevan ideologías que acerca de este concepto conocen muy poco. Buscan a través de la política beneficios sin importar la historia de jóvenes como yo, que, en busca de verdad, encuentran una falsa aceptación que condena a una vida sin sentido. Afirmo que sin sentido pues la he vivido en carne propia.
Exijo el derecho a poder elegir la sanación de mis heridas. Exijo poder realizar un itinerario de maduración integral, que lejos de “curar la homosexualidad” busca madurar mi identidad como varón llamado a la complementariedad. También hacemos un llamado a la Iglesia Católica, a nuestros obispos, a nuestros sacerdotes, pues es necesario buscar en nuestra tradición la verdad escondida en “vasijas de barro”, es necesario apropiarnos de la verdad revelada por Cristo.
Finalmente agradezco a su excelencia Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, por su acompañamiento en oración y obras a nuestro itinerario. De igual manera expresó mi solidaridad en estos momentos tan difíciles que se viven en España a causa de la verdad, al Centro de Orientación Familiar (COF) y a nuestra querida orientadora B.V.
Mi testimonio, mi camino y mi integridad estarán al servicio de lo que fuera necesario
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Hola, me llamo Rafael, vivo en España y tengo 32 años, soy maestro y psicopedagogo. Desde los 25 años estoy realizando un itinerario de maduración integral de la persona.
Crecí con una sensibilidad muy aguda, todo me afectaba en exceso, era muy susceptible a las correcciones y toleraba poco la frustración. Era un chico alegre, risueño, me gustaba cantar, jugar a playmovil, hacer puzzles, jugar a “papás y mamás”, a juegos de mesa, a las cartas, a juegos predeportivos (donde era común jugar niños y niñas juntos). Dicha sensibilidad me ayudaba a descubrir el valor de la amabilidad y de la servicialidad. A medida que fui creciendo desarrollé un complejo de inferioridad tremendo respecto de mis compañeros y hermanos varones. Me veía torpe en los deportes, miedoso para arriesgar fuera de los juegos en los que yo me veía más seguro y con mucha necesidad de que otros me aprobasen. Intenté jugar en un equipo de balonmano, en uno de baloncesto y al tenis, pero el miedo escénico y la sensación de patoso me invadían y bloqueaban. Conseguí jugar al baloncesto cuando en el parque de mi barrio estaba con mis hermanos y otros niños amigos de toda mi familia, poniendo en juego mis aptitudes para el baloncesto, con ellos me sentía seguro, y era capaz de disfrutar jugando con niños y niñas. Crecí con un sentimiento de soledad grande a pesar de estar muy rodeado de gente. Por suerte, mi familia ha sido muy sociable y siempre hacíamos planes con otras familias donde yo me sentía más seguro que el patio del colegio.
Crecí percibiendo a mi padre como alguien que me quería pero a la vez le tenía miedo por sus prontos, sus exigencias y su modo de ejercer el poder cargado de autoritarismo. Mi madre era para mí el refugio en que yo me escondía de los gritos de mi padre.
Durante los años de instituto empecé a tener más amigos personales desvinculados al entorno familiar pero me sentía muy inseguro y me percibía como inferior. En mis padres no recibí el apoyo cuando dudé si continuar en el equipo de baloncesto o no. Yo pedí dejarlo y les pareció bien. Esto me confirmaba que no era digno de jugar con otros niños de mi edad y ponía el deporte en una categoría de privilegio para los más habilidosos, fruto de esta cultura que busca la eficiencia y el perfeccionismo, el poder como dominación y no como un servicio.
A los 16 años hablé con mis padres porque experimentaba mucha confusión respeto de mi identidad. Experimentaba una fuerte excitación frente al cuerpo y la seguridad de otros varones y no sentía atracción hacía las mujeres. Ellos me trasmitieron mucha tranquilidad. Experimenté un amor incondicional y un amor que me invitaba a trasformar el mundo, aquello por lo que yo me había sentido frustrado (mi falta de desarrollo en los deportes, mi aguda sensibilidad…) no debía hundirme en la autocompasión pero tampoco en la percepción de originalidad personal como un ser especial (sobreestimandome… “yo que soy tan bueno, que soy capaz de percibir y comprender las alegrías y sufrimientos de los demás”… como haciéndome y creyendome el importante…). Soy único e irrepetible pero llamado a ser presencia de Cristo viviendo una vida de Comunión y Solidaridad con mis Hermanos, es decir, mis dones y cualidades, son llamados a vivir con los demás y al servicio de los demás para crecer JUNTOS en el Amor.
Cómo os comentaba en las dos primeras líneas a los 25 años en pleno uso de mi libertad decidí comenzar un itinerario de maduración integral en el que soy acompañado para sanar mis heridas de desamor.
Comencé un camino de descendimiento a lo más profundo de mi ser. Comencé a poner nombre a mis deseos y frustraciones. Tenía y tengo un deseo profundo de entregarme a los demás… de hacer feliz a mi familia y a mis amigos, y sin embargo, mis complejos, mi baja tolerancia a la frustración y mi sensibilidad aguda (dramatizaba en exceso, sintiendo A TRAVÉS DE los demás y NO CON los demás) me impedían vivir así, en una amor de donación. Fui descubriendo que tenía enquistado mucho rencor hacía mis padres, a mis hermanos y a mis compañeros y amigos. El rencor pide venganza y aunque desease el bien para los demás de modo muy sutil y manipulador descubrí que llevaba en mi interior un “niño bueno” egocéntrico y tirano. Había crecido con un nivel de vergüenza tóxica que me presentaba mis limitaciones como algo de lo que huir y no como una cuestión a afrontar y enfrentar. Fui comprendiendo que nadie enseño a mis padres a serlo e hicieron más de lo que pudieron. Ellos como todos arrastran heridas desamor. Tanto mi madre como mi padre son dos personas con un deseo de amor (ENTREGA, DONACIÓN, RENUNCIA A APETENCIAS PROPIAS EL UNO POR EL OTRO, SACRIFICIOS MUTUOS PARA HACER EL BIEN AL OTRO…) mutuo muy grande y noble pero muy débil. Digo grande y noble porque sus intenciones han sido y son muy honestas deseando el bien de sus hijos, y débil porque educar a un hijo es cuestión complicada y al igual que sus virtudes y cualidades se trasmiten y contagian, también sus defectos se trasmiten viéndose frustrados muchas veces y cayendo en la mentira de cambiar esas intenciones nobles que tienen a priori por intenciones de dominación (autoritarismo y dependencia afectiva). Comprendí que las complicaciones de la vida, las dificultades económicas, el tiempo que nos querían dedicar y no podían, muchas veces por la cantidad de trabajo fuera y dentro de casa tantas veces hacían complicada la convivencia y frustraban su deseo de amarnos.
Gracias al acompañamiento entre otras personas de B.V, comencé a perdonar a mis padres, creciendo en confianza con ellos y agradecimiento por haberme regalado ese amor (noble pero débil) incondicional y con ganas de trasformar el mundo en un mundo mejor. Empecé a caminar con ellos compartiendo mis frustraciones sin exigencia y mis alegrías como un regalo a ofrecer a otros. A varios de mis hermanos les había tenido envidia, y pude hablar con ellos y comenzar a pedir perdón y a perdonar. Empecé a jugar al fútbol, al padel y al baloncesto con hermanos y amigos con la esperanza de vivir un deporte nuevo, un fútbol y un baloncesto nuevo, donde poder aportar mi capacidad estratega para lograr un fin bueno, juego cargado de compañerismo y fraternidad donde JUNTOS disfrutamos del juego en equipo. Podría empezar a nombrar a tantos y tantos psicólogos, psiquiatras, filósofos, teólogos, médicos, biólogos, pedagogos, antropólogos… y de tantas otras ciencias que sin hablar directamente de la PMS (proyección hacia personas del mismo sexo) exponen teorías acerca de las conductas del ser humano, y de los porqués existenciales, planteamientos vitales… y que, sin embargo, estando lejos de pretender dejar de experimentar PMS, al hacer vida esos planteamientos, la PMS se reduce y se puede acabar con las fantasías que reducía la sexualidad a lo genital, sensitivo corporalmente, excitación fisiológica, dejando de lado la dimensión psicológica y espiritual de la sexualidad. No hago cita de los nombres de dichos autores porque de momento se ha demostrado con las leyes LGTBI que no hay intención alguna de un diálogo abierto, respetuoso y CIENTÍFICO. Se quiere impone una ideología, pero por el momento se ha impuesto un modelo único de pensamiento totalitario que quiere impedir el derecho a la libre elección de madurar las heridas de desamor entre otras muchas represiones.
Quiero mostrar mi solidaridad con don Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares, con el COF de dicha diócesis y con B.V y pido a todos los obispos de la Iglesia católica que denuncien la tiranía de la Ideología de Género y la cultura gay y promuevan la formación-maduración integral de la persona y un acompañamiento a las personas con PMS que quieran madurar. También reto a los periodistas a no manipular la información que reciben de otros (ya sea recibida de forma licita o ilícita por parte de estos), provocando la DESINFORMACIÓN, haciendo calumnias y difamaciones. Prueba de esto es que nos encontramos en algunos periódicos, titulares que ponen frases que comienzan con fidelidad a quien las escribe y que terminan con palabras que no han sido escritas por dichas personas o instituciones a las que se les atribuye dicha frase. ¡Basta ya de mentir!
Con la esperanza de poder vivir en una cultura que promueva la VIDA, LA ALEGRÍA Y LA ESPERANZA, LA BONDAD LA VERDAD Y LA BELLEZA DEL AMOR HUMANO, me despido.
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Hola:
Quiero darles las gracias por el trabajo que realizan como periodistas. También he estudiado esta carrera y conozco el esfuerzo que se necesita para informar adecuadamente. Sin embargo, quiero manifestarles mi opinión con respecto a la información que han transmitido bajo el título: “El obispado de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para 'curar' la homosexualidad”. Hay muchos aspectos en los cuales no estoy de acuerdo sobre esto que han escrito, sin embargo, solo quiero compartirles mi experiencia personal sobre el tema que han abordado:
Cuando estaba pequeño solía ver a mi papá tratando mal a mi madre, o tratarme mal a mí. También lo veía en las cantinas o me contaban que frecuentaba el prostíbulo del pueblo. Eso me marcó bastante. Pero como yo necesitaba el amor de alguien, encontré a un hombre que me prestaba atención, sin embargo, terminó abusando sexualmente de mí durante varios años.
Mi infancia y adolescencia estuvieron sumergidas en la baja autoestima; en buscar a un chico que me dijera que yo era valioso. Idolatraba a los demás mientras creía que yo era lo peor que existía. En ese entonces la masturbación fue mi mayor huída.
Sobre los 18 años empecé a tener relaciones sexuales con otros chicos. Ninguna relación me satisfacía, siempre quería tener más y más. Empecé a entrar a chats gays, a tener más masturbación, a ver pornografía.
Gracias a Dios logré encontrar el Itinerario que me ha permitido madurar, sanar mis heridas, perdonar a mi padre y a quien abusó de mí. Esto lo he logrado fundamentalmente por el amor de Dios transmitido a través de personas que me han acompañado, me han guiado, me han mostrado que hay una esperanza en medio de la oscuridad producida por la ideología de género.
Doy gracias a Dios porque en mi país, Colombia, no se ha producido una represión tan grande contra los que pensamos distinto. Aquí aún existe la posibilidad de decidir si vivir o no bajo la mentira de la PMS (Proyección al Mismo Sexo). Vale la pena destacar que la decisión de madurar mi verdadera masculinidad la tomé bajo mi entera libertad; un día en que estaba desesperado por el sufrimiento que genera ir en contra de la naturaleza del propio ser, cansado de la adicción al sexo, de compararme con otros chicos y sentirme menos, encontré la respuesta que tanto anhelaba: es posible superar la PMS.
¿Cómo ha sido mi proceso de maduración? Básicamente un Itinerario integral, que me ha llevado a conocer las dimensiones y facultades de mi ser. Que me ha permitido descender a mi corazón, encontrarme con mi pasado, con el rencor a mi padre, con el abuso sexual, entre otras cosas, y luego poner eso en manos de Dios, a través de una espiritualidad profunda. Este trabajo no habría sido posible sin el acompañamiento de mis padres, así como de muchos chicos, chicas y profesionales que han estado conmigo en las buenas y en las malas, como verdaderos amigos, al ejemplo de Jesús.
Hoy en día la relación con mis padres ha mejorado inmensamente. A ambos les conté de mi PMS y me han sabido apoyar en mi proceso de maduración. La relación con mi papá que era nula ahora es muy cercana. Puedo confiar más en él, hablarle de cosas personales y compartirle incluso hasta mi experiencia de abuso que antes de este Itinerario habría sido imposible mencionarle.
Ahora espero poder donarme a otras personas; ayudar a quienes están viviendo en la mentira de la PMS. El egoísmo que me sumergía en mí mismo, en buscar chicos para que me dieran cariño, utilizarlos para tener sexo y arrojarlos al olvido; a la basura, se ha quedado en el pasado.
Personalmente me encuentro muy indignado al ver un artículo tan sesgado como el que han presentado para atacar a unas personas que solo buscan ayudar a los que quieren la ayuda. Seguramente nadie obligó a este periodista a buscar esa ayuda, solo lo hizo por intentar destruir un proyecto que da respuesta a quienes tenemos tanta sed de verdad. El obispado no está imponiendo nada como lo está haciendo la ideología de género con tantas leyes.
Les pido que se dejen interpelar por el Señor y no continúen los ataques a quienes libremente han decidido creer en Él.
Quiero manifestar mi apoyo al COF, a V. B. y al obispo de Alcalá, Mons. D. Juan Antonio. Espero que sepan encontrar la forma de seguir apoyando a jóvenes que como yo han sufrido demasiado. Los tendré muy presentes en mis oraciones. Es una pena que en España tengan que afrontar ataques tan graves. El Señor iluminará su camino para que puedan afrontar esta situación.
Por último, hago un llamado a todos los obispos del mundo y a la Iglesia en general para que se manifiesten al respecto, para que no permitan que sus apóstoles sean violentados de esta manera. Por favor, necesitamos que denuncien la TIRANÍA de la ideología de género y la cultura gay. Igualmente, es fundamental que promuevan una formación-maduración integral de la personalidad y un acompañamiento a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.
Atte. Un joven de Colombia, de 25 años, que fue sacado del infierno de la PMS.
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Buenos días señores de ElDiario.es
Por medio de la presente me comunico con ustedes para mostrar mi desacuerdo y mi inconformidad con respecto a la publicación que realizaron en su diario, con relación a el itinerario de maduración que ofrece el Obispado de Alcalá de Henares, a personas con PMS (proyección a personas del mismo sexo).
Yo personalmente soy un joven con PMS y no me considero una víctima más, puesto que yo voluntariamente decidí aceptar la ayuda que nos ofrece el Obispo de Alcalá y de la pagina www.esposiblelaesperanza.com y gracias a esta orientación que repito he aceptado voluntariamente, la cual marco un antes y un después, ya que mi vida cambio grandemente pues vivía en una mentira la cual me tenia al borde del suicidio Y al estar en un mundo de soledad incertidumbre inseguridad al no saber qué hacer y que sería de mi vida. Mis días eran horribles solo quería entrar en sueño profundo al sentir que era difícil ser simplemente yo. Fue un camino muy difícil, el cual no me siento feliz de haber recorrido, pues fue un camino de espinas. donde me negaba a aceptar la PMS (proyección hacia el mismo sexo) pues no puedo dejar que mis heridas y muchos de los factores que influyeron para que se generara marcaran un punto determinante en mi vida, puesto que es una inmadurez que solo me estaba matando lentamente, no puedo aceptar una vida cargada de sufrimiento y de angustias.
Por eso busqué ayuda y EPE me la brindó, encontrando una gran y maravillosa familia que me brindó un camino lleno de luz y verdad, pero lo más bonito de descubrir esto, es que sienta un corazón más liviano y con ánimos de conocer que más me trae este itinerario. También, el saber que tengo hermanos en los cuales apoyarme.
No puedo decir que este sea un camino fácil, y tampoco que sea corto pues es un camino largo y de grandes descubrimientos que te llevan a conocerte más a ti mismo y a salir en busca de tu verdadero yo. El salir en la búsqueda de conectar con nuestro propio cuerpo y transmitir sentimientos que nos negábamos a experimentar, llevados de la mano a Dios, encontrando hermanos que están por encima de la herida, el cultivar nuestra seguridad y aumentar nuestra autoestima, reparar y reconciliarnos con nosotros mismos, con los demás y lo más importante con Dios. Rompiendo cadenas que nos tienen amarrados a nuestros pasados reviviendo a cada instante dolorosos sucesos que marcaron de una u otra manera nuestras vidas, nos han enseñado a afrontar nuestros peores miedos, a enfrentar las consecuencias de estos y a gestionar las posibles soluciones para no quedarnos en el victimismo; como también a cultivar nuestra espiritualidad como la capacidad de auto transcender para ser capaz de hacer a la vida un lugar de apertura, acogida, encuentro con Dios y con los otros. El vivir en comunión para complementarnos con los demás de forma especial con la mujer, en orden a vivir un amor verdadero. En darnos con solidaridad, el valor de salir siempre al encuentro, a la defensa del másdébil, del mas necesitado, explotando y oprimido. Entre muchos valores más, los cuales han hecho lo que soy ahora, donde he dejado el chico oprimido para salir ala búsqueda de lo que me pertenece: MI MASCULINIDAD.
Desde hace 4 años me levanto tranquilo, simplemente a vivir mi vida y vivirla talcomo soy: un varón en busca de la verdad y sanación, no usando espejos de otras personas, sino que usando el mío, viviendo en comunidad con la familia EPE, viviendo cada día agradecido con Dios por haber traído la esperanza a mí ser. Al encontrar hermanos de camino que están ahí luchando junto a mí, unidos bajo una misma meta.
Por eso me niego a aceptar leyes que estén en contra de las terapias reparativas, puesto que es mi derecho de sanar mis heridas, las cuales se han manifestado en la PROYECCION HACIA EL MISMO SEXO (PMS), pues está mi maduración integral y mi vida por encima de las leyes que consideren los diferentes gobiernos y la ideología de género.
Quiero recalcar que es decisión propia, y no hay nadie de los que conozco que esténobligados a hacerlo, todos trabajamos por nuestra maduración y salir de las sendas de la mentira, las cuales están siendo impulsadas por la ideología de género. Y muestro mi total apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá y con B.V, pues gracias a ellos, muchos de los que vivían en esa mentira están viendo una la luz y una esperanza, donde nos han enseñado a vivir en comunión y solidaridad, donde son unos de los que han luchado por defender los derechos de los que no pueden pelear, puesto que nos están negando el derecho de decidir libremente sobre nuestras vidas.
Pido de ante mano a todos los miembros de la iglesia católica en especial a los obispos, que denuncien la opresión que está generando la ideología de género, que no se queden callados, que promuevan los itinerarios de maduración integral, y apoyen a aquellas personas que como yo tenemos PMS pero aun así seguimos en pie de lucha queriendo madurar y sanar.
E.C (miembro de EPE)
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Estimados de ElDiario.es
Por medio de la presente me comunico con vosotros acerca del reportaje publicado en su diario llamado “El obispo de Alcalá celebra cursos ilegales y clandestinos para curar la homosexualidad” y mostrar mi desacuerdo y protesta ante tal, debido a que se saca de contexto absolutamente todo el trabajo que se hace desde la diócesis y se tergiversan la información.
Yo soy una persona que tiene PMS (proyección hacia personas del mismo sexo) y gracias al acompañamiento que he recibido y sigo recibiendo de manera voluntaria me ha cambiado la vida. Lo que he encontrado con este programa es la maduración integral de mi persona, de mi sexualidad, no es una cura para la homosexualidad. Gracias al itinerario de maduración que he estado haciendo puedo asegurar que el proceso de sanación de las heridas causales de las proyecciones hacia personas del mismo sexo (mal llamada homosexualidad) permiten que estas proyecciones disminuyan y desaparezcan, ya que se trabaja todas las dimensiones y facultades de la persona (espiritual, psicológica, intelectual, corporal).
Este itinerario de maduración me salvó de en algún momento cometer suicidio y poco a poco empecé a quererme y aceptarme tal cual como soy, como un varón de pies a cabeza, no hay nada mas placentero de poder aceptarme como varón, porque eso es lo que soy, algo que no podía aceptar antes de empezar con el itinerario. El vivir la “homosexualidad” es un verdadero infierno, ya que conlleva adicciones, depresión, independientemente si la homosexualidad sea aceptada o no socialmente. Como lo dije anteriormente estoy haciendo el itinerario voluntariamente, no hay nadie de las personas que conozco que también lo están haciendo que lo realicen de forma obligada. Este trabajo representó una esperanza para mí, de saber la verdad sobre mis heridas y repararlas. Representa también el abrirme hacia el trabajo de comunión y solidaridad.
Ofrezco mi total apoyo a Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, porque nos ha enseñado a vivir en el amor y la verdad y ha sido alguien que ha dado la cara por defender a aquellos que en estos momentos no tienen voz para seguir un itinerario de maduración en el amor, que se ve atacado por todas partes y en donde se está negando mi derecho a la libertad de escoger el mejor proceso de maduración de mi elección, que como escribía más arriba, funciona. Ninguna ley puede impedir esto. Pido a todos los obispos de la Iglesia Católica que denuncien la tiranía de la Ideología de Género y de la cultura gay y promuevan una formación integral de la personalidad y un acompañamiento a las personas que como yo tenemos PMS que queremos sanar y madurar.
I. R. (miembro de EPE)
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Hola, soy Mike P.
Tengo 22 años de edad actualmente, hoy 02/04/2019. Soy de Ecuador, un país pequeño, pero muy lindo al cual me siento orgulloso de pertenecer.
Hace 3 años mi vida era un caos. Realmente no tenía un sentido de existencia. Me sentía vacío, triste, solo, era un chico que además de ser neurótico, vivía con traumas psicológicos que me impedían vivir en paz. Era un chico extremadamente tímido, callado, retraído y con miedos, con demasiados miedos. Me sentía deprimido todo el tiempo por las cosas que pasaban a mi alrededor. Como una huida adquirí una adicción a la pornografía y masturbación de una manera severa y esa era la única cosa que me mantenía en paz, como si eso fuera una especie de sedante que me hacía olvidar de todos mis problemas e inseguridades, al menos por un rato. Esta fue realmente una de las peores etapas de mi vida. El tiempo pasaba y la adicción a la pornografía se hacía más fuerte. No podía controlar cuantas veces al día o a la semana lo hacía. Realmente la pornografía puede ser tan adictiva como caer en otro tipo de adicciones con estupefacientes, porque el mecanismo biológico es similar: la liberación de hormonas como dopamina y serotonina que te hacen sentir placer y alejarte un poco de la realidad puede ser demasiado adictivo. Debo aclarar que toda la pornografía era de temática homosexual. Ha decir verdad, es muy curioso que me resultara particularmente atractivo videos pornográficos en los que un hombre maduro tuviera relaciones con chicos demasiado jóvenes. A veces deseaba ser yo ese chico joven que solía actuar en ese tipo de películas. Recuerdo que, en la secundaria, jamás tuve inclinación o atracción alguna hacia chicos de mi edad. Pero si lo sentía hacia hombres mucho mayores a mí. Mi adicción y mi comportamiento compulsivo estaba saliéndose de mis manos y ya empezaba a hacer cosas más fuertes. Empecé a adentrarme en una adicción a videos chats homosexuales y al cybersexo. Y realmente se había convertido en una adicción porque no podía detenerla. Estuve a punto de conducirme a un estado de adicción más fuerte y a hacer todo esto más real; entrar en una adicción a los encuentros sexuales. Hasta que un día no pude más con todo esto. No podía seguir viviendo de esta manera. Esto solo me causaba dolor y me hacía sentir miserable por no poder ser el dueño de mi propio cuerpo. Busqué ayuda en internet, incrédulo de poder encontrar algo, incrédulo de que alguien pudiera comprender lo que yo estaba sintiendo y viviendo.
Hasta que encontré la página: “esposiblelaesperanza.com”. El día en que la encontré me puse muy feliz. NO recuerdo haberme sentido tan feliz y con tanta esperanza en toda mi vida luego de saber que ellos realmente podrían ayudarme. Desde que el primer momento en el que entré y hasta el día de hoy, el sentimiento de hermandad, amor y acogida, comunión y solidaridad se siente en el ambiente y eso es muy contagioso. Me devolvieron la esperanza, me hicieron sentir que la vida valía la pena. Es necesario recalcar que, yo ingresé a la página por mi PROPIA VOLUNTAD. Necesitaba de la página y sé que la sigo necesitando hasta el día de hoy porque gracias ella, mi vida se dividió en un antes y un después. También tengo que recalcar que su propósito principal no era una conversión homosexual en sí, sino una maduración integral de la persona, en la que pueda sanar muchas heridas, superar traumas y devolverle a la persona su sentido de humanidad para con los demás. Yo soy y he sido alguien ateo y ellos, a pesar de ser una institución católica respetaron eso y nunca me obligaron o forzaron a practicar la religión o algo de lo que yo no estuviera de acuerdo.
He madurado mucho en estos 3 años que he aprendido en este itinerario, y mis propios amigos y familia son testigos de ello. Me he vuelto una persona muy madura en muchos de mis aspectos. He dejado atrás miedos e inseguridades sobre mi persona. Me he aprendido a valorar enteramente y por lo que soy. Aunque por estos 3 años que han pasado, han surgido ya sentimientos de proyección hacia chicos de mi propia edad, me di cuenta que había algo en mí que me hacía envidiar a los otros. Quería ser como ellos, los elevaba en un pedestal y por, sobre todo, pensar en siquiera sentirme igual a ellos me parecía un chiste. Ahora es distinto, ahora tengo más confianza me mí mismo de la que tuve antes. Ahora miro a otros chicos y ese sentimiento de envidia me parece ridículo e inmaduro. Ahora me he vuelto más humano y menos egoísta. He aprendido a compartir y donarme a los demás y he encontrado felicidad al hacerlo. Antes era un chico realmente solitario, con muchos problemas sociales, especialmente por mi neurosis. Ahora he aprendido a entender a los demás y aceptarlos tal como son. He aprendido que soy más feliz cuando alguien más es feliz. Para mí el itinerario de es posible la esperanza ha sido realmente una de las mejores cosas que me han pasado en la vida y gracias a esta ahora soy lo que soy. Ya he vencido en mucho a estas adicciones de pornografía que en un pasado me tenían esclavizado y no me permitían vivir.
Es por todo esto que quiero denunciar a todas aquellas personas que están atacando al obispado de Alcalá de Henares y a las personas que han ofrecido ayuda desinteresada a las personas que, como yo, voluntariamente han decidido seguir el itinerario de maduración integral. Testimonios como este y el de muchos otros chicos que conozco me hacen rectificar que no existen señales o pruebas que deriven en problemas de ansiedad, depresión o suicidio por el estudio del itinerario. Todo lo contrario, el itinerario ha sido una fuerte herramienta que nos ha permitido evitar que ese tipo de situaciones invadan nuestra vida, viendo la vida desde una perspectiva real y no subjetiva.
También exijo el derecho a elegir la sanación de heridas adquiridas en nuestro pasado, sin que existan acusaciones o imposiciones de ideologías que nosotros no queremos aceptar y estamos en todo nuestro derecho de no hacerlo. Porque como también se respeta el derecho de la libertad de pensamiento y elección, este derecho no puede serle quitado a personas que por su propia voluntad quieren realizar el itinerario de Maduración Integral con el objetivo de convertirse en personas más solidarias y con un sentido de realización.
Por último, quiero pedir a todos los obispos de la iglesia católica una denuncia contra la tiranía, opresión, injusticia o imposición de la ideología de género y cultura gay a personas que no están conforme con vivir una vida de este estilo, y que se promueva la formación Integral de la personalidad y un acompañamiento a estas personas que quieren sanar y madurar.
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Habiendo tomado conocimiento de lo acontecido el martes 2 de abril del corriente año sobre los “cursos ilegales y clandestinos para curar la homosexualidad” contra el obispado de Alcalá, quiero expresar lo que a mi experiencia respecta.
Soy madre de un joven que estaba confundido con su identidad sexual. Acudió por su propia voluntad a la ayuda que ofrece esta página “es posible la esperanza”, porque quería tener la oportunidad de poder decidir no ser homosexual. Con el tiempo y con la ayuda de estas personas de bien, se volvió un joven más alegre, decidido, valiente y con proyectos de vida.
No entiendo porqué una persona no puede tener DERECHO a elegir el camino o la orientación sexual que quiere para su vida. Espero no sólo que tomen conciencia de lo que están haciendo, condenando a las personas que piensan diferente, sino que además comprendan lo importante que es promocionar este tipo de acompañamientos para quienes de esta forma buscan su LIBERTAD EN EL AMOR HUMANO.
Para terminar, les pido que no discriminen ni se vuelvan fóbicos hacia quienes pensamos diferente.
Desde Argentina, les envío mis saludos cordiales.
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Hola, soy un joven de Ecuador, tengo 16 años.
El motivo de mi respuesta es para dar a conocer mi punto de vista y mi experiencia de vida ante todo lo que esta ocurriendo en este momento allí en España.
Para comenzar, diré que al igual que muchos chicos de todo el mundo tengo PMS, la cual significa Proyección al Mismo Sexo -decimos proyección porque no existe atracción entre ambos polos, si no entre opuestos, polo positivo y negativo se atraen mientras que positivo y positivo se repelen al igual que negativo y negativo.
Quiero ser lo más sincero en todo lo que voy a explicar a continuación; en primer lugar no estoy aquí para fomentar ningún tipo de odio ni fobia hacía cualquier ser, más bien quiero dar mi opinión respecto a mi experiencia y espero que, al igual que como todos deseamos, puedan escucharme y tomarme en cuenta. Como ya dije antes vivo en Ecuador que es un país tercermundista y en el que rige el machismo, totalitarismo y control de masas por medio de tabúes y el miedo, vengo de una familia que desde generaciones atrás a sido disfuncional como muchas otras, mi hogar consta de un padre narsicista y territorial, una madre sumisa y con carencia de poder demostrar afecto constante, de ellos dos quedamos 3 hijos, dos niñas y yo, yo soy el último, el único varón y por consiguiente al que más atención le pusieron, mis padres desde lo que supieron hacer como progenitores nos criaron en un hogar con comodidades, pero con poco afecto.
Mi padre pasó lejos de mi en toda mi niñez lo que significó que yo estuve al cuidado de mi madre y hermanas, no tuve un modelo paterno al cuál seguir porque muchas veces fue la causa de grandes decepciones las cuales crearon heridas en mi ser, todas estas heridas como son el abandono, rechazo, no filiación ni reconocimiento de mi propia valía causaron en mi un cúmulo de reacciones que se desencadenaron poco a poco, primero se manifestó con fantasias sexuales con imágenes eróticas, luego ese sentimiento creció hasta que a mis 7 y 9 años tuve un encuentro sexual con otro niño que conocía, fue sexo oral y por pura curiosidad, a los 9 años había experimentado algo que debí hacerlo cuando este en mi madures sexual, pero si miramos el trasfondo de todo esto algo sucedía en mi interior, y fue tan fuerte que desencadenó en mí sentimientos que no quería sentir porque no me gustaba, más que por rechazo simplemente yo mismo no lo quería aceptar, el tiempo pasó hasta que a los 12 comencé con la masturbación y pornografía, fue aquí cuando todo se tornó más fuerte, comencé a chatear con desconocidos que se entendían a si mismos como gays o homosexuales y desde este momento fue que intente aceptarme, pensar que lo que sentía esta bien para mi nivel moral y que algún momento podría sobrellevarlo y ser feliz, todo esto me lo pintaron muy bonito aquellos hombres mayores de 18 años con los que conversé.
Al cumplir los 13 todo dio un cambio de 365°, mi familia descubrió que tenía sentimientos eróticos por personas de mi mismo sexo y con la ayuda de mi padre conocí lo que es la educación en el amor, claro que al principio estuve demasiado escéptico de todo este trabajo que me mostraron pero dicidí seguirlo y ver lo que sucedía, al fin y al cabo tenía 13 y una vida por delante así que podría intentarlo.
Ahora que tengo 16 ha habido en mi un esclarecimiento muy amplio de mi mismo, de quien soy y de lo que estoy dispuesto a demostrar de mi ser, he conocido muchas cosas, ha habido muchas respuestas a miles de preguntas que tenía, no solo con relación a la PMS si no también a como vivir la vida de la mejor manera posible, una vida que desde la solidaridad y la donación pueda permitirme crecer y acompañar a los demás que necesiten de mi ayuda y de mi experiencia. Todo esto que digo me ha permitido madurar como un joven que puede ver más allá de las cosas superficiales e indagar en las cosas que no podemos ver.
Para poder escribir toda esta carta he estudiado y aprendido mucho de lo que es vivir y cuales son los problemas que se nos pueden venir encima, con respecto a la PMS he investigado mucho y no solo con internet o libros, si no que he salido junto con mi padre -que se interesó mucho por ayudarme a madurar mi verdadera masculinidad a hablar con personas de la comunidad LGTBIQ+ y a recopilar muchos testimonios, desde todo este experimento que hice con mi padre pudimos ver que, al igual que otros tipos de vida, también existen problemas y muchas personas me han dicho que la vida de la gente con PMS es una mala vida, que todo lo que te dicen al principio es muy llamativo pero que en realidad es un mundo en el que el principal motor es el uso del otro como objeto sexual siendo disfrazado de amor, que existen muchas consecuencias, pero como ellos decidieron ese camino ahora tienen que enfrentarlo.
Sé que no he vivido mucho, pero lo que yo ahora pido es que seamos una sociedad que no se rija por lo que dice cada uno ni lo que cada uno busca para su beneficio propio y absoluto, si no, que veamos las cosas desde un panorama en el que todos podamos desarrollarnos libremente y con nuestra forma de querer vivir nuestro camino pero siempre con respeto y tolerancia por parte de todos, tanto creyentes, como no creyentes, tanto seres con cromosoma xy y seres cromosoma xx. Quiero que todos podamos elegir que queremos para nuestra vida y que sea cual sea la decisión de cada uno tener las herramientas necesarias para llevar nuestro proyecto de vida a cabo.
Desde Ecuador para todos a los que llegue mi mensaje.
Un joven que quiere madurar.
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A los señores periodistas de la publicación eldiario.es:
Soy un hombre cuyo hermano, al que denominaré “X” para evitar represalias de los colectivos totalitarios que actualmente nos quieren imponer su ideario, ha experimentado el infierno existencial en el que te sume la P.M.S. y quiero contar mi experiencia al respecto.
Somos una familia numerosa integrada por 12 hermanos, siendo X el cuarto hijo de la misma. Desde pequeño, X tenía una sensibilidad digamos que “especial”; le gustaban mucho los juguetes coloridos y multiformes, sentarse a escuchar historias de terror y buscar el cariño de las personas más cercanas, algo que las féminas de mi familia sabían dar más y mejor que nosotros, hombres analfabetos afectivamente hablando.
Mi padre, un pequeño empresario que trabajaba de sol a sol, no pasa mucho tiempo en casa. Podemos decir que era, y no por voluntad propia, un “padre ausente”. Su ausencia prolongada tuvo consecuencias negativas en nuestro desarrollo y maduración personal.
Mi madre, heroína donde las haya, trabajaba en el hogar incansablemente, no pudiendo dar a sus hijos el cariño maternal que todo hijo necesita para su normal desarrollo afectivo, ya que entre coladas, ollas y biberones las horas del día resultaban muy insuficientes.
En este contexto creció X.
Pronto X comenzó a buscar fuera de la familia el cariño no recibido en el seno de la misma. Y lo encontró en un joven que, como X, anhelaba amar y ser amado de verdad. Comenzaron una relación atravesada por un romanticismo insulso, descafeinado y altamente pasional. Creían vivir una vida bucólica. Nada más lejos de la realidad. La “sed” de amor verdadero, de amor genuino se manifestaba incesantemente. X necesitaba el amor de padre y madre que nunca tuvo para poder llegar a una maduración integral efectiva. Ese amor no es reemplazable.
He visto sufrir muchísimo a X, buscando incesantemente paliar el anhelo de su corazón con falsos amores que no hacían más que ahondar en la profunda herida que desangraba su ser. Intentos de suicidio, drogadicción, doble vida...no eran más que síntomas de una herida que manaba a chorros.
Un día, en medio del sufrimiento descrito, X conoce a través de un amigo de otro amigo (ya sabemos cómo son estas cosas) a un sacerdote que le tiende una mano amiga y le propone la realización de un programa de maduración integral cuyo fin último es la sanación de aquellas heridas causantes de tanto dolor en el hombre. X descubre en este itinerario de vida que la P.M.S. no es más que una manifestación de una profunda herida cuyo origen fundamental es la imperiosa necesidad de amar y ser amados que todo hombre lleva inscrita en su ser. Así, la vida de X cambia, no sin lucha y, desde luego, desde la más absoluta libertad. La decisión de realizar un programa de maduración integral fue en todo momentos libre por parte de X. No hubo presión familiar ni exigencias. Fue su profundo dolor y su desesperanza lo que llevó a X a comenzar dicha singladura de la mano de una serie de personas que han dado y dan su vida por esta verdad.
Actualmente X es un hombre maduro que conoce las heridas y los interrogantes de su historia. Su vida ha cambiado gracias a la acción de Dios que se sirve del acompañamiento en la maduración para hacer hombres libres de verdad.
Les ruego, señores de eldiario.es, que le den una oportunidad a la verdad. Es mentira que la mal llamada homosexualidad sea una seña de identidad. Es un engaño, una falacia, una manifestación de algo subyacente que grita por ser sanado.
Dar todo mi apoyo a Mons. Don Juan Antonio, obispo de Alcalá, al COF y a B.V.
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Acabo de leer una nota acerca de que un obispado ofrece terapias para curar la homosexualidad. No me parece correcta la manera en la que está escrita, acusando de homofóbicos a quienes intenten curarla.
La homosexualidad no es normal y si alguien ya sean religiosos o no ofrece terapias para curarla bienvenido sea, está en la elección de cada uno ir. Nada tiene que ver con la homofobia, al contrario, los estamos ayudando, no los estamos insultando, ni ejerciendo violencia física ni discrimimando. Pensar que algo no es normal no es criterio para diagnosticar una fobia y la terapia no se impone, asiste quien lo desee como con cualquier otra desviación. Hay casos de personas que se han reconvertido, por qué no intentarlo? La manera en la que está escrita la nota pareciera que quisiera penalizar al obispado porque quieren hacernos creer que es algo normal. Y más al final de la nota que dice “si has sido víctima de una de estas terapias”. Victima? Una persona que asiste porque quiere? Víctima de la homosexualidad en todo caso.
Sé que quien escribió la nota no determina si es legal o no en Madrid ( no depende de nosotros cambiar la ley) pero no todo lo que dice la ley es correcto no? (Cárcel provisional para asesinos, legalización de la pedofilia, etc).
No apoyemos este tipo de cosas, “aseguran sus tesis homofobas”?? Por favor, solo quiere ayudar.
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Comienzo esta carta indicando que ojalá testimonios como el que pretendo expresar acá, pudieran también encontrar un espacio de publicación en diarios como este (o muchos otros) donde muchas veces (sino todas) la orientación de los contenidos y noticias, o lo que llamarían la “línea editorial” termina siendo sesgada y orientada a solo mostrar una parte de la historia, dando énfasis a solo una perspectiva que limita el abordaje de temas de alta relevancia e impacto en nuestra sociedad, siendo esto dirigido por un conjunto de personas encargados no solo de “transmitir la noticia”, sino en muchos casos imponernos puntos de vista, como si todos debiésemos aceptar silenciosamente y sin reclamo los llamados fenómenos o cambios de nuestra sociedad moderna
Dicho lo anterior, comienzo por decir que AFORTUNADAMENTE me encuentro inmerso en este proceso de maduración, que mas allá de trabajar la PMS (proyección hacia el mismo sexo) en realidad lo que se busca es el desarrollo integral de la persona, contemplando para ello un trabajo duro de madurez de nuestra psicología, espiritualidad, corporalidad y el manejo apropiado de nuestras emociones y sentimientos, entre muchos otros elementos (voluntad, comunión, solidaridad, humildad, etc)
Fanatismo religioso ostentan decir algunos al leer lo anterior.... intolerancia, discriminación, “homofobia” son algunos de los términos que por allí se mencionan
Y no es acaso intolerante y discriminatorio prohibirle a alguien recibir ayuda, teniendo esa persona un profundo deseo de cambio y una profunda convicción de trabajar su PMS y su maduración personal? o es que acaso la intolerancia únicamente cobra significado en una dirección? ( esa que impone mi línea editorial )
Existen personas que NO aceptan ni aceptaran nunca (me incluyo) la “homosexualidad” como estilo de vida, y no se trata de una imposición de la iglesia, ni de un dogma religioso o moral que pudiera llevarme a tener esta determinación, porque muchos hemos vivido largos años inmersos en ese mundo, particularmente tuve “relaciones de pareja” muy largas (7 años... 9 años) con personas de mí mismo sexo, desde los 18 años hasta mis 35 estuve metido de cabeza en un mundo al cual definitivamente no pertenencia, y no fue porque alguien me vino a contar o a convencer de que ese ambiente era muy malo o de que iría al infierno si seguía por allí, YO LO VIVÍ EN CARNE PROPIA durante muchos años, y por ende no puedo defender lo indefendible, queriendo hacer ver que es un paraíso el estilo de vida gay, y mucho menos puedo pretender hacer ver al resto de las personas, y mucho menos convencer a todo el que se me atraviese, de que sin duda alguna, la solución es aceptarse, porque solo así encontrara felicidad y plenitud en su vida. La respuesta para mí y para muchos de los que VOLUNTARIAMENTE nos encontramos en este camino es decir: NO!! ... no queremos este tipo de vida, personalmente NO encontré ningún motivador, ningún elemento de valor que me incentivara a continuar por ese rumbo y tengo EL DERECHO A DECIR NO !! y TENGO EL DERECHO a RECIBIR AYUDA SI LO CONSIDERO APROPIADO Y PERTINENTE
La persona que estaba allí sentada frente a la psicóloga que hoy se ataca, entiendo que no tenía ningún deseo de cambio profundo ni de maduración personal, por lo que se transmite su intención fue la “búsqueda de la noticia”, para entonces publicar ideas generalizadas que debemos aceptar sin reclamo, porque DEBEMOS TENER TOLERANCIA ante las personas que desean vivir un estilo de vida gay. TOLERANCIA ... que buen concepto este, sobre todo si lo sabemos aplicar SIEMPRE
Si usted vive una vida gay y considera que se la está pasando muy bien allí , reforzando cada día que pasa sus valores personales y hasta familiares, madurando cada día más, y cada vez siendo más responsable consigo mismo, trabajando su voluntad, su autoestima, su espiritualidad, etc… si ese ambiente le aporta todo esto (o si su lista imaginaria de beneficios es aún más larga)... pues adelante continúe por allí (NADIE SE LO ESTA NEGANDO).
Ahora bien, si en algún momento usted se da cuenta, de que el estilo de vida gay no es lo que usted desea, sepa usted que existe un camino diferente, que no es fácil y que requiere mucho esfuerzo, PERO QUE EXISTE y nos llena de muchísima esperanza a todos a los que allí pertenecemos, que se sepa que hay personas que estamos dispuestas ayudar a todo aquel que lo desee, cada uno desde sus talentos y sin necesariamente recibir nada a cambio (SOLIDARIDAD), que se sepa que existen personas (psicólogos, educadores, diseñadores, ingenieros, informáticos, músicos, sacerdotes, religiosos y muchos más) que procuramos reunirnos en cada rincón de este mundo para apoyar esta causa, para ayudarnos, y para demostrarnos de que ES POSIBLE EL CAMBIO y es posible la MADURACIÓN INTEGRAL, lo único que pedimos es RESPETO A NUESTRAS CONVICCIONES y exigimos el derecho de poder desarrollar nuestra vidas apropiadamente de acuerdo a nuestra determinada determinación de cambio, y esto pasa por tener el derecho de recibir ayuda sin necesidad de escondernos, o de temer a la aplicación de alguna ley, si vamos hablar de tolerancia apliquémosla en todos los sentidos, y no solo en la visión que queremos imponer a través de un estilo editorial o idea personal
Soy Venezolano con 36 años al día de hoy, buena parte de mi vida la hice en Venezuela, viví en EEUU por casi tres años y ahora me encuentro en Colombia, llevo conociendo esta comunidad desde que tenía 18 años, y durante mi etapa más joven nunca acepte que se me prohibiese vivir esa vida gay que tanto anhelaba. DECIDÍ VIVIRLA, y la viví de la forma más intensa posible (ha sido uno de los errores más grandes de mi vida), hasta mis 35 años pude ser testigo de todo lo que allí se puede vivir y de todo lo que allí podemos encontrar, nada me convenció y lo que agradezco a DIOS es el haber tenido siempre presente de que existía otra opción, un camino que no decidí tomar durante mucho tiempo (soberbia), pero que ya desde hace un año y hasta ahora lo he trabajo, lo continuo y continuare trabajando. Puedo decir al día de hoy, que a pesar de lo fuerte, de lo duro y doloroso que pueda ser el camino, definitivamente es un recorrido sanador y lleno de mucha esperanza, y así como en algún momento a mis 18 años me negaba aceptar que alguien me prohibiese vivir una vida gay, contrastantemente hoy a mis 36 años, después de haber validado con mi propia experiencia que prácticamente nada de lo que hay en ese entorno vale la pena, pues basado en esto, hoy a mis 36 años puedo decir que NO ACEPTO QUE NADIE ME PROHÍBA RECIBIR ESTA AYUDA QUE TANTO BIEN ME HACE, tampoco acepto que se me limite a no poder vivir un proceso de cambio y de maduración que HE DECIDIDO VIVIR, porque es aquello que ha logrado dar sentido y valor a mi vida, y para lo cual NO encuentro justo que deba buscar o encontrar el apoyo desde la clandestinidad... a escondidas como si estuviera cometiendo algún crimen quien decidiese ayudarme
Ya para culminar solo me queda dar las gracias al esfuerzo de Mons. D. Juan Antonio Reig Pla (Obispo de Alcalá), a todos los sacerdotes, religiosos y profesionales de las distintas áreas y saberes que ponen su granito de arena para ayudar a tantas personas (entre las cuales me incluyo) . Gracias por mostrarnos que en medio de tanta oscuridad todavía hay un reflejo de luz que nos da esperanza para continuar el camino, y para mantener la aspiración de ayudar a muchos más, tanto en el presente que hoy nos ocupa, como en el futuro que está por venir... pues estoy complematamente seguro que: LO MEJOR ESTA POR VENIR
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A la atención de la dirección de Eldiario.es
Me dirijo a ustedes en relación a la recién publicada noticia en su diario referente a los cursos ilegales de curación de la homosexualidad en el obispado de Alcalá de Henares.
Lamento haber leído la crónica periodística de alguien que escribe con el ánimo de hacer daño a personas que actúan con bondad hacia aquellos que libremente reclaman una ayuda para las heridas emocionales que marcan su vida.
Tengo 30 años. Escribo estas líneas desde la experiencia de haber vivido el infierno de la mentira gay y de haber sentido también el amor de personas desinteresadas que desde la Iglesia me han hablado de una nueva forma de vivir, que me ha permitido conocerme mejor a mi mismo y por ello dirigir con equilibrio mi vida.
Crecí en el seno de una familia que siempre me ha querido, mis padres me educaron conforme a buenos valores aunque desde bien pequeño he sido un chico muy sensible que no se ha tomado muy bien las observaciones de los demás. Este ensimismamiento me llevó más tarde en la adolescencia a sufrir el rechazo de mis compañeros de colegio. No me gustaba mi forma de expresarme o simplemente de estar. Me encerré en un muro para protegerme de lo que me pudieran decir, siendo el niño de la ventana que ve como los demás jugaban al fútbol mientras anhelaba ser como ellos. Sufrí también un acoso sexual por parte de un familiar que marcó posteriormente mi sexualidad de forma drástica. A partir de este hecho cambió mi forma de ver a la figura masculina. Sentí una proyección hacia los hombres que la arrastré con amargura durante toda mi juventud. Quería ser aquello que nunca pude ser, ser el hombre seguro de sí que decide por dónde ir, el fuerte que puede hacerse valer, el deportista que es reconocido por sus compañeros... Empecé a envidiar de los demás chicos las cualidades que yo no tenía. Tanto me fijé en ello, que no encontré atractivo en el mundo femenino. Eroticé la atracción hacia esos chicos y me proyecté sobre ellos. No pude dejar de fijarme... No me sentí nunca orgulloso de eso ni busqué refugio en el ambiente gay, porque no me sentía parte de él...
Mucho más tarde, después de haber intentado tener una relación con una chica que resultó en fracaso por mi falta de atracción, pasé como he dicho por una época de desierto, amargura, depresiva... en la que dejaba pasar el tiempo sin otro objetivo que el de quedarme quieto y no mover ficha a mi alrededor... Hasta que llegó el momento y el lugar en el que me vi envuelto por la tentación de probar la vida gay de la que nunca me había sentido parte. Fue una época en la que perdí todo respeto hacia la persona, considerandola como un medio para alcanzar mi propio placer y un medio para satisfacer mis apetencias. Fue una caída al vacío del sinsentido. Fue una época en la que corté todos los lazos que me unían hacia mis seres queridos, mi familia, mis amigos...
Y en este momento, en este periodo de bajeza... Me encontré con aquellas personas a las que su artículo ha menospreciado. Me encontré con personas que sabían por lo que yo habia pasado, que me entendían en mi sufrimiento y que desinteresadamente me ofrecieron su apoyo si yo lo aceptaba.
Libremente y a titulo personal, empecé un camino en el que actualmente me encuentro. Un camino dentro de la Iglesia Católica del que forma parte el obispado de Alcalá y que como digo, he decidido en mi libertad formar parte. En este camino se me ha cuidado y se me han vuelto a hacer conscientes aquellos valores en los que fui educado y perdí por las circunstancias de mi vida. He podido experimentar volver a ver al prójimo como la persona que es con la dignidad que ello implica y he podido acercarme a mis seres queridos de una forma nueva y más intensa, reconstruyendo los lazos que había roto la mentira y pudiendo ser libre.
Estamos hechos para amar y ser amados. Para poder hacer lo primero necesito previamente sentir lo segundo... Y es precisamente esto lo que me está enseñando la Iglesia en este camino. Les pido que actúen con la misma responsabilidad y respeto con el que fue tratado el periodista que acudió a hablar al obispado de Alcalá. Vivan y dejen vivir.
Reciban un cordial saludo,
un joven.
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Buenas noches, escribo estas líneas para contar mi testimonio respecto al acompañamiento en la sanación de heridas. En mi caso, solicité ayuda al COF por PMS (Proyección hacia el Mismo Sexo). Tengo que matizar que hablo de PMS porque considero que no hay innato en mí homosexualidad, sino que es una proyección en otros varones de las características masculinas que creo tener déficit y que quiero poseer.
A modo resumen soy el único varón dentro de una fratría de muchas hermanas. Cuando yo era muy pequeño perdí a mi padre. Conociendo estos dos detalles de mi vida ya se podía saber en qué iba a desembocar mi vida: tener PMS.
Es cierto, que a parte de estos aspectos, ha habido otros muchos de gran influencia, pero me gusta ver reflejado en mi vida lo obvio que es que la PMS no se nace sino se hace. Antes de que se formara en mí la PMS, me consta a ciencia cierta que mucha gente de mí alrededor se lo imaginaba por estos dos detalles. Incluso cuando la gente conoce estas dos características de mi vida lo primero que hacen es preguntarme si no he desarrollado PMS con esa situación (aunque luego sean ultradefensores de que la PMS se nace y que no es dependiente de factores externos por lo que se desarrolle; pero previamente me lo cuestionan, porque en el fondo la gente sabe que la PMS es fruto de heridas).
El factor principal es que de pequeño perdí la figura de referencia masculina de mi vida: mi padre. Me hallé rodeado de una familia donde predomina en todo momento el sexo femenino y donde las figuras masculinas en las que me podía haber identificado no estaban presentes. La figura paterna es la que me debía enseñar cómo vivir la masculinidad innata que llevo dentro (es decir, sentirme varón), pero yo carecí de este apoyo, sobrepasándome las situaciones en las que debía relacionarme como varón. Me sabía varón, pero me sentía inferior a todos ellos, tenía mucho complejo de inferioridad respecto al resto de varones, a mis compañeros, amigos, tíos, estar en una intimidad con ellos me superaba. A parte de estos aspectos, fue necesario que se dieran otras circunstancias para fomentar esta PMS, como fueron: poseer una gran sensibilidad, no en exceso, pero si lo suficiente para reflexionar sobre mi vida y que las cosas me afectarán más. No digo que la sensibilidad sea mala, al revés, es un don si la orientas bien, pero en mi caso la orienté para victimizar sintiéndome inferior a todos los demás varones; entorno escolar y urbano con pocos niños varones de mi edad; que me pusieran en la clase de los repetidores y yo fuera de los pocos alumnos varones no repetidores, etc.
Todo esto me alejaba del mundo varonil, me hacía querer entrar en él, por el sentimiento innato de pertenecer a mis semejantes, pero estas situaciones eran barreras que me alejaban. No logré relacionarme de manera sana con mi grupo de pares de chicos, no logré figuras de referencia, no logré sentirme identificado como varón. Lo que si logré es sentirme diferente, sentirme aislado y con deseos de pertenecer a ese mundo del cual era totalmente ausente. El mundo masculino era completamente desconocido, tenía un complejo de inferioridad respecto a los varones que me bloqueaba.
Por otro lado las referencias que tenía eran mis hermanas que eran mi modelo a imitar, con el que aprendí a relacionarme. A su vez, se suma que mis hermanas tienen sus heridas afectivas de gran profundidad, las cuales no me corresponde a mí hablar de ellas, pero si puedo añadir que yo sufría muchísimo por sus heridas, pues tuvieron adolescencias duras. Esto me ha producido un rechazo hacia las mujeres, ya que mi experiencia de niño era que una mujer no me podía hacer feliz. Veía que la convivencia había sido horrible y por lo tanto había rechazado vivir con cualquier mujer. Recuerdo que de niño me atraían las mujeres, pero que a medida que las heridas de mis hermanas afloraban yo iba teniendo aversión a las mujeres y rechazándolas.
Todo ello produjo un rechazo hacia las mujeres (pues me habían hecho sufrir) y una necesidad de pertenecer al mundo de los varones (por sentir ese mundo ausente y desconocido). El resultado de esta suma tan desastrosa fue la PMS.
Lo que buscaba era pertenecer al mundo varonil, a mí mundo, buscaba el anhelo de una figura masculina que pusiera un poco de orden a mi vida, debido a que la convivencia con mujeres me consumía y siempre achaqué que era la falta de mi padre lo que nos producía ese malestar. La falta de un varón. Sentía que estar cerca de un varón era la forma de salir de ese tormento. Y como no lo conseguía porque no había varones en mi hogar el anhelo se convirtió en erotización. Cuando erotizas te conviertes en alguien. De esta manera era alguien, pues inunda la idea de que si consiguiera que se fijaran en mí sería alguien y podría tapar ese vacío existencial.
Lo más irónico de todo este rollo que estoy contando es que lo menos importante de mi vida es la PMS, a pesar de que es un gran sufrimiento que he cargado durante mucho tiempo. Me explico: el problema es que he desarrollado una herida psicoafectiva, fruto de no sentirte amado. Toda esta ausencia del mundo varonil, todo este sufrimiento en mi casa a causa de mis hermanas, todo el complejo de inferioridad como varón, y otras muchas cosas más, han causado que yo me sintiese inferior y lleno de complejos. Acabé ensimismándome y ocultándome en un rostro de niño bueno buscando el cariño, pero en el fondo era incapaz de Amar.
Con lo que al no sentirme amado ni poder amar, solo he saboreado la amargura. No alcanzaba la felicidad a pesar de cumplir metas u objetivos que me planteaba.
Gracias a este acompañamiento de la sanación de las heridas descubrí toda esta herida que llevaba dentro, que tanto daño me ha hecho y que nunca he sabido identificar. He aprendido de qué se compone una persona, su antropología, y claro está, al descubrir esto descubres que el origen es que somos creados por Dios para el Amor. Este acompañamiento poco a poco me delataba en cuáles son las facultades que me faltan para Amar. Las principales era darme cuenta de las heridas psicoafectivas que tengo tan profundas, e intentar sanarlas para poder Amar. El primero, perdonarme a mí mismo, a mis hermanas y a todos aquellos que han podido hacerme daño. Veo como mi vida ha cambiado, como he podido Amar al otro. Me he sentido amado, y como las personas por las que no me he sentido amado es porque tienen sus heridas psicoafectivas que les impiden Amar. He visto que mis hermanas me aman, aunque a veces les cueste demostrarlo. Y cuando comprendo todo esto, mi PMS disminuye, pues desaparece la necesidad de proyectarme en otros varones. Este acompañamiento va impulsado a favorecer una MADURACIÓN INTEGRAL, que me ha ayudado a poder vivir en SOLIDARIDAD y COMUNIÓN.
He podido madurar mi masculinidad, (entendiendo masculinidad como “la forma en la que se relaciona un varón en todas sus dimensiones”, no como el prototipo de virilidad). Hoy puedo hablar con un varón sin acomplejarme, y esto produce que no quiera dominarle yo a él, erradicando mis proyecciones hacia ellos. He podido contemplar esas heridas que me destruían. He aprendido cuales son las dimensiones del Amor, pudiendo diferenciar entre Amor, pasión, admiración, placer, comodidad,... He podido aprender que un verdadero Amor es el que se dona al otro libremente, sin dependencias. Que es el Amor donde está la plenitud de la vida. He podido trabajar mi autoestima, mi corporalidad que tanto he rechazado, mi relación con los demás y conmigo mismo, mis egoísmos, mis dependencias afectivas. Todo ello me impulsa a una Libertad, el poseerme a mí mismo para poder entregarme al servicio de los demás en una vida de solidaridad y comunión.
Hoy puedo relacionarme con otros varones sanamente, sin idealizarles. Hoy he aprendido a mentalizar y no victimizar en mi vida. He aprendido a salir de mí y a no creerme el ombligo del mundo, he aprendido a cuidar mi afecto para poder vivirlo en plenitud sin dependencias. He aprendido a Amar a una mujer. Puedo decir que soy feliz gracias a poder sanar mis heridas, que es una alegría poder ser LIBRE, pues la PMS es solo un síntoma de que algo va mal.
Hay una canción que me da vueltas en la cabeza, pues refleja muy bien en mi vida lo que es dejarse llevar por la PMS o por tantas maneras de buscar la vida en otras cosas. Sus autores, hablan del verbo “cantar” y dice: “Al cantar, me puedo olvidar de todos los malos momentos, convertir en virtud defectos, desterrar la vulgaridad aunque solo sea un momento y sentir que no estamos muertos, no es placer, es necesidad”.
Si cambias la palabra “cantar” por “PMS” la canción refleja muy bien lo que he sentido durante años. Perder la vida en cosas que lo único que me hacían era olvidar esas heridas. La PMS es eso, una búsqueda de necesidad, de sentir que no estás muerto. No es placer, es una necesidad que no produce satisfacción, ya que la herida que se manifiesta en ella sigue abierta y es un intento de apagar esa sed de idealizar varones. Necesidad de no sentirme muerto, no por placer. Es importante saber de las existencias de esas heridas, ya no solo en la PMS, sino en un montón de falsos rostros que ocultan un sufrimiento interno más profundo, que es lo que las produce.
Por eso escribo esta carta, para dar testimonio del sufrimiento que hay detrás de la PMS. No puedes imaginar lo que sufro cuando veo a niños que manifiestan PMS, sufro porque si tienen PMS es por causa de un sufrimiento más profundo en el que nadie les está apoyando, han vivido en soledad sus heridas psicoafectivas.
Este acompañamiento es para la sanación de heridas; no es una terapia de Aversión como la nombran, al revés, pues yo lo que busco es poder Amar, pues he tenido aversión a las mujeres, y poco a poco voy pudiéndolas Amar. A su vez, quiero dejar de mirar a los varones con miradas posesivas, de envidia y de dominio, para poder tener con ellos una mirada pura y limpia, de acogida fraterna.
La Ideología de Género es un engaño. Y lo preocupante es que la gente denuncie estos acompañamientos sin plantearse que tanta gente que manifiesta PMS es por ser síntoma de heridas psicoafectivas previas que le producen un sufrimiento atroz. Es denigrante que haya un niño con PMS y nadie se plantee el origen, porque es mejor dejarse llevar por el totalitarismo de la Ideología de Género, ¿Cuándo empezaron a dejar de importar las personas? ¿Cuándo se empezó a mirar a otro lado ante el sufrimiento y taparse los oídos ante testimonios en los que se evidencia que la PMS es fruto de un sufrimiento? ¿Qué pasa para que nos dé igual el sufrimiento de los demás?
¡Gracias a este acompañamiento he podido tener la suerte de conocer mis heridas, de conocer la carencia del Amor en mi vida para de este modo se me brinde la oportunidad de poder Amar verdaderamente!
Yo no obligo a nadie a cambiar, pues está en su derecho de no hacer nada para sanar. Pero YO accedo LIBREMENTE a SANAR MIS HERIDAS. Tengo el DERECHO a SANAR ESTAS HERIDAS, DERECHO a la VERDAD. DERECHO a poder AMAR a una MUJER y ninguna Ley puede impedírmelo.
Agradezco mucho a Mons. D. Reig Plá por haber sido valiente y demostrar el conocimiento que tiene sobre las heridas afectivas. Por ser valiente porque no le importa la crítica y humillación si eso supone que a uno solo de nosotros puede ayudarnos. Gracias a los COF por acoger a tanta gente herida que no ha recibido apoyo nunca.
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Queridos amigos,
Soy una chica cristiana de España que me considero muy afortunada. Aunque según ustedes sería una victima por haber conocido este grupo de la Iglesia donde han dado respuesta a mi sufrimiento por sentir PMS (proyección hacia el mismo sexo) hacia otras chicas por las heridas que en mi niñez y mi adolescencia han dañado mi más profundo ser mujer.
En este itinerario de maduración personal integral he podido darme cuenta y estar segura de que todas las personas sufrimos por alguna causa que ha dañado nuestras experiencias de amor. La PMS no es algo malo de lo que en este camino me intenten curar, sino que la PMS es la manifestación de mi sufrimiento y a la vez la PMS me ha hecho sufrir mucho. Y en este proceso lo que estoy aprendiendo es a detectar los sufrimientos que me han herido en mi vida para sanarlos y purificarlos. Yo no soy peor, ni ninguna chica o chico que tenga PMS que los demás. Al contrario, puedo conocer profundamente mi debilidad que me ha llevado a una doble vida, a una dependencia de otras chicas como si de una droga se tratase (y ninguna droga es buena), a una vida de mentiras a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos y a mi propio novio.
Yo como mujer, no me quería porque pensaba que estaba mal hecha y que las demás chicas de mi edad eran mejores que yo, pero en la Iglesia y concretamente en este itinerario he podido descubrir la belleza con que Dios me ha creado mujer, perfecta. Una mujer que es feliz ahora, madre de tres hijos, esposa feliz de mi marido al que puedo ser fiel y amar profundamente. Esto para mí, como una mujer mal hecha o inferior al resto que me creía yo, pues hubiera sido imposible. Yo nunca, jamás hubiera imaginado este regalo de vida que el Señor ha preparado para mí: mi maternidad y mi esponsalidad.
Todo esto tiene sentido en mí como cristiana que soy, porque sólo Cristo resucitado puede transfigurar estas heridas y si no has conocido el amor de Cristo pues no puedes entenderlo.
Por esta razón pido respeto por los cristianos que libremente optamos por caminar en la Iglesia.
No quiero que nadie sienta lástima por mí ni necesito que ninguna ley vele por mis “derechos” porque soy muy feliz porque he podido descubrir que Dios me ama como soy (igual que te ama a ti) y que me ha creado una MUJER perfecta.
Este camino que me está ayudando a conocer y madurar mi persona ha sido buscado y elegido por mí totalmente libre y responsablemente y en ningún momento coaccionada por nadie ni nada.
Esta es mi elección que, insisto, he tomado de forma libre y precisamente los que predican la libertad están ahora amenazando la mía. Porque ninguna ley me puede obligar a hacer o ser lo que yo no quiero ser y precisamente vuestras leyes y vuestra noticias me hacen daño porque invaden mi persona y mi libertad. Yo no hago daño a nadie haciendo este itinerario. Y os pediría que si queréis abanderar una sociedad de respeto, tolerancia, no discriminación, seguridad ciudadana... dejéis de importunar a los que libremente y por fe en nuestro Señor que nos ha creado hombre y mujer a su imagen y semejanza, acudimos a nuestra madre la Iglesia.
En esta carta aprovecho para mostrar mi solidaridad y apoyo con Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, con el COF de Alcalà y con B.V. Gracias por dar la cara por tantos, tantas veces.
Obispos de la Iglesia, os pido que escuchéis la voz de tantos sufrimientos en las familias de vuestras parroquias, a que no tengáis miedo a denunciar la tiranía con que están imponiendo la cultura gay también a los que no queremos eso en nuestra vida ni en la de nuestros hijos.
Precisamente somos nosotros los que les respetamos, los que respetamos las opciones que cada uno toma en su vida, por eso no pueden quitarme la libertad de escoger la opción que yo he tomado. Mi libertad acaba donde empieza la de mi hermano, y en este caso, este itinerario es personal y no coarta la libertad de mi prójimo.