El caso de una mujer que sobrevivió a doce tumores abre nuevas vías de inmunoterapia en cáncer
En menos de 40 años de vida ha llegado a desarrollar 12 tumores, y cinco de ellos malignos. Cada cáncer detectado fue de un tipo diferente y no se concentraron todos en una misma parte del cuerpo, sino que se dispersaron. Esa misma paciente, que además tiene otro tipo de alteraciones como manchas en la piel o microcefalia, ha abierto un camino importante en la ciencia para investigar la aparición del cáncer de forma precoz, así como para estimular la respuesta inmune frente a un proceso cancerígeno.
Este miércoles, la revista Science Advances ha publicado un estudio elaborado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que basa su novedad en el análisis de un gen concreto, el MAD1L1, esencial en el proceso de la división y de la proliferación celular.
Este estudio demuestra que el sistema inmunitario es capaz de desatar una respuesta defensiva contra las células que tienen un número erróneo de cromosomas. Esto podría abrir nuevas opciones terapéuticas en el futuro, puesto que el 70% de los tumores humanos tienen células con un número de cromosomas anómalo, indica el CNIO a través de una nota de prensa.
Cuando la paciente acudió a la Unidad Clínica de Cáncer Familiar del CNIO se le tomó una muestra de sangre para secuenciar, en un primer momento, los genes que más comúnmente están implicados en el cáncer hereditario, pero curiosamente no se detectó en ellos ninguna alteración. Sin embargo, al analizar más tarde su genoma, los investigadores hallaron mutaciones en el gen MAD1L1.
Antes de esto, en otros estudios de modelos animales, se había observado que en el momento en el que aparecen mutaciones en las dos copias de este gen, ese embrión muere, resalta la misma nota. “Para asombro de los científicos, la persona protagonista de este caso tiene ambas copias mutadas y ha sobrevivido, llevando una vida tan normal como le permite su delicada salud”.
No hay otro caso igual a este, señalan los científicos que han liderado la investigación. Para Miguel Urioste, coautor de este trabajo, “académicamente no se puede hablar de un síndrome nuevo por tratarse de la descripción de un único caso, pero biológicamente lo es”.
“La paciente de este estudio es un caso particular y, al parecer, único por varias razones”, explica María Mayán, investigadora jefa de grupo en el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC). “Una de ellas porque presenta mutaciones en ambas copias del gen, lo que en modelos animales resulta ser letal a nivel embrionario. Además, cinco de los cánceres agresivos que padeció lograron tratarse con éxito y, aunque todavía no se conocen las razones, barajan que pueda deberse, en parte, a una respuesta de su sistema inmune”, sopesa en declaraciones recogidas por el Science Media Centre.
¿Por qué desaparecieron los tumores? Esta fue otra de las preguntas que se hicieron los investigadores. Según Marcos Malumbres, jefe del grupo de División Celular y cáncer del CNIO, “la producción constante de células con alteraciones ha generado en el paciente una respuesta defensiva crónica contra estas células, y eso ayuda a que los tumores desaparezcan”. Este mecanismo, podría ser útil en otros pacientes. “Potenciando su respuesta inmune” se podría “frenar el desarrollo tumoral”, argumenta.
El análisis de células únicas
Un análisis de células únicas realizado a esta paciente desveló que en la muestra había varios cientos de linfocitos cromosómicamente idénticos, procedentes por tanto de una única célula en rápida proliferación. Los linfocitos, explica el CNIO, son células defensivas que atacan a “invasores específicos”. En ocasiones, un linfocito prolifera de tal manera que puede llegar a formar un tumor. Y ese es precisamente el proceso que ha detectado esta investigación, a través del análisis de células únicas. Proceso que podría estar indicando los estadios más iniciales de un tumor.
“Al analizar miles de estas células por separado, una a una, se puede estudiar qué le está pasando a cada célula concreta, y cuáles son las consecuencias de esos cambios en el paciente”, apunta Carolina Villarroya-Beltri, primera firmante del estudio.
A raíz de este hallazgo, los investigadores proponen en el artículo que el análisis de células únicas pueda utilizarse para identificar células con potencial tumoral mucho antes de que aparezcan síntomas clínicos o los llamados marcadores.
“Este estudio muestra la importancia del trabajo de las unidades de cáncer familiar y, en particular, señala la calidad del trabajo que lleva a cabo la Unidad de Cáncer Familiar del CNIO”, ha explicado María Blasco, directora del CNIO, en unas declaraciones recogidas por Science Media Center. “Sabemos que aproximadamente un 10% de los tumores son hereditarios, y de estos solo conoce un 30% o 40% de los genes responsables. Así que, avanzar en el conocimiento en esta área es crucial”.
“También es muy importante avanzar en que los resultados de esta investigación se incorporen cuanto antes a la clínica, para que lleguen a todos los pacientes, independientemente de donde vivan”, ha solicitado Blasco.
“Este trabajo pone en relieve la importancia de investigar este tipo de casos tan particulares y de abordar el cáncer con técnicas de secuenciación masiva. Aunque son técnicas complejas, que requieren a personal investigador con cierta experiencia, pueden ayudarnos a conocer la etiología de una enfermedad”, zanja por su parte la investigadora Mayán.
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