Las causas de muerte distintas a la COVID-19 vuelven a niveles prepandemia
La COVID-19 fue en 2021 la primera causa de muerte en España. Un total de 39.444 personas fallecieron con la infección de SARS-CoV-2, según la Estadística de defunciones según la causa de muerte publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, el informe arroja otro dato: el porcentaje de muertes distintas al coronavirus volvía a finales de ese ejercicio a niveles más o menos similares a los de antes de la pandemia. Casi el 28% de los fallecidos lo fueron por una enfermedad del sistema circulatorio, un 24% a causa de un tumor y un 10% por una dolencia relacionada por el sistema respiratorio.
Las enfermedades infecciosas, entre las que se incluye la COVID-19, fueron en 2021 la tercera causa de muerte. En diciembre de ese año, estas se ubicaban en el 7%, aunque a lo largo de los doce meses anteriores, las diferentes olas habían elevado ese porcentaje hasta por encima del 25%. En cualquier caso, “el porcentaje de muertes no es despreciable”, señala el catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Rodríguez Artalejo.
“Los datos de 2021 todavía están muy afectados por la COVID, sobre todo en los primeros meses”, indica el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Óscar Zurriaga. Que apunta que “lo que estamos viendo no es ni mucho menos la normalidad”. En febrero de 2020, el último mes sin el azote del SARS-CoV-2, el porcentaje de muertes por enfermedades infecciosas era inferior al 2%. “Debería irse reduciendo, pero todavía estamos en números que no se habían visto en otras”, añade el epidemiólogo. “Irá disminuyendo seguro pero, de momento, en 2021 hubo mucha gente que murió con COVID”, coincide Rodríguez Artalejo. Según los datos del INE, las muertes con COVID-19 cayeron en 2021 un 35% respecto a 2020.
Que el porcentaje de fallecidos por causas ajenas al COVID-19 baje o suba no significa necesariamente que lo haga el número de personas que mueren por esas causas. En la medida en que una proporción sube, otra tiene que bajar. Por ejemplo, en 2021 la tasa de muerte por tumores entre los hombres fue de 292,5 por cada 100.000 hombres y de 189,8 para las mujeres, lo que supuso un 0,9% y un 0,7% más. Mientras a nivel porcentual, la comparación interanual fue mucho mayor en algunos meses. En abril de 2020, durante las peores semanas de la pandemia, el 17% de las muertes se produjeron por un tumor. Un año después, fueron diez puntos más.
En el resto de causas, los expertos señalan que se esperaba una mayor afectación por retrasos en los diagnósticos y problemas de tratamientos. “No lo estamos viendo tanto. En ese sentido no ha sido tan grave como podría haber sido”, admite Zurriaga. Precisamente, el Ministerio de Sanidad ha publicado un informe en el que cuantifica los retrasos en los diagnósticos y la disminución de cribados por la saturación del sistema sanitario español durante el año 2020. En él, se advierte de que “en los próximos años se producirá un aumento de los diagnósticos en estadios más avanzados”, principalmente en los de colon, mama y pulmón.
“Una recuperación de las pruebas de cribado”
“Hubo afección en nuestro Sistema Nacional de Salud”, ha reconocido este lunes la ministra de Sanidad. Darias ha destacado que, tras pasar lo peor de la pandemia, “ha habido una recuperación muy importante de todas las pruebas de cribado”. Además, tras la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, ha enumerado la creación de la estrategia contra el cáncer, aprobada en 2021, y que “sitúa los vectores en la lucha contra la enfermedad”.
En cualquier caso, es pronto para notar un aumento de la mortalidad por los retrasos diagnósticos. Y los expertos consultados dudan que se llegue a ver. “Primero tendremos que ver si son muchos y si esto es suficiente para que se refleje en las estadísticas de mortalidad en unos años. Y, segundo, lo que nadie te puede asegurar es que se hubieran diagnosticado pronto si no hubiera habido COVID”, indica el catedrático.
Para Zurriaga, “en el caso de otras patologías [que no son COVID], las muertes se van diluyendo en diferentes periodos de tiempo, porque no es inmediato”. Además, indica que para leer estos datos debe tenerse en cuenta el “factor competición”. “Como solo nos podemos morir de una cosa, cuando ya te has muerto, no te puedes morir de otra cosa”, apunta. Y pone el ejemplo de la diabetes: “Estos pacientes han sido de los más afectados por la COVID. Al estar viendo una sola causa, una persona con diabetes que falleciera con COVID, no va a aparecer como fallecimiento por diabetes”.
Los datos publicados por el INE también muestran la evolución de la COVID-19. El siguiente gráfico señala la evolución de la proporción de muertes por SARS-CoV-2, confirmadas y sospechosas, sobre el total de fallecimientos cada semana desde 2020. A principios de marzo de ese año, el estallido de la pandemia disparó los decesos por coronavirus. Un mes después, la primera semana de abril, llegaron a suponer más de la mitad de todas las muertes producidas esa semana, según la Estadística de defunciones.
En el gráfico se puede apreciar cómo, a partir de enero de 2021 y el inicio del proceso de vacunación en España, la proporción de decesos por COVID sobre el resto de causas cae notablemente. En abril de 2021 se alcanzaba el hito de que el 80% de la población de más de 80 años (la más vulnerable durante la pandemia) estuviera inmunizada con al menos una dosis de la vacuna. Cuando, a mediados de octubre, comenzaron las terceras dosis de refuerzo, las muertes por coronavirus sobre el total de causas no llegaba al 3%.
En total, en 2021 fallecieron 952,3 personas por cada 100.000 habitantes, con una disminución de casi el 9% respecto al año anterior. Sin embargo, algunas causas de mortalidad aumentaron notablemente respecto a 2019, el año prepandemia, tanto en 2020 como el año pasado.
Es el caso de los trastornos mentales debidos al uso de drogas, que aumentaron en 2020 en un 26% y en 2021 en casi un 60%, en ambos casos respecto a 2019. O las enfermedades de los órganos genitales masculinos, que el año pasado se incrementaron en casi un 40% respecto al año anterior a la pandemia.
También aumentaron notablemente las defunciones respecto a 2019 de algunos tipos de tumor, como los benignos (14,3%), los malignos del hueso y de los cartílagos articulares (12,1%), de otros órganos genitales femeninos (11%), in situ (9%).
Como puede verse en la tabla, los accidentes de tráfico cayeron en 2020 en un 21%, influenciados por las semanas de confinamiento impuestas por la crisis sanitaria. Mientras, los suicidios aumentaron en un 7% ese año y en un 9% en el siguiente.
El SARS-CoV-2 ocupó también todo el espacio de otros virus respiratorios, como el de influenza, que causa la gripe. Las muertes por esta infección cayeron en 2021 en un 98%. Este dato contrasta con la circulación del virus que ya se está apreciando esta temporada. La ministra Darias ha señalado este lunes que según los datos recabados por el sistema de vigilancia de infecciones respiratorias aguadas, la COVID-19 representa un 11,6% de los diagnósticos en España, mientras la gripe supone un 26% y el virus respiratorio sincitial, el 9%.
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