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La ciencia ya tiene la técnica para revolucionar la sociedad, pero falta dinero

La ciencia ya tiene la técnica para revolucionar la sociedad, pero falta dinero

EFE

Barcelona —

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Predecir las crisis epilépticas, hologramas que hacen de asistentes personales, software que permite integrar a alumnos autistas o traductores de sonido que avisan a personas sordas son ya nuevas tecnologías disponibles para revolucionar la sociedad, pero falta el dinero para expandirlas.

Maite Fibla, fundadora de Ship2B, una aceleradora de proyectos tecnológicos aplicados al bienestar social, tiene claro que “la tecnología para mejorar la sociedad ya está aquí”, pero a los investigadores les faltan los recursos económicos para ponerla en práctica.

Ship2B financia empresas emergentes y busca otros inversores para conseguir la inversión necesaria, según ha explicado hoy Fibla en un encuentro con periodistas previo a la KIMconference, un encuentro de empresas tecnológicas que se celebra mañana en Barcelona.

Un ejemplo del trabajo de Ship2B es MJN, una empresa que han apadrinado y que permite predecir las crisis de epilepsia a través de un dispositivo no invasivo, discreto y portable que monitoriza los indicadores del paciente, avisándole de su próximo episodio con minutos o segundos de antelación.

Otro caso es el de Snappet, un software que calcula el nivel de cada estudiante y personaliza los ejercicios de clase en función de sus aptitudes para que pueda progresar de forma personalizada.

Fibla ha explicado que esta tecnología es capaz de integrar a niños con y sin discapacidad en la misma aula y ha negado que el proyecto cause divergencias, ya que “a los niños que les cuesta más, si les marcas un ritmo demasiado rápido, se pierden”.

La cofundadora de Ship2B ha reivindicado la utilidad de Snappet para los niños autistas, y ha reconocido que esta tecnología se utiliza, casi siempre, en centros concertados y privados.

Otro de los proyectos de innovación tecnológica presentados es Visualfy, una empresa dirigida a personas con discapacidad auditiva que recoge la información sonora del entorno y la traduce en señales visuales que llegan en forma de notificaciones al móvil.

De esta manera, por ejemplo, los padres pueden estar alerta de si su bebé está llorando, aunque no lo escuchen.

Por su parte, el director de desarrollo de negocio de la empresa Universal Robots, Jordi Pelegrí, ha explicado la importancia de la robótica colaborativa, que se diferencia de la tradicional porque el operario debe interactuar y colaborar con el robot.

Pelegrí ha destacado que es importante que las pequeñas y medianas empresas “puedan acceder” a los brazos robóticos que su empresa fabrica, y que por eso deben ser “fáciles de usar, con un coste aceptable y flexible”.

Aunque estas herramientas se habían utilizado hasta ahora sobre todo en el ámbito de la automoción, poco a poco están llegando a sectores como el de la salud, facilitando la inspección en los quirófanos o aguantando microscopios en las clínicas dentales.

Pelegrí ha insistido en que estos robots no destruyen puestos de trabajo, sino que ahorran a los operarios llevar a cabo tareas arduas y mecánicas como “poner o quitar tornillos o mover piezas de un sitio para otro”.

De esta manera, el trabajador de la “fábrica del siglo XXI” debe enfocarse mucho más en la “evaluación de riesgos” y en “pensar cómo debe ser el proceso” de fabricación, ya que su valor añadido está en su capacidad de pensar y su flexibilidad, según Pelegrí.

Otro proyecto innovador es el de los asistentes virtuales con proyección holográfica que fabrica DigaliX, una empresa que se dio cuenta de que la gente no solo quería utilizar sus asistentes, como ya hacen los usuarios de iPhone con Siri, sino que quiere verlos.

Digalix ha creado hologramas a tamaño real que se utilizan en puntos de información y hoteles, y que, sostiene, no sustituyen en ningún caso a un trabajador.

El fundador de Digalix, Toni Mayorgas, también ha adelantado el que será su nuevo proyecto junto a Magma Cultura y Minoria Absoluta: un sistema de realidad virtual que permite disfrutar del entorno inmersivo de forma grupal, ya que hasta ahora se llevaba a cabo de forma individual.

El proyecto prevé comercializarse en varios países y, sobre todo, irá dirigido al ámbito divulgativo y museístico.

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