Un grupo de prestigiosos científicos e investigadores españoles solicita una “evaluación independiente e imparcial, por un panel de expertos internacionales y nacionales” sobre la gestión de coronavirus en España en un artículo que publican en la revista The Lancet.
La investigación, según este grupo de veinte científicos que forman parte de la élite científica mundial, entre los que se encuentran la viróloga y coordinadora de los grupos de investigación del CSIC sobre la pandemia Margarita del Val, el exconsejero vasco de salud y exasesor de Obama Rafael Bengoa, la investigadora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres Helena Legido-Quigley o el profesor de Salud Pública de la Universidad de Toronto Carles Muntaner, debe centrarse “en las actividades del Gobierno Central y de los gobiernos de las 17 comunidades autónomas”, y debe incluir “tres áreas: gobernanza y toma de decisiones, asesoramiento científico y técnico, y capacidad operativa”.
“España ha sido duramente golpeada por la COVID-19, con más de 300.000 casos, 28.498 muertes confirmadas, un exceso de mortalidad de alrededor de 44.000 fallecimientos, a 4 de agosto de 2020. Más de 50.000 sanitarios han resultado infectados y se han producido casi 20.000 muertes en las residencias de ancianos. Con una población de 47 millones de personas, estos datos sitúan a España como uno de los países más gravemente golpeados por la pandemia. Se considera que España tiene uno de los sistemas de salud con mejor desempeño del mundo y ocupa el puesto 15 en índice global de seguridad sanitaria. Entonces, ¿cómo es posible que España se encuentre en esta situación?”, se preguntan los autores de la carta.
Falta de preparación, reacción tardía y recortes
“Las posibles explicaciones apuntan a una falta de preparación para una pandemia”, con sistemas de vigilancia débiles, baja capacidad para las pruebas de PCR, y escasez de equipo de protección personal y equipo de cuidados críticos, anotan en la misiva.
Pero también, añaden, a “una reacción tardía de las autoridades centrales y regionales, procesos lentos de toma de decisiones, alta niveles de movilidad y migración de la población, escasa coordinación entre las autoridades centrales y regionales, escasa dependencia del asesoramiento científico, envejecimiento de la población, grupos vulnerables que experimentan desigualdades sociales y de salud y falta de preparación en las residencias de ancianos”.
Según los firmantes, “estos problemas se vieron exacerbados por los efectos de una década de austeridad que había agotado la fuerza laboral sanitaria, y reducido la salud pública y las capacidades del sistema de salud”. “Además -dicen- deben tenerse en cuenta las circunstancias sociales y económicas que han contribuido a hacer que España sea más vulnerable, incluidas las crecientes desigualdades”.
Preparar a España para nuevas oleadas y futuras pandemias
Por todo ello, los investigadores firmantes consideran que necesaria una investigación que “no debe concebirse como un instrumento para distribuir la culpa. Más bien, debe identificar áreas en las que la salud pública, y el sistema de salud y asistencia social deben mejorarse”.
España necesita una “evaluación exhaustiva de los sistemas de salud y asistencia social para preparar al país para nuevas oleadas de COVID-19 o futuras pandemias, identificando debilidades y fortalezas, y lecciones aprendidas”.
Los investigadores españoles indican que, aunque este tipo de evaluación no es habitual en España, varias instituciones y países, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Suecia, han aceptado la necesidad de dicha revisión como un medio para aprender del pasado y prepararse para el futuro.
“Alentamos al Gobierno español a considerar esta evaluación como una oportunidad que podría conducir a una mejor preparación para una pandemia, prevenir muertes prematuras y construir un sistema de salud resiliente, con evidencia científica en su núcleo”, concluyen.