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Cientos de personas bailan en Madrid por el planeta: “Estamos en las calles para que esta sea la última cumbre”

Una de las pancartas que marcan el espacio de la concentración de este sábado en Madrid

Aurora Santos-Olmo

Cientos de personas han convertido la Gran Vía de Madrid en una fiesta improvisada este sábado. Cuando eran algo más de las 16 horas de la tarde, cortaban la circulación para montar su escenario. “Estamos llevando a cabo una acción de desobediencia civil, que hemos llamado discodesobediencia”. Habla Saúl, miembro de la plataforma Extinction Rebellion, la organizadora del evento.

“Queremos dejar claro que somos radicalmente no violentas y que siempre intentamos que nuestras acciones sean lo más inclusivas posibles”, expresa.

Banderas con imágenes de animales y también de diferentes colores con el símbolo de la plataforma, tanto portadas en sus manos como dibujadas en sus cuerpos, dan color al evento mientras que la música y los bailes amenizan la protesta.

“Hemos aprovechado que se está celebrando la cumbre climática aquí en Madrid para reivindicar que después de todos estos años habiendo cumbres, las acciones que se han tomado no han sido suficientes”. Laura es una de las jóvenes que se han acercado al centro de Madrid. Está acompañada de varios amigos y lleva sobre sus mejillas el símbolo de Extinction Rebellion.

Los asistentes han cubierto el espacio correspondiente a una manzana dentro de la calle más popular de la capital. Dos pequeños muros en forma de pancartas señalan dónde empieza y dónde termina el escenario de la protesta. En ellas, se pueden leer mensajes como “This is change” [Esto es cambio]; “Climate and ecological emergency” [Emergencia climática y ecológica]; “Care” [Cuidados]; “Now or never” [Ahora o nunca].

Mientras la mayoría de los asistentes bailan, otros sostienen estas pancartas entre consignas y bailes. De sus labios salen mensajes como “Ni un grado más, ni una especie menos”; “A ti que estás mirando, también te está afectando” o “Un grado más y adiós al ser humano”.

“Creemos que el arte es un gran vínculo para presionar, para hacer que las ciudades se llenen, para poder llevar un mensaje claro a las élites y hacerlo a la vez de una manera armoniosa, que la gente pueda disfrutar y tener sus propias calles”, defiende Saúl.

El lugar elegido para reunirse, la Gran Vía, tiene un significado: “Es una calle que está llena de comercios. Queremos que nos vean también quienes no paran de consumir, para que se den cuenta de que esto no puede continuar así. Esta acción se tiene que reducir para que el cambio realmente sea posible”, dice Laura, convencida.

“Hay empresas que a través del greenwashing están viendo esta crisis climática como una oportunidad de negocio y hemos venido aquí para que se sepa la verdad y que quede claro que ante esto, o nos rebelamos o morimos”, se expresa Marina, otra de las asistentes, en el mismo sentido respecto al consumo.

“Queremos compromiso de cero emisiones para 2025”

Una de las opiniones más repetidas entre los manifestantes es la de las escasas medidas que han tomado los dirigentes en relación con la emergencia climática. La concentración pretende hacer llegar las demandas de Extinction Rebellion: “Exigimos a los gobiernos que digan la verdad sobre la crisis climática y ecológica y todo lo que ello supone; también que se comprometan a reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero para 2025, y que se creen asambleas ciudadanas, para que la población civil pueda participar de esta toma de decisiones en común”, recuerda Saúl.

A la concentración se han unido personas procedentes de diferentes puntos del planeta: “Hoy tenemos aquí a rebeldes de más de 20 países, uniendo sus voces, haciendo entender que la población lo que quiere es justicia climática en todos los lugares del mundo, no solo en el norte global”, subraya. Uno de ellos es Charles, que es de Liverpool y está contento con el resultado de la acción de este sábado: “Creo que es una manera de expresarse no violenta y es un gran éxito. Mucha gente se está uniendo”.

Mientras Madrid bailaba por el clima, la acción se ha llevado a cabo también en otras 23 ciudades, como París, Ámsterdam o Nueva York. Todos con un mismo fin: “Queremos que vean que los ciudadanos estamos en las calles para que esta sea la última cumbre y que realmente las medidas que se tomen a partir de ahora sean vinculantes y se haga algo al respecto”, zanja Laura, que define como “esperanza activa” el evento de este sábado.

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