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Las cinco réplicas científicas al artículo de autoelogio por la COVID que altos cargos de Ayuso firmaron en 'The Lancet'

David velasco

Marta Borraz

28 de marzo de 2021 21:22 h

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El triunfalismo que vende el Gobierno de Isabel Díaz-Ayuso sobre la gestión de la pandemia en la Comunidad de Madrid y que llegó a una publicación científica del grupo The Lancet en forma de artículo acumula ya cinco réplicas. Varios científicos firman en la revista 'The Lancet Regional Health Europe las respuestas, en las que rebaten que la estrategia madrileña contra la COVID-19 haya sido exitosa, tal y como la describen sus promotores. Y sostienen que el artículo original, firmado entre otros por el viceconsejero de Sanidad, Antonio Zapatero, y el director general de coordinación sociosanitaria de la región, Francisco Javier Martínez-Peromingo, obvia la cascada de cifras que vienen a poner en cuestión la gestión. “Creemos que los autores han utilizado una plataforma científica para elogiar las políticas del gobierno sin datos objetivos”, esgrime una de las réplicas.

En Gestión integral de la COVID-19 en Madrid: dando la vuelta a las cosas durante la segunda ola, publicado a finales de enero, Zapatero y el resto de firmantes, entre los que hay varios especialistas del Hospital Universitario San Carlos y que son a su vez asesores del gobierno en esta materia, defienden el “titánico esfuerzo” de la comunidad para desmontar “el segundo pico pandémico”. Elogian los confinamientos perimetrales por zonas básicas de salud (ZBS), la política de testeo en las residencias o el uso de los test de antígenos y el sistema de análisis de aguas residuales, pero no aportan ni un dato de incidencia acumulada y contagios, muertes o presión en las UCI de los hospitales, parámetros en los que Madrid sale claramente mal parada, según analizó elDiario.es recientemente. Una vez publicadas las réplicas, los autores han vuelto a responder en otro comentario reiterando las alabanzas a su gestión.

Primera réplica: riesgo “muy alto” en diez de 16 semanas

Una de ellas, firmada por investigadores entre los que se encuentran Fernando García y Miguel Ángel Royo, del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), consideran que las conclusiones “no se basan en pruebas”. Entre otras cosas, aluden a que Madrid “tuvo el nivel de riesgo más alto en diez de las 16 semanas entre el 20 de agosto y el 3 de diciembre” en un total de tres de los indicadores del semáforo de alertas de Sanidad. Esto es: una incidencia acumulada de más de 250 casos, una ocupación en hospitales de más del 15%, y del 25% de UCI. En el segundo artículo rubricado por Zapatero, responden a las cifras aludiendo a que “debemos reconocer algunos factores en la región que facilitan mayores picos de incidencia: un alto grado de interacción social, en parte porque tiene la mayor densidad de población de España” y “cuenta con el mayor número de residencias”.

Sin embargo, los especialistas apuntan también al número de muertes acumulada en la región. Aunque las dos últimas olas no han sido tan mortales para Madrid como lo fue la primera, desde el comienzo de la pandemia hasta el 10 de febrero “se produjeron 13.080” fallecimientos –el exceso de mortalidad es la mayor del país, con un 43%–. “Entre las 17 comunidades de España, Madrid ha tenido la tasa de mortalidad ajustada por edad más alta en hombres (2,4 por cada 1.000) y la segunda más alta en mujeres (1,5 por cada 1.000)”, señalan los autores. Mientras el artículo firmado por Zapatero saca pecho de que una de cada cinco personas ya esté infectada en Madrid según el estudio nacional de seroprevalencia –es “la cifra más alta de España” y “habla del titánico esfuerzo” realizado en la región, esgrimen–, la réplica ahonda en otra cuestión: “La alta mortalidad y el hecho de que casi el 20% de la población ya estaba infectada en noviembre hablan del fracaso de su gobierno para contener la epidemia”.



Segunda réplica: “Falsa sensación de control de la pandemia”

Las réplicas abundan en que algunas de las medidas firmemente defendidas por los autores “son controvertidas y tienen una eficacia cuestionable”, rebaten Marta Díaz y Eduardo Malmierca, dos especialistas en enfermedades infecciosas del Hospital Universitario La Paz y el Infanta Sofía. Ambos apuntan a que ante los “recursos diagnósticos limitados” que defienden en el artículo los promotores de la estrategia madrileña “respondieron con medidas pioneras, entre las que se encuentran las pruebas de antígenos y la vigilancia de contactos”. Pero que “independientemente del controvertido papel de los antígenos en entornos asintomáticos, la piedra angular de la vigilancia epidemiológica es el trabajo inevaluable de los trazadores de contacto”.

En este sentido, el segundo artículo de Zapatero y el resto de expertos, en el que responden a las réplicas, asegura que “a finales de año” el número de rastreadores “asciende a 1590 (aproximadamente 1 por 4264 habitantes)”, pero Díaz y Malmierca mantienen que durante el pico de la segunda ola, “Madrid estaba muy por debajo de la proporción recomendada internacionalmente”. Además recuerdan que la región suspendió en plena escalada de casos las pruebas PCR a contactos cercanos a menos que fueran convivientes o con síntomas. Y concluyen que “la falta de detección puede haber llevado a una disminución en el número de positivos, dando una falsa sensación de control de la pandemia”. Destacan también que “a pesar de las medidas elogiadas”, el horizonte deseable de una IA de 25 casos “no se alcanzó en ningún momento” y apuntan a que el suelo al que llegó Madrid –la cifra más baja fue de 190– pudo “encadenar una segunda a una tercera ola devastadora”.

Tercera réplica: datos peores que la media española

Otra de las respuestas estima que el artículo “no proporciona un conocimiento empírico válido” o que la estrategia de la región “se traduce en malos resultados”, defienden un grupo de especialistas entre los que está Ángel López-Encuentra, del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital 12 de Octubre. Los datos que aportan y que cuestionan el mensaje triunfalista señalan que a 9 de febrero la incidencia acumulada era de 759 casos (frente a los 630 en España) y la ocupación de camas hospitalarias era del 25,62% frente al 20,41% de media, mientras que en las UCI un 50,6% de las plazas se destinaban a pacientes COVID.



Argumentan también estos expertos que la Comunidad de Madrid “no ha aumentado su personal de salud, a pesar de tener menos médicos y enfermeras de atención primaria por millón de habitantes que la media nacional”, algo que “limita severamente las tareas fundamentales para el control de la propagación de la epidemia: rastreo, pruebas y aislamiento”. Este punto ha sido rebatido por Zapatero y el resto de firmantes en un segundo artículo, en el que aseguran que “hasta diciembre de 2020 se crearon un total de 11.324 puestos para reforzar la lucha contra la COVID”. Datos de los que sospecha López-Encuentra, que alude a que “no existen evidencias de nuevas contrataciones al nivel necesario” en Atención Primaria y recuerda las denuncias de sanitarios de que gran parte de los contratos específicos para la COVID-19 se han usado con trabajadores que ya ejercían en algunos hospitales de manera eventual.

Cuarta réplica: sin evidencia de la eficacia de los confinamientos por zonas básicas de salud

A las alabanzas a los confinamientos perimetrales por zonas básicas de salud (ZBS), que después vuelven a reiterar en la respuesta a las réplicas –“las medidas aplicadas en áreas confinadas provocaron una disminución más pronunciada en la incidencia de casos en áreas perimétricas que donde no se aplicaron estas restricciones”, defienden– contesta también uno de los cinco artículos. Es el del residente de Medicina Preventiva y Salud Pública Mario Fontán, el epidemiólogo Pedro Gullón y el médico de Atención Primaria Javier Padilla -que va de número 24 en la lista de Más Madrid a las elecciones del 4M-. Los tres ya publicaron un estudio al respecto en el que pusieron en cuestión la eficacia de la medida.

Los especialistas estudiaron el comportamiento del virus en algo más de una veintena de las primeras ZBS que fueron perimetradas el 22 de septiembre y en otras que no lo habían sido, pero tenían la incidencia acumulada en niveles parecidos. Lo primero que aclaran es que la implementación de la medida se produjo “una vez que la tasa de contagios de COVID-19 ya estaba disminuyendo, por lo que ”al realizar un análisis de regresión para comparar las ZBS confinadas de aquellas que no lo estaban, encontramos que en ambos casos, el cambio de tendencia se produjo antes de la entrada en vigor de las medidas“. Además, una vez implementadas, en el momento en el que debería notarse el efecto de las medidas la tendencia de bajada en esas ZBS no se acelera, como cabría esperar, ”sino que el descenso se ralentiza“.

Quinta réplica: Un “desempeño económico” que “no es mejor que el de otras regiones”

El catedrático de Economía Félix Lobo cuestiona en su réplica el discurso del milagro económico madrileño que ha enarbolado el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y que, según el análisis de elDiario.es se deshace entre datos económicos no especialmente destacados en el conjunto de España. Mientras que el artículo del viceconsejero de Sanidad defiende que “el crecimiento” del 25,5% del PIB en el tercer trimestre de 2020 “permite a la Comunidad de Madrid reducir la tasa de caída interanual hasta el 8,1%”, Lobo concluye que “el desempeño económico” en la región “no es mejor que en muchas otras regiones españolas”.

El economista sostiene que los autores “no revelan que según la Autoridad Independiente de Resposabilidad Fiscal (AIReF), Madrid ”se quedó atrás de la media de España (16,4%), con nueve regiones creciendo más rápido“ y que el descenso interanual del -8,1% al que hacen referencia es ”solo ligeramente por encima de la media de España, que fue del -9%“. ”La caída del PIB en el año 2020 en Madrid (una región pero también una sola provincia) es la undécima peor de 50 provincias (-10,5%, cerca de la media de España, que fue del -11%). “Mi hipótesis es que no existe un compromiso entre la salud pública y la economía. La economía va mal mientras se permita que el virus prospere”, esgrime Lobo.



La respuesta de Zapatero y el resto de expertos a las cinco réplicas incide en que “la gestión integrada de COVID durante la segunda ola también buscó causar el menor impacto económico” y destaca que el crecimiento intertrimestral del PIB en el cuarto trimestre (4,4%) “confirma la reactivación económica en Madrid por las medidas adoptadas por el Gobierno regional, que buscan la actividad económica sin renunciar a la protección de la salud”. El sector de los servicios de distribución, alojamiento y restauración, prosiguen, “creció un 11,2%”.

Sin embargo, ese 4,4% fue anunciado por el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, en rueda de prensa, en la que las cifras presentadas distaban mucho de las previsiones de otros organismos –la AIReF estimaba un crecimiento del PIB del 0,5%– y en la que no terminaron de explicar cómo con ese crecimiento en el cuarto trimestre la economía madrileña pudo desplomarse como lo hizo en 2020. Ser el baluarte del aperturismo tampoco ha impedido que Madrid sea la tercera comunidad con más número de parados. Donde sí se perciben datos especialmente mejores que en otras regiones es en el comercio: fue la única región donde las ventas en los comercios subieron en noviembre y la que más vendió en diciembre, a pesar de que el dato anual es negativo.

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Gráficos de Raúl Sánchez y Victòria Oliveres

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