Una a una, las claves de la nueva ley de Formación Profesional
El Consejo de Ministros ha aprobado en segunda ronda el proyecto de Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional. Se trata de una de las grandes apuestas del Gobierno para cubrir las necesidades del futuro de la economía española, que según las previsiones requerirá un mayor número de puestos de trabajo con cualificación baja e intermedia, es decir, los técnicos medios y superiores que forma la FP. La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha recordado en la rueda de prensa posterior al Consejo que los graduados en FP tienen seis veces menos paro que el conjunto de los jóvenes.
La propuesta del Ministerio de Educación se centra en diferentes novedades con la vista puesta en flexibilizar la etapa, hacerla más atractiva para todos los estratos, profesionales o estudiantes, como conferir mayor protagonismo a las empresas, mediante la creación de un tutor de empresa que evalúe una parte de los conocimientos del alumno; la integración de todas las modalidades de la FP; y la posibilidad de realizar cursos de menor duración que los actuales. Todo ello con el fin de “plantear una oferta formativa atractiva y competitiva” a los estudiantes.
Cursos organizados por grados
Los diferentes niveles en los que se organiza la nueva formación profesional irán desde la A hasta la E, según la duración de los cursos. El objetivo de esta agrupación es obtener una competencia específica para mejorar la empleabilidad, de manera que los estudiantes puedan hacer cursos de menos horas.
De la A a la C: oferta base y Certificado Profesional
Los más básicos son los del grupo A, que son la “oferta base” y acreditan de forma parcial las competencias. Los B serán para realizar un módulo completo, pero no hará falta completar esa formación, sino que se podrá obtener este nivel acumulando diferentes cursos del grupo A. El nivel C serán varios módulos que llevan a obtener un Certificado Profesional y podrán suponer prácticas en empresas.
La D y la E: Ciclos Formativos y Máster Profesional
El grado D engloba los actuales Ciclos Formativos: FP Básica -para mayores de 15 años-, Grado Medio -que equivale a Bachillerato- y Grado Superior –que equivale a la Universidad–. La FP y el Grado Medio siguen en dos años de duración, que son 2.000 horas, y el Superior puede llegar hasta tres.
Por último, el nivel E se trata de cursos de especialización para conseguir el título de Máster Profesional. Se podrán ofrecer en educación secundaria de segundo grado -ciclos de grado medio-, como en superior. Estos másteres serán modulares y durarán entre 300 y 800 horas, menos que los universitarios.
Proyecto intermodular, optativas y módulos
Mientras que en la FP Básica se hará un proyecto intermodular en todo el ciclo, en los grados medios y superiores se realizará uno al año con una duración de 25 horas y el objetivo de integrar los conocimientos adquiridos.
También se incluirá una parte optativa integrada por módulos para adaptarse a la realidad productiva del territorio y a los intereses del estudiante, de manera similar a los grados universitarios. Con el mismo objetivo, el de adaptarse a las necesidades y circunstancias del alumnado, la formación profesional de los grados C, D y E se podrá ofertar por módulos para mayores de 18 años y, de manera excepcional, para adultos con “experiencia laboral que no tengan las condiciones establecidas para el acceso a la formación”.
Relación entre FP y Universidad
La ley pretende establecer relaciones entre las formaciones profesionales y enseñanzas universitarias, de manera que los estudiantes de ambas vías puedan pasarse a la otra para complementar su formación, reconociendo de esta manera los conocimientos adquiridos en los distintos itinerarios. Los estudiantes graduados en FP podrán convalidar hasta un 25% de los créditos de un grado similar.
Dualidad a partir del nivel C
Las empresas tendrán mayor protagonismo y capacidad de decisión en la nueva FP. Así, a partir del grado C, los niveles de FP tendrán carácter dual: aumentan las horas de prácticas en empresas y el rol de las compañías para diseñar la formación y evaluación de los estudiantes. De esta manera, se ajustará la formación ofrecida en los centros a lo que las empresas demandan. También las compañías participarán, junto a los centros, en el “reparto de los contenidos curriculares”.
Tutor dual de empresa
Esta figura será obligatoria en cada empresa que ofrezca prácticas a estudiantes. Será un enlace entre la compañía y el centro, y coordinará junto al docente encargado el plan de formación del alumno. El tutor también evaluará el aprendizaje adquirido del alumno a través de un informe sobre las prácticas realizadas, aunque la evaluación final correrá a cargo del centro educativo.
Docentes especialistas
Se ofrece la posibilidad a los centros “de manera excepcional” de recurrir a profesores “especialistas”, parecidos a los docentes asociados de la Universidad: profesionales que ofrecen una formación muy concreta vinculada a su área de trabajo y que se podrán desplazar al centro de formación profesional.
Desaparecen los profesionales técnicos
El cuerpo de profesionales técnicos se divide en dos perfiles: los que tienen carrera universitaria y los que no. La mayoría de los primeros podrán promocionar, de manera que aumentará su salario y su posible desarrollo profesional. Para el segundo grupo, Educación creará una categoría propia con diez especialidades (cocina y pastelería; estética; fabricación e instalación de carpintería y mueble; mantenimiento de vehículos; mecanizado y mantenimiento de máquinas; patronaje y confección; peluquería; producción de artes gráficas; servicios de restauración; y soldadura).
También se contempla un tercer grupo, el de profesores técnicos sin grado universitario, que se quedan fuera de alguna de estas diez especialidades y que se consideran un cuerpo a extinguir. De la misma manera, se abre la posibilidad de un cuarto colectivo, “los que, para la docencia en determinadas especialidades, se determinen reglamentariamente previa consulta a las comunidades autónomas”.
Acreditación de competencias y orientación
Otra de las bazas importantes de la nueva ley de FP es acreditar oficialmente las competencias que los trabajadores hayan adquirido en sus respectivas empresas. Estos documentos vendrán acompañados de una propuesta para que el trabajador pueda continuar formándose.
Asimismo, se pretende crear un sistema de orientación profesional “flexible y gratuito” para personas, empresas e instituciones con el fin de asesorar sobre las ofertas de FP que se ajusten a los diferentes perfiles de los estudiantes y a las demandas de empleo.
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