La Comunidad de Madrid incrementa el número de alumnos con autismo por aula sin reforzar el profesorado

La Comunidad de Madrid ha autorizado aumentar hasta un 40% las ratios en las llamadas aulas TEA, enfocadas en la atención y el acompañamiento del alumnado con trastorno del espectro autista (TEA), según recoge una resolución oficial que ha sido enviada a los centros educativos y a la que ha tenido acceso elDiario.es. En la práctica, esto significa que donde había cinco niños y niñas ahora podrá haber hasta siete, pero sin que haya más profesores.

Los especialistas que trabajan con estos menores alertan de que la subida de las ratios promovida por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP) va a tener consecuencias lesivas para la atención. “No son dos niños más, es un clavo más en el ataúd de la educación pública. Va en detrimento de ellos y también de los profesionales”, denuncia Ramón, técnico de integración social (TIS) en un colegio público del centro de Madrid, donde trabaja en el aula TEA. Ramón es un nombre ficticio.

“Para que nos hagamos una idea, se trata de niños y niñas que pueden tener momentos de crisis por ruidos, olores o sonidos; que necesitan una gran anticipación sobre lo que va a pasar porque de lo contrario se pueden arrancar a llorar; que tienen grandes necesidades a nivel comunicativo y exigencias muy potentes en la autonomía personal, como ir al baño o cambiarse. No solo en Infantil, también en Primaria”, desarrolla Daniel (también con nombre ficticio), especialista en Pedagogía Terapéutica (PT) en otra aula TEA del sur de Madrid para explicar por qué un aumento de la ratio “hace que el aula se vaya de las manos”. Ninguno de los profesionales quiere dar su verdadero nombre, dicen, por miedo a represalias.

No son dos niños más, es un clavo más en el ataúd de la educación pública. Va en detrimento de ellos y también de los profesionales

Cada clase de atención preferente –hay 850 en toda la Comunidad de Madrid distribuidas en 700 centros– tiene como responsables a dos profesionales, un PT y un TIS. La resolución de la Consejería de Educación dicta que es posible subir la ratio de “manera excepcional” cuando la dirección del centro justifique esa necesidad, lo que deja la puerta abierta a que, si el director o directora lo pide, el número aumente, sin atender a otras razones. Educación también incluye dos casos que justificarían incorporar más niños: que haya hermanos que ya están en el centro y que en el distrito al que pertenece el colegio todos los centros de atención preferente tengan cinco alumnos en sus aulas. O sea, que estén llenas.

Para “ayudar a las familias”, dice Educación

Un portavoz de la Consejería de Educación confirma que los centros públicos ya han recibido la resolución y asegura que el objetivo de la medida es “ayudar a las familias”. A renglón seguido, la cartera dirigida por Emilio Viciana asegura que en ningún caso habrá más de cinco alumnos y alumnas “de manera simultánea” en el aula especializada.

Las aulas de atención preferente no funcionan como islas en un centro. Todo lo contrario: son la herramienta para favorecer en lo posible la educación inclusiva con una incorporación progresiva de los niños y niñas TEA a su aula de referencia. Deben pasar como mínimo un tercio de la jornada con sus compañeros y compañeras, según recoge la normativa, aunque el tiempo debería ir en aumento. Por eso, una subida de la ratio en esa atención individualizada, que requiere el acompañamiento uno a uno en sus respectivas aulas, resulta daniña para el desarrollo de los alumnos, avisan los profesionales.

Los especialistas consultados aseguran que la Consejería está “hinchando” las aulas porque hay muchos nuevos diagnósticos de alumnado con trastorno del espectro autista. Educación considera, según se desprende de la resolución, que el tiempo trascurrido y la experiencia acumulada desde la puesta en marcha de estas aulas preferentes –en el curso 2001/2002– “hacen necesario actualizar la regulación de la organización y el funcionamiento”.

“Se han abierto aulas en estos años, pero en el último el proceso de expansión ha parado y no sabemos por qué”, dice Daniel, que asegura que, en paralelo, las exigencias para entrar en este modelo educativo son más duras por lo que más niños se quedan fuera y solo entran perfiles muy afectados, de acuerdo con otra resolución del año 2022. “Tengo la sensación de que lo que quieren es montar aulas low cost de educación especial”, añade.

La medida preocupa también a los profesionales por su propia salud. “Entre nosotros hay muchas bajas por estrés y ansiedad. Es un trabajo duro”, afirma Ramón. Entre las novedades que trae la resolución hay otra línea que mantiene en vilo a los especialistas: “La condición de centro de atención preferente para alumnado con necesidades educativas especiales derivadas de TEA constituye un proyecto compartido por el conjunto de la comunidad educativa. Sus recursos están al servicio de todo el alumnado del centro, aunque específicamente se orienten al alumnado con TEA”.

Reclutados desde el paro, sin oposición

A esto se suma otro problema: las listas de técnicos de integración social están agotadas desde hace años. No hay bolsa de trabajo de interinos a los que llamar cuando un centro necesita un TIS.

La solución adoptada por la Comunidad de Madrid es que los nuevos contratos sean contactados desde el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), donde se inscriben los parados. Así lo confirman especialistas como Ramón, que fueron contactados directamente por este organismo. Después, su contrato lo formalizó la Dirección de Área Territorial Centro, dependiente de Educación. Los profesionales no tienen claro cuáles son los criterios de selección, más allá de que sean titulados en integración social.

La Consejería de Educación convocó un proceso selectivo en 2021 que se interrumpió al poco de empezar. No se llegó a publicar siquiera la lista de admitidos para presentarse al examen.