Las comunidades autónomas que así lo quieran podrán hacer los exámenes de recuperación de junio (o septiembre) de Secundaria este curso. La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha explicado en una entrevista en El Mundo que va “a proponer una moratoria de un año en pro del diálogo con las comunidades autónomas” en las pruebas que se realizan al final del curso para tratar de aprobar alguna asignatura que se haya suspendido durante el año.
El Ministerio que dirige Alegría va a suprimir estos exámenes como parte del desarrollo de la nueva ley de Educación, la Lomloe, bajo el argumento de que estas pruebas de repesca no tienen mucho sentido en el contexto actual: por un lado, explican desde el ministerio, la mayoría de las comunidades hace tiempo que pasaron estos exámenes de septiembre a junio, y al realizarse apenas tres semanas después de haber suspendido el curso casi ningún alumno era capaz de aprobarlos; por otro, la conocida como ley Celaá apuesta por la evaluación continua y por el criterio del profesorado a la hora de decidir si un alumno promociona de curso o no, por lo que no tendría coherencia fiarlo todo a un examen.
“Se desarrollará una disposición transitoria en el decreto de evaluación que permitirá que las comunidades puedan optar este año de manera extraordinaria por mantener los exámenes de recuperación o por suspenderlos”, explica la ministra, lo que abre la puerta a que en algunas comunidades se realicen las recuperaciones y en otras no.
En un principio, según la versión de Educación, el personal técnico de las comunidades autónomas acogió la medida positivamente en las reuniones previas que se realizaron. Sin embargo, después de que la medida se hiciera pública las autonomías donde gobierna el PP (Madrid, Galicia, Castilla y León y Murcia) la rechazaron –una tónica que viene siendo habitual con casi todas las disposiciones que adapta el ministerio– y Euskadi sostuvo que las aplicaría este año y después evaluaría.
Entiende Alegría que con el decreto que regulará esta situación aún sin aprobar, las comunidades pueden tener el curso planificado con los exámenes de recuperación de verano y el cambio puede ser demasiado brusco. “Me ha parecido sensato que, ya que el curso ha comenzado y para evitar dificultades organizativas, las comunidades que hayan decidido suspender las pruebas las puedan hacer, pero aquellas que ya hayan planificado su realización las puedan mantener”.
El objetivo último del ministerio con este tipo de medidas es reducir la repetición, que en España está muy por encima de las medias del entorno y europea con una tasa que ronda del 30%, como recuerda la ministra. Para ello, además de eliminar la convocatoria extraordinaria del verano, se elimina el número máximo de asignaturas suspensas con las que se puede promocionar de curso –se habla de dos materias, pero también de que no será el único criterio y el profesorado podrá aprobar a un alumno si así lo considera– y se apuesta por los refuerzos educativos y la autonomía de los docentes.