“Comunismo” y “cruzada” frente a “Unión Europea” y “desafíos”: así han evolucionado los discursos de Navidad

Las tres palabras que más utilizó Franco en sus discursos navideños fueron “comunismo”, “producción” e “iglesia”. Desde su muerte, el top tres pasó a ser “Unión Europea”, “desafíos” o “entorno” (descontado el “buenas” de “buenas noches”, que Franco no utilizaba).

Este análisis histórico de los discursos navideños de los jefes de Estado realizado por la lingüista Elena Álvarez Mellado muestra, a partir de las palabras utilizadas por los mandatarios, la evolución del país en los últimos años. Y permite jugar con las comparaciones entre diferentes épocas para observar los cambios en los mensajes que los dirigentes envían al país cada 24 de diciembre.

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Así, el dictador hizo bueno en sus discursos todo lo que uno podría esperar de él. Además de las citadas, entre sus palabras favoritas aparecen “cruzada”, “plan”, “doctrina” o “resurgimiento”. La ideología y la economía, con unas gotas de religión, impregnaban los discursos de Franco. Las 15 palabras que más usaba (excluidas las palabras “huecas” como preposiciones, etc., excepto que tuvieran algún significado, como “arriba” en el caso del dictador) entran en estas tres categorías.

El paso a la democracia se reflejó en los discursos navideños, e incluso las diferentes épocas vividas desde la muerte de Franco pueden observarse en un análisis detallado. Con carácter general, en los últimos 40 años hemos oído a los reyes referirse a cuestiones como “desafíos” y cuestiones “solidarias”. En los primeros años sin el dictador, en la transición, el rey Juan Carlos apelaba a la convivencia: “Españolas”, “amor”, “sinceridad” o “entrañable” fueron los términos más repetidos.

“También resultad interesante de de la comparación entre dictadura y democracia que la palabra 'salarios' prácticamente desapareció en los discursos de los Borbones, pero era recurrente en los discursos franquistas”, observa la autora de las gráficas.

La llegada de una democracia plena trajo otras preocupaciones y una mirada más amplia. Juan Carlos, y ahora Felipe VI, han apostado por “internacional”, “europea”, “personas” o “comunidad”.

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La gráfica que representa los discursos de la recesión (2008-2018) respecto al resto de discursos de la democracia también tienen interés”, observa Álvarez Mellado. “Crisis económica, recuperar, defender, garantizar, fortaleza... Creo que son todos los términos más utilizados son bastante ilustrativos”.

El análisis da para tantas curiosidades como uno quiera buscar. Por ejemplo, que si los discursos de los dos reyes que ha habido le parecen largos, es porque se ha olvidado de los de Franco. De la dictadura hay 35 documentos analizados que suman 131.021 palabras (3.743 palabras, unos ocho folios de Word). Del periodo democrático, 41 documentos (no se incluye en el estudio el último discurso de Felipe VI) y menos de la mitad de palabras: 55.416 (1.351 palabras por discurso de media, un tercio que con Franco).

Observando por personas y no por épocas, el rey emérito utilizaba mucho la expresión “desánimo” (la decimotercera que más repetía), quizá como reflejo de la situación de un país que no acababa de avanzar al ritmo que sus ciudadanos esperaban. De hecho, está entre las seis palabras más repetidas de todos los discursos democráticos. Menos llamativo es que “orgullosos”, una de sus coletillas preferidas, aparezca en el 'top ten'.

De los discursos de su hijo Felipe también pueden deducirse las preocupaciones actuales del país. Así, “Cataluña” es la palabra que más repite el rey, seguida de “compartimos”, “impulsar” o “convivencia democrática”. En los discursos que se han dado fuera de sus años de reinado (el comparador permite elegir múltiples opciones a cotejar) la mención a la comunidad autónoma catalana ni aparece entre las 15 más citadas.

Álvarez Mellado concluye con una reflexión: “Los discursos de Franco no fui capaz de encontrarlos digitalizados o accesibles en ningún sitio oficial, los saqué de webs filofascistas muy cuestionables; si están en algún sitio más serio, no fui capaz de encontrarlos. Creo que es un patrimonio textual muy interesante que merece la pena estudiar y conservar para poder analizarlos y estudiarlos con ojo crítico (y no que que su conservación esté en manos de quien promueve su ideología)”.